Sana estaba lista, su maleta también lo estaba, su relación al fin acabó y dolía, pero lo que más le dolía estaba reteniendo sus lágrimas justo frente a ella.
- Hey, no llores, pequeña-le dijo acariciandole el cabello. Lisa alzó su mirada para ver los ojos de la chica que estaba agachada mirándolo tan tiernamente y con profundo amor.
-No quiero que te vayas, Satang -dijo sin querer limpiar sus lágrimas- quiero que te quedes aquí conmigo, no importa si BangChan ya no es tu novio, puedes quedarte en mi habitación - hizo un puchero. Sana sonrió un poco.
-No es como si fuera a olvidarme de ti- respondió suavemente -vamos a volver a vernos, sabes que te quiero mucho-Lisa negó con su cabeza.
-Sí me quisieras no te irías- sollozó. BangChan suspiró apartando su mirada, estaba en el marco de la puerta esperando a Sana, al menos la llevaría a casa de sus padres.
-Sabes, esta es la oportunidad perfecta para que BangChan y tú se acerquen-le dijo luego de un par de segundos-además, yo me voy de casa, pero no de tu vida-Lisa sonrió al escuchar esas palabras así que no más lágrimas, la niña negó con su cabeza antes de envolver su cuello con sus brazos-te quiero mucho, Lisa.
-Y yo a ti-le respondió sonriendo- el próximo año quiero intentar estudiar en la escuela donde trabajas, con los mayores-susurró haciéndola reír un poco.
-Eso me parece muy bien, en la otra sección- respondió. Lisa terminó el abrazó y mientras asentía, sacó del bolsillo del pantalón de su pijama un pequeño broche.
-Era de mamá-le dijo sonriendo-ahora es tuyo porque desde que murió, fuiste la única persona que siempre estuvo allí conmigo.Siempre te voy a querer, Satang - rió sonrojada. Sana sintió sus propias lágrimas formarse en sus ojos, era cierto, siempre estuvo para élla, siempre acompañándola a dormir cuando tenía miedo, siempre calmando sus pesadillas, siempre ayudándola con sus deberes, siempre escuchándola, siempre en cada momento que la necesitó, allí estuvo para ella y era valioso de sobremanera-a veces las segundas oportunidades vienen en forma de personas- se encogió de hombros. Sana ladeó su cabeza-me lo dijo la doctora Kim- rió reconociéndolo.
Sana rió con él, sonaba como algo que Momo diría, quizá en un momento en el que estaba más concentrada en ella que en la conversación.
-Momo es muy inteligente, ¿no es así?-preguntó divertida.
-Y muy hermosa-suspiró sin dejar de sonreír-es demasiado bonita, Satang - Sana rió, lo sabía muy bien.
-Te quiero mucho, Lisa- le dijo antes de besar por una segunda vez su nariz, provocándole reír-no olvides hacer tus deberes. Le recordaré a BangChan cómo te gustan los waffles, el tocino y el café. Sé que estarás en muy buenas manos-Lisa asintió sin dejar de sonreír, extrañaría a Sana, pero debía respetar su decisión-nos veremos pronto-se levantó para caminar hacia la puerta y tomar su maleta. Dio la vuelta para mirarlo una última vez antes de irse.
- Te quiero también- dijo sacudiendo su mano- mucho, Satang-Sana asintió, extrañaría tanto a Lisa
-Vamos-le susurró Sana a BangChan una vez cruzó la puerta. El hombre asintió tomando la manija para seguido a eso cerrarla, y caminar juntos hacia el estacionamiento.
-Sabes que no tienes que irte, Sana-rompió el tan incómodo silencio que había dentro del auto.
-Nosotros ya no somos novios-respondió simplemente sin quitar su vista de la ventana-no tenemos que vivir en el mismo sitio.
-Pero también es tu casa, amor...-dijo inconscientemente, suspiró al darse cuenta-también es tu casa, Sana-la miró, pero ella no lo miraba a él.
-No me molesta, no quiero quitarle nada a Lisa- respondió sinceramente-Cuídala mucho, BangChan, por favor-pidió, y era lo único que quería en ese momento respecto a la rota relación- Lisa es maravillosa, y merece tu atención.
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Momo ( SAMO )
Hayran KurguSana nunca imaginó que al acompañar a Lisa la hermana de su novio, al psicólogo con la excusa de sufrir secuelas y traumas debido a la muerte de sus padres,también la llevaría a la vida de una mujer sin brillo en sus ojos que aparentaba ser feliz. ...