¿Te conté esa historia?
De cuando el lobo se encontró con una niña
Que grandes ojos tenía
Que cuerpo tan pequeño
El lobo era dos veces más grande que ella
Pero se rindió ante su belleza
Desde entonces, cada luna nueva él la visitaba
Para dormir entre sus brazos
Pero un día el hambre lo cegó
Y sin más que hacer se la comió
Fue una noche de luna llena donde lloró hasta el alba
De la culpa que sentía se resignó
Y no volvió a comer
Hasta que se murió
Cuando llegó al otro lado la encontró
Estaba sentada de espaldas a él
Él se acercó hasta ella
Pero una fuerza divina le prohibía tocarla
No entendía lo que pasaba
Hasta que el ángel le habló
—Tú mataste a esta niña, por ende tienes prohibido estar aquí. Tu lugar es aquél donde los asesinos sufren su propio homicidio.
Y el lobo sintió el dolor de perder poco a poco sus extremidades
Se estaba consumiendo a sí mismo
Hasta que no quedó nada
La niña lloró mientras lo veía desaparecer
Al final, quedó sola.