Capítulo 16

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-Lo primero es lo primero, necesitamos una buena estrategia-dijo Noah.

-Pues vamos mal. Los estrategas están en el otro equipo-comentó Percy, pensando en los hijos de Atenea.

-¿Y si, en vez de pensar en las habilidades que no tenemos, pensamos en las que si?-propuso Will.

-Sin duda nuestra mejor habilidad es poner trampas y distracciones-contestó Daniel-. Tenemos a los hijos de Hefesto, los de Hermes y la hija de Britomartis- lanzó una mirada a Nerea.

Estaban todos reunidos en un claro del bosque, ellos siete y todos los de su bando.

-Y por eso mismo no deberíamos basar en eso nuestra estrategia-argumentó Nico-. Saben que es nuestra mejor baza y estarán muy alerta.

-Si ellos saben lo que haremos, entonces qué, ¿hacemos la contrario? ¿Les atacamos directamente?-propuso una hija de Hefesto.

-No, eso sería simplemente estúpido. Tenemos que hacer lo contrario de lo que solemos hacer, pero que parezca que estamos haciendo lo que esperaban-explicó la capitana de de la cabaña 11, una chica llamada Alice. Todos la miraron sin entender-. Seguro que irán en grupos pequeños para poder esquivar trampas con facilidad. Se dividirán y eso será lo que nos dé la victoria.

Prepararon un plan a partir de la idea y todos se apresuraron a prepararlo todo.

La partida sería después de cenar, y durante la cena la tensión se palpaba en el aire. Llegó la hora y todos cogieron sus armas y armaduras y se dirigieron al bosque.

Nerea se estaba poniendo el casco con el penacho azul de su equipo cuando Daniel se acercó. Su corazón empezó a latir más rápido.

-Todavía no hemos hablado de... Lo de hoy- Nerea sabía perfectamente a que se refería.

-Y ahora no es el momento. Tenemos que concentrarnos, nos lo jugamos todo.

-Lo sé-luego de esas palabras, Daniel cambió de tema-. Me gusta el plan. Vamos a usar su inteligencia contra ellos. Esa Alice es muy lista. Y retorcida.

-Una digna hija de Hermes- Nerea sonrió-. Pero es arriesgado.

En ese momento, Percy les llamó para que fueran ya y los dos se dirigieron a sus puestos. Antes de separarse Nerea le dijo:

-Me encantó ese beso-y luego salió corriendo en su dirección. Por un segundo Daniel se quedó mirando al aire de la impresión, pero le volvieron a llamar y se fue a su puesto.

Nerea llegó por fin. Allí le esperaban Alice y otro hijo de Hefesto. Había grupos como el suyo por todo su lado del bosque, cortando todas la entradas. A unos metros de ellos había un red atada a una cuerda, claramente a la vista. Ellos se escondieron entre los árboles, esperando.

Sonó la caracola que daba inicio al juego. Pero hoy era más que un juego. Esperaron durante unos minutos que se les hicieron eternos, hasta que oyeron pasos. Eran tres personas con un casco con penacho rojo. Una era mucho más alta que las otras dos.

-Estos son tontos-aseguró uno de ellos, un hijo de Ares-. Nadie caería en esta trampa. Esto está ganado.

-No estés tan seguro-respondió la figura alta, que Nerea reconoció como Annabeth. Entonces pasaron delante suya y, a una señal de Alice, se abalanzaron sobre ellos. El chillido de la tercera figura cuando aparecieron la desveló como hija de Afrodita, esas chicas no tenían diferencia ente las exclamaciones de miedo y de alegría, y eran unos gritos conocidos por todos.

Nerea se lanzó sobre Annabeth, cuchillo en mano. Pero la hija de Atenea se dio la vuelta a tiempo y detuvo su cuchillo con el suyo propio. Comenzaron una intensa lucha casi cuerpo a cuerpo, puesto que sus armas eran demasiado cortas como para luchar de lejos.

La Rebelión de los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora