Momo miraba la nieve caer a través de la ventana del auto, pensando en cómo lograría que Heechul firmara el divorcio.Sana sabía que la había presionado, pero era la única manera de ayudarla, de otro modo sabía que Momo no se atrevería y ella quería acabar con su miedo.
—Momorin —la llamó estacionando el auto. Momo llevó sus inexpresivos ojos a ella, Sana suspiró al verlos adornados por una capa de lágrimas —no tienes que llorar — le dijo suavemente. La voz de Sana era muy diferente a la de Heechul, pero escuchar las mismas palabras, a pesar de estar en contextos diferentes, a Momo la ponían nerviosa en un instante.
—No —negó con su cabeza – no es nada, no estoy llorando —pasó sus manos por sus ojos para limpiar cualquier rastro de lágrimas _ ¿Lo ves? _ Sana ladeó su cabeza.
—Tu maquillaje se corrió — le dijo al pasar de unos segundos. Momo bajó su mirada como si quisiera verlo ella misma —el sonrojo de tus mejillas fue reemplazado por moretones — dijo dolida, tenía su rostro literalmente roto —¿Por qué ese imbécil te golpea así? — preguntó enojada, siempre manteniendo la calma para no alterar a Momo — es como si no te importara — Momo se encogió de hombros.
—Al menos estoy viva — respondió simplemente. Sana negó con su cabeza y Momo volvió a sonreír — al final del día sigo siendo Kim Momo— rió un poco —a pesar de tener mis ojos cerrados.
—¿Y cuándo serás mía? —preguntó suavemente, sin dejar de pasar su triste mirada por sus heridas faciales.
—Cuando no pueda volver a abrirlos —llevó su índice a su sien — en ese momento seré tuya para siempre — Sana la miró sin entender, pero Momo simplemente se encogió de hombros sin dejar de sonreír, convencida de haberle dicho todo lo que necesitaba saber.
—No soy buena captando indirectas, ¿sabes? — le dijo un poco sarcástica, provocándole una risa.
—Ven, Sana — dijo abriendo la puerta del auto — te enseñaré la cabina telefónica — rió saliendo del auto, cerrando la puerta suavemente, sin hacer un mínimo ruido. Sana miró al frente tratando de procesar todo lo que acababa de suceder. Protegería a Momo y estaba dispuesta a dejar de sonreír en el proceso.
En el instante en que Momo bajó del auto, no solo sintió la nieve caer levemente sobre ella, también escuchó el agradable sonido de un violín. Sonriendo buscó con su mirada de dónde provenía aquel sonido, dándose cuenta de que un hombre barbudo tocaba por dinero frente a la cabina telefónica.
—¡Sana! — la llamó cuando la vio salir del auto — mira, allá —señaló con su dedo, antes de bajarlo rápidamente, recordando que señalar es de mala educación; Sana lo notó.
—¿Quieres ir a ver al señor tocar el violín? —le preguntó con una sonrisa. Momo asintió volviendo a sonreír — vamos a ver al señor tocar el violín — asintió rodeando el auto para caminar junto a ella hacia él —no sabía que tocaras tan bien la guitarra —le comentó mientras caminaban. Momo volvió a encogerse de hombros, gesto que hacía cuando estaba nerviosa o expuesta.
—Me gusta la música — respondió mirándola, y era inevitable sonreír al verla. Era una razón, eran miles de ellas —me gusta mucho.
-—Ahora lo sé, eres tan maravillosa — le dijo sinceramente —me gustaría que no dejaras de hacer lo que te gusta, digo, eres increíble —rió.
—Gracias, Sana — sonrió —es por eso que nunca dejaré de quererte — las mejillas de Sana se volvieron rojas, y gracias a su pálida piel y al ambiente tan frío que había, era demasiado notorio. Camila rió al verla sonrojada, feliz de poder causar aquello tan bonito en ella.
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Momo ( SAMO )
FanfictionSana nunca imaginó que al acompañar a Lisa la hermana de su novio, al psicólogo con la excusa de sufrir secuelas y traumas debido a la muerte de sus padres,también la llevaría a la vida de una mujer sin brillo en sus ojos que aparentaba ser feliz. ...