2 alfas tienen una relación, no es fácil estar con alguien de tu misma casta, pero apesar de ello los encuentros nunca paran.......puede que sea sólo por el sexo ó porqué realmente se aman, pero nada de eso importa cuándo uno de ellos encuentra a su...
Joaquín se despertó por el sonido de su celular, lo tomó mientras bostezaba. Eran mensajes de Nikolás.
Supongo que ya me tienes un almuerzo preparándose en la cocina ¿No?. Demuestra que me extrañaste.
¿Estás durmiendo?
¡Joaquín! Quedamos en que me esperarías con comida.
Ya no confiaré más en tu palabra.
— Mierda — susurró y se levantó rápidamente de la cama.
Buscó en internet algún restaurante cercano, y llamó de inmediato para hacer un pedido. Para su jodida mala suerte, no están haciendo entregas debido a la lluvia, pero le dicen que dentro de 30 minutos está listo para que pase a buscarlo.
Se cambia ropa interior, se pone su ropa deportiva, una chaqueta para la lluvia y toma su celular.
Queda media hora para que llegue Nikolás, así que tendrá justo la comida en sus manos y no será un amigo de mierda. Sonríe por su pensamiento y sale del apartamento.
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Llegó al restaurante rápidamente, no quedaba muy lejos y fué una grata sorpresa saberlo.
Entró y se acercó a un mesón en dónde habían 2 mujeres mayores.
— ¡Hola! — saludó — llamé hace unos minutos, soy Joaquín Bondoni.
— ¡Buenas tardes! ¿Es el pedido de lasaña, verdad?
— Sii...
— En unos 20 minutos aproximadamente está listo.
— Muchas gracias.
Les dió una sonrisa de amabilidad, y se sentó en unos pisos altos que estaban junto a la barra. Tomó el celular y le comenzó a escribir un mensaje a Nikolás, estaba concentrado en ello, cuándo sintió ese maldito aroma que lo tiene atrapado, levantó la vista y a tan sólo unos pasos estaba Emilio caminando hacía él.
Casi por inercia, le sonrió en cuánto sus miradas se cruzaron.
— ¡Joaco! — saludó feliz el rizado — ¿Vas a almorzar aquí?
— Hola Emilio, no...encargué comida y vine a buscarla.
— Genial...aquí todo es delicioso, es aquí de dónde llevé los raviolis que amaste.
Joaquín se sorprendió
— Entonces ya no puedo esperar a probar la lasaña que pedí— dijo sonriendo...¿Tú estás almorzando aquí?
Emilio asintió mientras mordía su labio inferior.
— Estoy con mi hermana, estamos allí...— dijo apuntando a una mesa cerca de la ventana en dónde una chica muy parecida a Emilio sonreía y saludaba con su mano — ¿Quieres sentarte a esperar con nosotros?
