¡One-shots de Genshin Impact!

Lisa x Malereader

¡Parte 2 de el one-shot que hice!

Y ahí estabas, siendo sermoneado por Jean. Si, debías prestar atención, pero...lo que había pasado con Lisa no se podía simplemente ignorar. Mejor dicho, tu cuerpo estaba en la oficina de Jean, pero tu mente solo estaba enfocada en Lisa.

- No olvides que la biblioteca es un espacio público, (Lector/a) Si alguien además de Ella Musk hubiera visto eso, estarían en muy grandes problemas... ¿Me estas escuchando? -

Ahora tu atención estaba enfocada en Jean.

- ¡Oh! Emm, sí. Perdón, Maestra Jean, no se volverá a repetir. –

Dijiste, en un tono bajo. Jean solo te miro como si estuvieras ocultando algo, pero, desvió su mirada rápidamente.

- ...Bien, eso es todo. Puedes retirarte. –

Asentiste levemente y te dirigiste a la salida, pero justamente antes de que abrieras la puerta, Jean te detuvo.

- ¡Espera, (Lector/a)! –

Volteaste tu cuerpo a la dirección de ella, con una mirada de curiosidad.

- Tienes el día libre, por hoy. –

Jean te brindo una sonrisa cálida y tu se la devolviste, asentiste nuevamente tu cabeza para dejar el lugar, abriste la puerta y justo cuando la ibas a cerras, una mano toco tu hombro, delicadamente. Ibas a voltear tu rostro para ver quien era, pero un escalofrío subió por todo tu cuerpo. Sabias perfectamente quien era.

- Hola, cariño. –

Esas simples palabras te dejaron paralizado... ¿¡ES SIQUIERA POSIBLE QUE UNA MUJER SEA ASI DE SEDUCTIVA?! Volteaste tu rostro, ahora observando a Lisa, que tenía una sonrisa pícara.

- H-Hola...-

Dijiste, tímidamente. Ahora te estabas maldiciendo a ti mismo mentalmente. Esta mujer es...interesante, de la buena y mala manera. Lisa sonrió aun mas al ver tu tartamudeo y timidez.

- Jean te regaño, ¿no? Ah... Pobre de ti. –

Asentiste levemente, aun con tu timidez. Ella dirigió su mirada a la puerta.

- Bueno, supongo que ahora los dos vamos a ser los sermoneados. Pero...créeme, va a valer la pena. -

Lisa se dirigió a la puerta y justo antes de abrirla, te dio una sonrisa pícara. Y antes de que pudieras siquiera actuar, ella ya estaba en la oficina de Jean. Te quedaste unos momentos paralizado, y escuchaste como los caballeros que custodiaban la biblioteca murmuraban sobre ti y, bueno, parecían burlas. Solo los maldeciste y te maldeciste a ti mismo mentalmente de paso, primero que todo: ¡¿ESTOS IDIOTAS DE QUE SE ESTAN RIENDO?! Como si pudieran resistirse a una mujer como Lisa. Y segundo que todo: ¡¿POR QUE ERES TAN RARO?! Incluso te sorprendes de que Lisa se interesara en ti. Y, aguantando las ganas de golpear a aquellos guardias y golpear la puerta con vergüenza, dejaste el cuartel. Procurabas caminar, pero, en vez de eso, estabas prácticamente corriendo, una vez que ya estabas lo mas lejos posible de la sede, te sentaste en una silla justo al frente del restaurante del Buen Cazador y chocaste tu rostro contra la mesa, totalmente rendido. Estabas lo suficientemente cansado y avergonzado como para levantar tu rostro, así que cerraste tus ojos, buscando un poquito de paz. Y calmaste tu respiración, poco a poco, sentías como casi te dormías.

- ¿(Lector/a)? ¿Vas a pedir algo? –

La voz de Sara te saco de tus pensamientos e inmediatamente levantaste tu rostro y ahí estaba, Sara con una pequeña libreta en mano, se veía un poco preocupada por ti, incluso. Bueno, es entendible, después de todo, ustedes dos son muy buenos amigos gracias a tus visitas frecuentes al restaurante.