Capitulo 1

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¿𝚃𝚎𝚗𝚎𝚛 𝙼𝚒𝚎𝚍𝚘 𝚘 𝚅𝚒𝚟𝚒𝚛 𝚌𝚘𝚗 𝙼𝚒𝚎𝚍𝚘 ?

Una pregunta bastante sencilla cuya respuesta es igual de compleja si la basamos en sucesos pasados, inseguridades, presentes y errores futuros. Puede doler entender que nada es perfecto y que algunas idealizaciones pueden llegar a ser enfermizas, como es el caso del amor.

—¿Tengo qué hacerlo? — Preguntó Sana un poco frustrada, a su novio BangChan

—Te queda camino al trabajo —respondió el castaño en un suspiro, mirándola fijamente —sólo tienes que llevarla, hablar con la doctora y ya está – dijo con una sonrisa irónica, como si fuera lo más sencillo del mundo.

—¿Y no lo haces tú por que...? – La chica pálida preguntó caminando hacia él con sus brazos cruzados.

—Por qué te queda camino al trabajo —Repitió en tono obvio tomando una de las tostadas de su plato.

— Es tu hermana - respondió con una pequeña risa — debería ser tu responsabilidad, no la mía —bromeó.

— Se muy bien, que no lo es, Sana —contestó de igual manera antes de morder la tostada —Es sólo que yo me tengo que ir —Dijo con la boca llena. Sana  negó con su cabeza

—No hables con la boca llena BangChan es desagradable — rió un poco al verlo comer de manera tan insistente.

—La misma boca que besas —bromeó después de tragar y darle un pequeño beso en sus labios que la chica correspondió levemente.

—Ahora sí —dijo tomando la taza de café y tomar un largo trago— Me tengo que ir. Gracias por llevar a Lisa al Doctor

—No entiendo por qué tiene que ir al doctor—se encogió de hombros siguiendo a su novio, quien caminaba hacia la puerta —Yo lo veo muy bien— el chico se detuvo para mirarla.

—Nuestros padres murieron — le respondió mirándola confundido antes de tomar la manija de la puerta para abrirla.

—Tal vez yo no era muy unido a ellos, pero Lisa sí — suspiró.

— Ella la ayudará con su depresión y esas cosas del duelo. Te veo en la cena, amor —Se despidió cruzando la puerta y cerrándola tras él.

Sana suspiró pesadamente, no porque no quisiera a Lisa, de hecho, era una niña de trece años muy cariñosa que últimamente estaba decaída y desinteresada; era simplemente el hecho de que llevarla con la doctora, podría hacerla sentir  que no era importante para su hermano mayor.

—Lisa — lo llamó suavemente entrando a la habitación donde dormía — ¡oh!, estás despierta — sonrió al ver que ya estaba lista, de pie frene a la cama — ¿Quieres que te prepare algo de comer? —La menor  negó con su cabeza.

—¿Podrías llevarme con la doctora? — preguntó sin ánimos —No tengo mucha hambre —murmuró.

—Claro, vámonos — respondió simplemente, no iba a cuestionarla, aunque últimamente no estuviera comiendo bien.

El tiempo en el auto camino al hospital donde trabajaba la doctora que atendería a Lisa era silencioso e incómodo, aunque con quien compartía el auto fuera una niña de trece años.

Momo ( SAMO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora