Capítulo 14

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-Todo empezó en la guerra contra Cronos-comenzó la hija mayor de este-. Muchos dioses menores se unieron al titán por resentimiento hacia los olímpicos. Pero perdieron. Gracias a Percy Jackson, fueron perdonados y sus hijos aceptados. Pero, a pesar de las promesas, la igualdad no llegó al consejo olímpico. La guerra contra Gaia y el castigo de Apolo dejaron el asunto en segundo plano, y tras la victoria todo continuó como antes.

-Incluso en el Campamento Mestizo los semidioses empezaron a separarse entre los que eran descendientes de los olímpicos y los que no-continuó Hécate-. A excepción de Hades. En el fondo el dios del Inframundo siempre ha sido un olímpico. En los momentos importantes siempre cuentan con él.

-Los dioses "menores" nos comenzamos a hartar, esta vez de verdad-dijo Némesis-. Llegaba la hora de hacer justicia, sin esconderse detrás de otro como habíamos hecho con Cronos. Pero, ¿cómo cambiar algo que lleva milenios igual? Y entonces naciste tú, Nerea.

-¿Qué tengo que ver en esto?-preguntó ella- No paran de decirme que soy importante para esta... rebelión. Pero sigo sin entenderlo.

-Tu madre, Britomartis, fue una de las primeras y más fieles seguidoras de Artemisa. Por eso esta le dio poderes divinos, además de la inmortalidad de la Caza. Y de repente, rompió el juramento que, durante miles de años, había regido su vida. Britomartis nos dio lo que nos faltaba, nos dio esperanza. La esperanza de que las cosas pueden cambiar-explicó Iris-. Y tú eres la prueba viva de esa esperanza.

-Por eso hablaste del catorce cumpleaños de Nerea en aquel sueño-interrumpió Daniel, mirando a su madre fijamente-. Por eso ella siempre era tan importante.

-¿El cumpleaños de Nerea?-preguntó Crystal, señalando a su amiga-Eso es dentro un poco más de un mes.

-¿Qué va a pasar?-Jayden estaba harto de que les ocultaran cosas.

-Vamos a tomar el Olimpo- anunció Apolo-. Vamos a terminar con la era olímpica-todos se quedaron en silencio, mirando al dios del sol-. Y vosotros vais a ser clave en ello-señaló a los siete adolescentes, que ahora aparentaban dieciséis años. Y recitó la profecía:

De nuevo siete mestizos tendrán el destino en sus manos.

El enemigo ya está dentro, se oculta dentro del hogar.

Las tres partes unidas, tendrán que elegir:

por sus padres luchar o el Olimpo salvar.

Una nueva era se acerca, los siete la crearán.

-Vosotros sois los siete mestizos-aclaró Noto.

-El segundo verso se refiere a Hestia- explicó Bóreas-. Por primera vez, la diosa del hogar ha decidido ir en contra de sus hermanos.

-Su era ha acabado, es hora de un cambio. Y tanto Apolo como yo sabemos cual es el bando correcto en esta guerra-replicó Hestia, mirando a su sobrino.

-¿Y el tercer verso?-preguntó Alexander- Las tres partes...

-Griegos, romanos y olvidados-aclaró su padre, Eros-. Tendréis que convencerlos de que nos apoyen. Solo con la fuerza de todos los hijos de los dioses juntos podrán cambiar las cosas.

-Los que estáis en el Campamento Escondido sois los olvidados, vosotros comenzaréis-dijo Tánatos-. Los hijos de Roma serán fáciles de convencer, en el Campamento Júpiter, debido a la gran cantidad de legados que hay, no discriminan tanto a la gente por su procedencia divina. Pero el Campamento Mestizo... Ese es otro tema.

-Mis hijos se os unirán sin dudar-aseguró Apolo-. También Hermes, Hefesto y algunos más. Los que me preocupan son, sobre todo Ares y Atenea. No van a dar su brazo a torcer. Será difícil, no voy a mentiros.

La Rebelión de los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora