Capítulo XVI

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Después de que Sana despertara por la llamada de Momo, con una sonrisa se levantó a prepararle el desayuno a Lisa, lo que no esperó fue encontrarlo sentado en la mesa dibujando aun con su pijama puesta.

—Oh, pero si estás despierto — le dijo Sana sorprendida acercándose a élla. Lisa asintió mientras sentía el beso de Sana en su frente.

— Estoy dibujando — respondió con una sonrisa sin apartar su vista del papel.

— ¿Alguna tarea para la escuela? — preguntó
sentándose junto a él. La chica negó con su cabeza.

—Estoy dibujando algo para la Doctora Kim —
respondió orgullosa, Sana sonrió de manera inevitable —quizá tú podrías darle mi dibujo, es que la extraño, Satang—Y es una tarjeta para ella — afirmó. Lisa asintió sonriendo — claro que se la daré.

—Me da miedo ese señor, su esposo —frunció el ceño. Sana suspiró, a ella le daba miedo lo que le pudiera pasar a Momo estando con él —es muy grande, ella se ve tan pequeña junto a él — dijo en un bostezo.

—Tienes razón — asintió Sana tratando de ver lo que dibujaba Lisa—eres buen observador.

—Y... terminé — dijo sonriente mostrándole su dibujo a Sana quien lo miró impresionada —tómalo, Satang — la chica lo tomó con cuidado sin dejar de mirarlo. Era la Doctora Kim junto a su paciente favorita Lisa y Sana. Nada mal para un niña de trece años, pensaba Sana.

— Pero que bonito te quedó, Lisa. Eres muy buena —le dijo sinceramente. La castaña se encogió de hombros ruborizado, con una sonrisa de agradecimiento.

-—Muchas gracias, Satang - respondió mirando la cara sonriente de su cuñada - ¿Prometes que se lo darás? - Sana asintió bajando el papel.

—Hoy me veré con ella, se lo daré - respondió sin dejar de sonreír — ahora, ¿qué quieres desayunar? - preguntó levantándose para dirigirse a la cocina. Lisa abrió su boca sin saber qué responder.

—¡Tocino! —al decidir respondió emocionada. Sana rió, tocino sería.

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Sana no la perdería de vista, en el momento en que vio a Kim Momo cruzar la puerta de la escuela, sin que se diera cuenta logró acompañarla indirectamente hasta el salón de música. Si Momo se daba cuenta de su presencia entonces no actuaría naturalmente cuando estuviera con Heechul, así pensaba Sana.

Sin embargo, vio cómo Momo miraba a la izquierda y luego a la derecha para fijarse que nadie estuviera por allí, Sana logró esconderse antes de subir las escaleras; rápidamente se dirigió hacia ella, colocando su oreja lo más que pudo en la puerta que, esta vez, estaba cerrada.

— Llegaste, pensé que ya no lo harías —le habló Heechul de brazos cruzados, sentado en la banca en la que estaba sentada Momo el otro día.

—Pero llegué —respondió encogiéndose de hombros —te preparé el almuerzo, pero veo que no te gustó — dijo viendo el pequeño canasto de basura que estaba a un lado del salón —¿Cómo se supone que compre una lonchera cada vez que no te gusta lo que cocino? — preguntó suavemente. Cuando Heechul ponía su lonchera en la basura, para su esposa, era una clara señal de que estaba cocinando mal y debía corregirlo.

— No te pido que lo hagas — respondió de igual manera —solo te pido que cocines bien, Momo. Últimamente se te está quemando cada cosa, estás muy distraída —dijo levantándose. Momo solo apartaba su mirada, no soportaba que la mirara fijamente.

— No hagamos esto aquí, por favor —pidió mientras Heechul se acercaba —solo vine a que me digas qué quieres. Ayer me dijiste que tenía que venir. Bueno, aquí estoy — dijo intentando sonar calmada, pero en realidad estaba bastante ansiosa y era algo que sucedía cada vez que se encontraba con Heechul a solas.

Momo ( SAMO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora