〘09〙

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— ¿Por qué estás aquí?

El albino dejó la pequeña canasta llena de bayas en el suelo, cruzándose de brazos, su ceño se frunció y su mirada se clavó en el pequeño niño.

—Viene a jugar contigo —contesto, sonriéndole nerviosamente.

—Ya jugué contigo antes—respondió en un tono monótono—. Vete.

Luego de decir eso último, volvió a arrodillarse cerca de los arbustos, y continúo con su recolección de aquellos frutos; dándole la espalda al niño rubio.

—Pero eso fue hace tres días—se quejó el menor.

Rusia gruñó, pero no miró a U.S.A

—No me importa. Vete ya.

Estados Unidos volvió a hacer un sonido quejumbroso, bajando la cabeza con tristeza. Rusia, por su parte, empezaba a irritare; odia a los niños mimados y caprichosos.

—Por favor —rogó, y caminó hacia el de bandera tricolor.

—No.

—Por favor—rogo nuevamente.

—No.

En éste punto, U.S.A ya se encuentra en la misma posición que la del otro niño, tocando las bayas del arbustos, pero sin cortarlas. Mientras pensaba que más podría decir, una idea y recuerdo arribó en su mente.

—Si juegas conmigo hoy, te daré todos los dulces que tengo en mis bolsillos—sonrió con emoción, acercándose al contrario hasta chocar hombros.

Rusia, al escucharlo, detuvo de inmediato su labor.

—Bien—contesto sin mucha emoción.

U.S.A casi salta de la alegría.

— ¡Siii!—chillo alegremente, y el albino se cubrió los oídos.

El niño rubio intento abrazar al contrario; sin embargo, apenas se acercó al tricolor, este se volvió hacía él y lo empujó, apartándolo bruscamente. Estados Unidos cayó al suelo, sentándose duramente sobre las hojas secas. Por su parte, el tricolor alzo su cuerpo y miró desde arriba a Estados Unidos.

—No me abraces—gruño, notándose bastante molestó y fastidiado.

— ¿Por qué? —pregunto inocentemente, ladeando la cabeza.

Rusia le miró con ojos muy poco amigables. Incomodo, el menor con bandera de 50 estrellas se encogió en su lugar y bajó la cabeza.

—Es asqueroso tener a alguien muy cerca de ti—expreso con dureza.

Luego de aquella afirmación, el de bandera tricolor agarró su canasta y comenzó a caminar. Rápidamente el pequeño Estados Unidos se levantó y siguió al más alto.

U.S.A no comprende cómo es que a su amigo no le gustan los abrazos. A él le encantan, aunque casi nunca recibe uno, son muy agradables y cálidos, sencillamente, de las mejores sensaciones del mundo.

— ¿Pero...? —una nueva duda surgió en su joven mente— ¿Entonces tú no abrazas a tus amigos?

—No—respondió secamente—. No tengo amigos.

— ¿Por qué? —interrogo llenó de curiosidad.

Su nuevo amigo no detuvo su rápido andar en ningún momento, así que Estados Unidos tenía que seguirle el paso con velocidad o se quedaría atrás.

—No me gustan las personas—hablo en un tono secó y rudo; lo más rudo que un niño de su edad puede fingir.

Estados Unidos no dijo nada, y pensó un poco la respuesta. Es extraño, pero no del todo, ya que el también piensa que algunas personas son aterradoras; quizás su amigo tiene miedo a los adultos, igual que él.

ႮΝ ᏞႮᏀᎪᎡ ᎷᎬᎫϴᎡ〘RᴜsAᴍᴇ〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora