Capítulo 5- Recolectando flores

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Missa, era un niño de cinco años que se llevaba bien con todo el mundo, conocío a una familia de amigos que lo convirtieron en un chico temido que asesino a diferentes personas.

Esa historia era muy repetitiva, la mente de Missa la cambio.

Missa, un niño de cinco años que nunca fue abandonado, ni conoció a nadie, ni se convirtió en lo que hoy era.

¿En serio esa fue su "pesadilla"? Si, Missa no quería pensar que pasaría si no hubiese conocido a su familia, si viviera aún con una madre tan inrresponsable. Pero, a la vez siente que fue una carga, quien sabe, tal vez si Missa no hubiese ido con los chicos o simplemente haya rechazado la ayuda de Shadoune, ninguno de ellos estaría muerto, pero, Spreen tal vez no hubiese ayudado a Roier y no hayan sido pareja.

Missa se agarró la cabeza, pensar en todo eso simplemente lo mareaba. Cucurucho tocó la puerta suavemente.

– Adelante– Cucurucho se asomo por la puerta y vio a Missa tapado hasta la cabeza.

– ¿Estás enfermo?– Missa lo miro.

– No no, estoy... Joya– Missa dijo recordando la expresión que siempre husaba su hermano.

– Bueno, si tu dices– Cucurucho se retiró de la habitación.

Missa se paró y se estiró, ahora que lo pensaba, su sueño no tenía mucho sentido, lo sintió horrible y molesto. Se toco la frente tomando su temperatura.

– Mierda...– Missa se asustó al ver qué su frente estaba caliente, tenía fiebre.– Bien, me voy a casa y me tomo algo– hablo solo el menor.

Bajo las escaleras y se encontró con Cucurucho leyendo frente a la chimenea.

– ¿Ya te vas?– Cucurucho pregunto sin separar la vista de su libro.

– Si, ya me- – Missa estornudo– Voy– Cucurucho se acercó a el queriendo tocar su frente en busca de fiebre.– ¡Déjame! ¡Estoy bien!–

– Tienes fiebre– Missa saco al mano del oso de su frente.

– Si, ¿Y?– El menor avanzo hacia la puerta de salida, pero Cucurucho lo detuvo.

– No puedes salir haci– Missa ya enojado se libero a la fuerza.

– Si, si puedo, gracias por todo bye– Missa salió rápido de la casa, pero tuvo que volver cuando notó que se le olvidó algo– ¡Ven Spreen!– Missa volvió a abrir la puerta llamando a su gato, este salió y se junto con Missa.

El gato se subió al hombro de Missa cómo era costumbre.

– Miau– el gato dijo luego de que Missa vuelva a estornudar.

– Si Spreen, ¡Tengo fiebre! Pero nada va a detenerme– Missa respondió.

– Mau– el gato maullo como diciendo: "no seas estupido".

– Voy a estar bien, es solo un poco de fiebre y ya– Missa siguió caminando hacia su casa.

En un par de minutos ya estaba frente a aquella casa de madera que había construido con Roier y Spreen.

– ¡Missaaaa!– Roier grito desde la ventana.

– Ho- – Missa soltó otro estornudo.

Roier bajo las escaleras y le abrió la puerta dejándolo pasar.

– ¿Estás bien Missa? ¿Te secuestraron? ¿Te violaron?– Roier abrazo al menor.

– Estoy bien, me fui a minar– Missa se intentó separar de Roier.

– ¿Que trajiste?– El menor se quedó en silencio, no había traído nada como para decir que se fue a minar.

– No encontré minerales– mintió el pelinegro.

- Otra perspectiva- Missa, QSMP-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora