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—Creo que me voy a enfermar…—menciono al aire luego de estornudar.

Un segundo estornudo le hizo temblar y, en medio del frío, Inglaterra ajustó su abrigo; cubriendo con este las manchas rojas de su camisa blanca. Sacó un pañuelo de uno de sus bolsillos y limpio su rostro salpicado de aquel líquido espeso.

A sus pies, la tierra recién removida revela una pequeña tumba improvisada, es el lugar de descanso de un desdichado animal que se cruzó en su camino en el momento menos oportuno.

Inglaterra se mordió el labio, contemplando la tumba. Pateó la tierra y miró a sus lados. No es lo suficientemente buena, no le gusta. Camino a sus alrededores, cortando flores silvestres y recogiendo algunas hojas, para luego ponerlas a modo de decoración en la pequeña sepultura.

No es su culpa ser así, él no es malo, no es una mala persona, o eso quiere creer. Sin embargo, la tierra revuelta y las manchas color carmín en su pantalón y camisa revelan otra verdad.

Esto es algo que no puede controlar. Hay veces que todos los problemas de su vida se acumulan tanto que todo explota en ataques de irá y adrenalina que lo ciegan. Al final, lo más inocentes pagan. Hoy fue un pequeño cachorro, la semana pasada un par de aves, antes de eso, fue un gato huraño; y la lista continúa sin un final aparente.

Cuando menos se lo espera, sus manos están manchadas de sangre y a su pies están los restos destrozados de lo que anteriormente era un ser vivo.

En el momento que todo ese torrente de enojó y furia se desvanece, su conciencia es atacada por un abrumador arrepentimiento. Debido a eso, cada episodio culmina con la creación de una tumba improvisada y, aunque no cree en las oraciones y en un Dios, reza por el alma de la criatura, para que al menos alguien tuviera paz.

Miró la tumba, una escena sombría a la cuál le añadió una pizca de belleza. Pidió al cielo que, si en verdad hay algo más después de la muerte, la criatura sea trata con respeto.

La verdad, es que el también quiere creer que después de esta asquerosa vida, hay algo mejor para él.

Pero solo se está mintiendo. El nunca ha creído en el paraíso, únicamente, cree en el infierno.

Porque vivir en un mundo como este es como estar en el infierno.

Y luego de pasar este infierno... Le espera la nada

Porque no hay nada, solo oscuridad

Se dio la vuelta y se alejó, caminado por el bosque silencioso, con las manos en sus bolsillos, mirando al frente, se dirige a  encontrar a su hermana y su novio.

Es hora de volver a casa, si se quedan más tiempo fuera serán castigados.

Hoy el bosque se encuentra extrañamente silencioso, es raro, pero no le importo, y continúo su camino. No obstante, en un punto este silencio se le hizo muy inquietante, el frío en el ambiente pareció aumentar; es como si lo único que pudiera escuchar fuera los latidos de su corazón. Apunto de detenerse y escuchar bien a sus alrededores para averiguar si ya se volvió loco, un sonido en el aire lo detuvo de golpe. El crujir de una rama lo puso a la defensiva y activo todos sus sentidos.

— ¡¿Quién está ahí?! —exclamo fuertemente, mirando en todas direcciones, exasperado— ¡Te escuché, maldito!

Los arbustos se agitaron, indicando que algo se ha escondido ahí, así que, decidido, se encaminó hacia el sonido. Entre los arbustos se encontró a U.S.A, y la mirada del adolescente se suavizó al ver al pequeño. Por su parte, el niño se nota asustado, y está temblando ligeramente.

ႮΝ ᏞႮᏀᎪᎡ ᎷᎬᎫϴᎡ〘RᴜsAᴍᴇ〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora