Capítulo VII

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Momo tenía su cabeza en sus brazos cruzados sobre el escritorio de su consultorio, estaba dormida. No se dio cuenta cuando una persona entró silenciosamente, tampoco notó cuando se acercó a ella y sonrió al verla en un estado tan frágil y al escuchar su tenue respiración llenar la habitación.

Sana se acercó al escritorio y volvió a sonreír cuando notó que el lado de su rostro visible no estaba herido, lo único que se veía era la marca de su labio, pero del resto se veía mucho mejor. Colocó su bolso encima del escritorio, y al hacerlo decidió recostar su cuerpo en él a esperar pacientemente a que Momo despertase.

En aquel consultorio un poco más colorido, no había rastro de Kim Heechul,no había fotos de él con Momo o fotos de él solamente. Eran una pareja de esposos bastante extraña.

Pasaron un par de minutos antes de que el tono del celular de Momo hiciera aparición. La psiquiatra despertó de un salto asustada, buscando de inmediato su celular en su bata sin notar la presencia de Sana. Sin embargo, su celular dejó de sonar, perdió la llamada. Suspiró pesadamente y fue entonces cuando miró a su izquierda, donde estaba Sana. La boca de la chica mayor se abrió lo más que pudo, de nuevo, al ver el lado del rostro de Momo que antes no pudo ver.

— ¡Momo, por Dios! —dijo Sana preocupada agachándose a su altura para revisarla — no puede ser — susurró dolida.

— Hola, Sana — sonrió viendo a su amiga frente a ella — desperté feliz — Sana la miró intentando sonreír, Momo debía darse cuenta de que a ella le dolía lo que pasaba. Verla con su ojo morado era duro para ella, en especial cuando veía que ese ojo no podía abrirse del todo debido al golpe — ¿Y tú?

— Sí, feliz también — respondió sinceramente y Momo no dejaba de sonreír - ¿Te duele? - Momo negó con su cabeza sabiendo a qué se refería Sana.

— Me duele más que no me hayas saludado - dijo extendiendo sus brazos a ella. Sana entendió de inmediato y se levantó como pudo para abrazar a
Momo. La sensación de afecto que antes sentía tan lejana era algo que necesitaba, algo que quería mantener y que Sana le permitía experimentar.

— Hola, Momo —sonrió mientras le acariciaba un poco su espalda.

— ¿Por qué no me avisaste que ibas a venir? Me habría preparado mejor — rió antes de que Sana terminara el abrazo para verla.

— Precisamente por eso no te avisé — respondió en
un suspiro — porque habrías maquillado tu ojo,
habrías inventado cualquier excusa - Momo la
miró sin comprender — ¿Cómo pasó esta vez?

—Golpeé mi rostro contra... cuando... contra la pared — respondió indecisa. Sana negó con su cabeza — del baño... esta mañana, no, ayer — asintió —es por eso que se ve así.

— Momo, por favor — pidió Sana — ¿Por qué no me dices la verdad? ¿Por qué no me dices que tu esposo te golpea? — Momo ladeó su cabeza sin apartar sus inexpresivos ojos de los de Sana.

— Te estoy diciendo la verdad —respondió —me caí — susurró. Sana la miró tratando de entender su juego de palabras.

—No te caíste... — susurró negando con su cabeza — te empujaron — llevó sus manos a su boca al darse cuenta. Momo le confirmaba indirectamente todo, o al menos eso comenzaba a creer Sana.

— Yo no dije eso — respondió encogiéndose de hombros, apartando por primera vez su mirada de la de Sana.

— Tampoco lo negaste — dijo rápidamente, gracias Chan. Momo se encogió en sí misma — ¿Tienes alguna cita ahora? —Momo lo pensó por un momento antes de negar con su cabeza —¿Quieres salir conmigo?

Momo ( SAMO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora