Capitulo XVIII

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Sana intentaba dormir, pero cada vez que cerraba sus ojos, su mente la llevaba al momento en que Momo era golpeada. Se sentía culpable por siempre haber tenido la razón y nunca haber evitado los golpes. Pasó sus manos por sus ojos cristalizados y miró al techo queriendo creer que Kim Momo pensaba en ella, de la misma forma en la que la añoraba cada noche.

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Sana llegó cansada a la escuela, no había podido dormir bien y además de eso, no recibió la llamada de Momo por la mañana, estaba preocupada y lo que menos deseaba en ese momento era que aquel gigante hombre que se acercaba le hablara.

- Sana, llegaste - rió deteniéndose frente a ella. La chica se detuvo mientras ponía sus ojos en blanco - uh, alguien despertó de mal humor - se burló cruzándose de brazos. Sana no tendría paciencia con él.

-¿Qué quieres? - preguntó sin disimular su molestia - ¿No deberías estar en el salón de música o algo así? De verdad que no comprendo por qué me buscas, no somos amigos - frunció el ceño al ver la sonrisa arrogante de Heechul.

- Eres amiga de mi esposa, por lo tanto, eres mi amiga también - respondió alzando sus hombros. Sana rió.

- No, tú y yo no somos amigos - aclaró - somos compañeros de trabajo, nada más – Heechul hizo un gesto.

-¿Y la cena? ¿El partido de futbol? - preguntó sarcástico - ¿O se te olvida?

-¿Qué quieres? - repitió y en su voz le dejaba en claro lo poco que soportaba su presencia.

- ¿Ayer estuviste con mi esposa? - preguntó directamente. Sana suspiró - te hice una pregunta.

- Ayer estuve aquí trabajando - respondió simplemente - además, lo que yo haga no debe importarte. No te debo explicaciones - Heechul rió esta vez y Sana intentó seguir su camino, comenzó a caminar hacia su clase mientras lo ignoraba.

- Pregunté porque llegaste muy rápido a mi casa ayer - le dijo a sus espaldas – pensé que habrías estado con ella - Sana sólo lo ignoró, no soportaba a Kim Heechul  y él no soportaba cómo lo trataba Sana.

Kim Heechul estaba harto.

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Kim Momo estaba en su consultorio leyendo algunos informes de sus pacientes, intentaba mantener sus ojos abiertos debido a que no durmió nada bien, sin mencionar que incluso tratar de cerrarlos dolía.

- ¿Qué estará haciendo mi Sana? – susurró llevando su mirada al techo de su consultorio, abrazando los papeles a su pecho - debe estar preocupada por mí - volvió a susurrar con una pequeña sonrisa. Sana le había demostrado que era importante para ella. El simple hecho de tenerla en su vida la hacía querer vivirla.

Al pasar de los segundos escuchó un par de golpes en la puerta, sacándola de sus pensamientos. Frunció el ceño al pensar que era muy temprano para que fuera Sana, o alguna de sus citas.

Frunció el ceño al pensar que era muy temprano para que fuera Sana, o alguna de sus citas.

- Adelante - dijo esperando no encontrarse con alguna desagradable sorpresa, mientras colocaba los informes encima del escritorio. Intentó disimular su molestia cuando vio a BangChan cruzar la puerta, el novio de su amante - Chan - sonrió forzadamente.

- Disculpa que haya venido sin una cita, Momo - respondió cerrando la puerta tras él – quería hablar contigo - dijo caminando hacia las sillas que estaban frente al escritorio para sentarse en una de ellas - oh, que maleducado. Buenos días - sonrió extendiéndole su mano. Momo por reflejo movió su cabeza hacia atrás, BangChan ignoró ese hecho.

Momo ( SAMO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora