Los años sesenta; época de rebeldía expresada a través de la música y los distintos movimientos sociales. Tales acontecimientos eran ajenos en el hogar de Marinette; gracias a las estrictas reglas impuestas por sus conservadores padres.
El destino...
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*Capítulo Inédito*
En un cuaderno, la morena terminaba de anotar la última venta que tuvieron. La cual consistió en un par de panques de chocolate, y un paquete de galletas de vainilla.
Las dos amigas, con esto casi habían terminado con la mercancía de ese día. Al igual que otros, les había ido muy bien con sus ventas para ayudar a la banda.
Además, los padres de la azabache no tuvieron oposición a ello. Pues entre ambas idearon la excusa perfecta. Que las ganancias usarían para que la joven de mirada zafiro pudiera comprar los libros que necesitaba para su curso.
Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas. Desde la segunda planta, Chloe observaba al par de amigas, su mirada destilaba repudió.
-Me pueden explicar cómo es que ese par de ridículas, paso de ser el hazme reír del salón, a organizadoras del evento de mi banda favorita- siseó entre dientes.
-Bueno- Sabrina se acomodó sus gafas sobre el puente de la nariz, observando a las otras dos chicas que forman parte del séquito de Chloe -ellas han propuesto que la banda tocará en el instituto y para eso deben tener dinero para...
-¡Eso ya lo sé, tonta!- reprendió iracunda -estuve en la clase donde las idiotas esas dijeron eso.
-Seguro es porque han prometido que una parte de las ganancias será para la institución- se atrevió a hablar Mireille -, incluso dejaron que otros alumnos se unieran con otras ventas.
-Ventas de pasteles, ropa, cromos ¡Puras cosas aburridas de perdedores!- exclamó -¡Ustedes! - señaló a Sabrina, Mireille y Aurore -Necesito una idea que opaque a esas ventas de niñas exploradoras.
Dicho esto, la rubia tiró ligeramente del cabello de sus dos acompañantes, cuyo gesto de dolor no se hizo esperar.
-Porque no, solo investigas la cantidad exacta que se necesita para todo el mobiliario y le pides a tu padre que lo patrocine- Propuso la pelirroja mientras acomodaba sus lentes en el puente de su nariz, seguido sobó su cabeza para recuperarse del jalón de cabello previo
-¡¿Por qué no se te ocurrió primero?!- Cuestionó la de cabellera dorada a modo de reclamo
-Porque no lo había pensado- Respondió la pelirroja en su defensa, sintiéndose intimidada ante el porte de la rubia. Bien se lo había dicho. No era nada comparada con ella.
En eso estaba, dispuesta a ir a la oficina de su padre a solicitar el dinero, cuando escuchó el anunció de la voz de Marinette.
-Tendremos una pequeña feria en las instalaciones del instituto, habrá mucha comida y entretenimiento.
-Mañana repartiremos los panfletos con toda la información ¡Rompan sus alcancías, para que The Starlighters toqué en nuestro instituto!- animó Alya, seguida de los vítores de sus compañeros.
