Capítulo 103.

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—¿Qué haces Seokjin?—pregunta mirándome con ese deseo que no hace mas que prenderme.

—Grábame a punta de embestidas lo que significo para ti—le digo desvistiéndome rápidamente quedando completamente desnudo en medio del campo.

—Follame Namjoonnie.

Su mirada se oscurece recorriendo mi cuerpo, siento su mirada en todos lados, lo veo contenerse está claro que habla en serio con eso de partirme pero en vez de asustarme me moja más.

—Vístete Seokjin—dice con la voz ronca.

Yo no le hago caso al contrario camino hacia él, le rodeo el cuello con mis manos, lo oigo gruñir esta fúrico.

"Ya no lo provoques Seokjin si te gusta caminar déjalo así"

Me advierte la razón pero estoy tan caliente y necesitado de él que lo omito.

—Mira que húmedo me tienes Namjooni—le digo en un susurro mordiendo el lóbulo de su oreja llevando su mano a mi entrada.

Y eso fue lo único que necesite, se desabrocha el pantalon con rapidez sacando su miembro y sin previo juego antes me toma cargándome hundiéndose en mi de golpe sacándonos a los dos jadeos.

Arremete contra mi sin piedad ni compasión bajándome y subiéndome sobre su falo como si fuera un muñeco de trapo, siento como me abro, como mi canal se expande alrededor de su miembro, esta vez es mas bestial que en las caballerizas, esta vez siento como me llega hasta el fondo, el dolor y el placer vienen en la misma cantidad.

Sus caderas chocan contra mi piel, sus gruñidos solo hacen que me estremezca mas, es rudo, es bestial, jadeo con cada embestida, dejándome llevar por el placer que me provoca ¡Joder esta rompiéndome!

Están rudo que me es imposible formular una palabra, son solo puros jadeos, gruñidos y gemidos, lleva mis manos atrás de mi espalda sujetando mis muñecas con una sola mano mientras que la otra de sus manos me tiene rodeada de la cintura encajándome, subiéndome y bajándome a su merced, se prende de mis pechos mordisqueándolos, succionando la leche materna que en este momento me ha bañado todo el abdomen.

Es como un animal salvaje, arremetiendo con dureza, sacándome chillidos al compas de sus embestidas, siento como me lo hunde todo, jamás lo hace, nunca se había hundido en mi completamente, siento como sus testículos golpean mi piel y como me abro mas.

—¡Nam!—chillo por esas embestidas tan brutales.

—Te le advertí—me dice autoritario.—Lo aguantas que por eso eres mi doncel—gruñe arremetiendo con fuerza, siento como el vapor caliente me llena, llevándome a temperaturas que nunca antes había experimentado, arrasando conmigo sumergiéndome en el bestial orgasmo que llega a mi como avalancha, todo mi cuerpo tiembla, mi garganta arde por los gemidos que no contengo y dejo salir, pero no se detiene sigue con la misma fuerza.

Lo siento tensarse corriendose también dentro de mi, su semen sale disparado a presión ¡Es demasiado! tanto que siento como me escurre por las piernas bañándonos.

—¡Mierda!—jadeo por el segundo orgasmo que me produce.

—¡Cariño vas a matarme!—gimoteo con sus embestidas que no detiene.

—Mío—gruñe.

—Tuyo, siempre tuyo—jadeo.

Nuestras respiraciones son catastróficas, siento como mis paredes anales arden y como mi miembro suplica a gritos ser tocado.

—¡Nam, tócame!—le suplico de forma desesperada pero no lo hace me mira y sonríe ladinamente.

—¡Hijo de...

Callo cuando arremete descomunalmente en mi canal palpitante, lo estrujo por las convulsiones que me provoca, el tumullo de mis jadeos no hacen más que provocarlo para que arremeta con mas fuerza, ambos nos sucumbimos ante el orgasmo que nos arrasa al mismo tiempo y es ahí cuando me toca, cuando me estimula con tal bestialidad que me retuerzo en su brazos, gimiendo y jadeando soltando ese chorro de semen a presión liberador que hace que estallen dos galaxias en mi mente, volviéndome preso del  placer bestial que provoca.

Siento como desfallezco en sus brazos, mi cuerpo tiembla, mi canal palpita con fuerza rodeando su miembro que aunque dejo de embestirme no lo saca, respiro agitado sobre su cuello, está sudando al igual que yo, transpiramos como nunca antes. No entiendo como no se cansa como no desfallece, aunque su respiración es igual que la mía me mantiene agarrado con fuerza.

—Como me encantan tus pezones bonito—dice acariciando mis pechos, con caricas suaves que no hacen mas que erizarme, poniéndose mas duros mis pezones.

—¿Algunas vez haremos el amor de forma romántica?—le pregunto sonriendo, no puedo abrir los ojos estoy tan exhausto.

—Nunca, me encanta reventarte el culo cariño—dice convencido.

—Entonces deberías comprarme una silla de ruedas—bromeo.

Siento como su miembro se empieza a endurecer de nuevo dentro de mi canal.

—¡Nam!—suelto en una suplica, apenas y voy recuperándome y este vuelve arremeter contra mi.

—Lo siento hermoso pero no has tenido suficiente—se jacta.

Las embestidas que lanza dentro de mi son vivaces, certeras pegando y estimulando ese punto en mi interior que me enciende como chimenea, no se de donde saco fuerzas pero no es justo ser el  único que se pierda así, por lo que lo tomo de la nuca agarrándolo con fuerza, muevo mis caderas, encajándome con fuerza en su miembro, le saco un jadeo involuntario cuando me apoyo en sus hombros para subirme y bajarme con rapidez, succiono y lo estrujo, moviéndome en infinitos vivaces, aprieto y suelto, lento, cada tanto haciendo que arrugue los ojos y gruña perdido por lo que estoy haciendo.

Hago el uso de la poca cordura que me queda para mirarlo mientras sigo encajándome en un vaivén sobre su miembro.

—¡Mierda Jinnie!—jadea erizándome la piel, me prendo de su cuello besándolo, chupando y mordiendo sacándole mas gemidos, siento que estoy ganando pero el muy cabrón me sujeta con fuerza de los glúteos, estrujándolos y golpeándolos dejándome la piel ardiendo.

—Nam...

Sus embestidas vuelven a tornarse bestiales, siento como me voy quedando afónico de tanto gemir, pero arremete contra mi de forma bestial y sin piedad, penetrándome  causándome espasmos libidinosos que me llevan mas haya del placer.

—¡Córrete! ordena con voz ronca, embistiéndome moviéndome con fuerza sobre él, mi adolorido canal palpitante lo estruje con las contracciones rítmicas e involuntarias que me avasallan sumergiéndome en el orgasmo que me hace expulsar algo que nunca antes había sentido pero que se siente glorioso, poco después el vuelve a derramarse sobre mi pero no le basta sigue hasta que ya no puedo mas siento como es tanto el placer que empiezo a retorcerme por otro orgasmo que me provoca manchando su vientre y el mío con mi semen.

Kim Seokjin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora