Capitulo VIII

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La cena en casa de los Kim era sin duda alguna uno de los acontecimientos más incomodos que Sana había vivido hasta ese momento. Era como ver el resultado de un ensayo, tan forzado, tan irreal.

Sana pasó su mirada por la sala disimuladamente y, a diferencia del consultorio de momo, allí si había muchas fotos de ellos juntos, de su matrimonio, en algún viaje... Sonrisa rota, sonrisa falsa, sonrisa conformista. Querían hacer ver su amor tan perfecto que llegaba a parecer falso.

-¿Y bien? - preguntó Heechul rompiendo el silencio, luego de tragar su último bocado de comida - BangChan, ¿cierto? - lo miró y el chico asintió sin verlo mientras comía, totalmente concentrado en su plato - ¿Cómo te ganas la vida?

- Soy arquitecto - respondió sin darle mucha importancia a aquel gigante hombre - construyo cosas - Momo sonrió un poco, alguien que construía en lugar de destruir.

- Oh, como tus padres, amor - le dijo Heechul con una sonrisa a Momo quien solo asintió sin querer verlo, sin querer ver a nada en específico - ¿Y qué haces en tus tiempos libres? ¿Juegas futbol? - Chan asintió rápidamente.

- El mejor jugador que verás - respondió nada modestamente. Heechul asintió fingiendo impresión - ¿Tú juegas?

- Soy portero - respondió llevando su brazo al revés de la silla donde estaba Momo - soy mejor con los brazos - dijo acariciando el hombro de su esposa - tengo mucha fuerza en ellos - Sana mordió su lengua al escuchar aquello, era como si Heechul quisiera provocar una reacción - deberíamos jugar algún día, algún partido - Momo cerró sus ojos por un instante al escuchar aquello - ¿Qué dices?

- Supongo que estaría bien - respondió Chan volviendo su vista a lo que realmente le importaba, su comida.

- Sí, soy muy mal perdedor - rió Heechul recordando - no me gusta perder - Kim Momo lo sabía muy bien.

- A veces se gana, a veces se pierde - intervino Sana con su mejilla apoyada en su mano, aburrida de tener que fingir que soportaba a ese hombre. Heechul la miró y de nuevo notó el parecido en sus ojos, eran en realidad similares, pero nunca iguales.

- No me gusta perder - habló con seguridad - no me gustan los perdedores. Nada que tenga que ver con un segundo lugar - Heechul miró a Momo y ella entendió lo que debía hacer o, en este caso, decir.

- El segundo lugar es el primero en perder – dijo
casi en un susurro, casi.

- Kim Heechul no es segundo en nada, ni de nadie - dijo sin dejar de sonreír de una manera cínica e insoportable para Sana - por eso me casé con la mujer número uno - dijo sintiéndose orgulloso de sí mismo.

Sana miró a Momo y parecía que supiera cuándo era indicado hablar y cuándo no - diez años de estudios, las mejores notas, la mejor estudiante, la más hermosa también. Esposa número uno - Chan abrió su boca mientras sonreía sorprendido.

- No puede ser cierto - Sana susurró inaudible, sin poder creer lo que estaba escuchando, con su mirada fija en Momo.

- La más distraída – llevó su mano a la mandíbula de Momo haciendo que levantara su mirada – es la única mujer que puede hacer lucir a unos golpes bien - bromeó en una risa, pero claro, nadie rió con él.

- Wow, todo un conquistador - agregó sarcástico Chan recostando su cuerpo en la silla, satisfecho - deberías preocuparte por esos golpes en lugar de burlarte de ellos - Sana asintió antes de notar cómo los ojos Momo luchaban para mantenerse abiertos y su boca hacía un gesto. Comprobó lo que pasaba cuando vio la mano de Heechul sobre el brazo de Momo, Sana creyó que la estaba lastimando.

- ¿Momo cómo vas con tu trabajo? – le preguntó Sana lo primero que se le ocurrió, de inmediato notando cómo Heechul la soltaba lentamente y el rostro de Momo pasaba a tener una expresión más tranquila.

Momo ( SAMO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora