Mi celular empezó a sonar, con mis manos lo medio busqué en la cama, al no sentirlo alce la mirada y recordé que lo había dejado cargar en mi escritorio, con pesadez me levanté, lo desconecté y sin mirar la pantalla contesté.
-Hola?
-¡Shaden! ¿Cómo estás?
-Rosa, Muy bien y tú?
-Bien, oye, quería preguntarte que si puedes salir más tarde.
-¿Salir? ¿A donde?
-Pues a mi casa o a otro lugar, por mi no hay problema.
Dudé un poco, no tenía ganas de salir, a demás mi madre no estaría de acuerdo.
-No, disculpa, pero quedamos otro día con un poco de anticipación, vale?
-Bueno, entonces luego nos vemos.
Colgué.
En ese momento mi estómago retumbó, tenía hambre, en la mañana casi no había comido por que se me hacía tarde, salí con dirección a la cocina, abrí el refrigerador pero sólo había huevo, queso, varias frutas, mantequilla, jamón y pocas verduras.
¿Ahora qué hago? Toqué mis bolsillos pero no encontré dinero, vi la notita de mi madre en la mesita, sólo decía que había salido y no tardaba, pero nada de dinero, di un suspiro, pensaba qué hacer, ya no quería comer huevo, ya estaba harta, las ultimas semanas comía huevo a diario, al pensarlo se me quitó el apetito, fui a mi habitación y conecté la consola.
Ya llevaba varias horas jugando, muy concentrada, hablando con demás jugadores, algunos ya los conocía de partidas anteriores, llegó un momento en el que ya me molestaba el dolor de estómago, que se hizo cada vez más fuerte, hasta el punto de que estaba acompañado de un leve dolor de cabeza, era oficial, necesita comida, agarré mi móvil y una sudadera por que ya era tarde y salí del depa, toqué la puerta de mi vecina, salió casi inmediatamente, le pedí de favor que me prestara $50 para poder comprarme algo, por suerte era amiga de mi madre y fácilmente me los dio, seguido bajé a una tienda no muy lejos, parecía niña pequeña observando los anaqueles uno por uno hasta decidirme por alguna chuchería, cogí 2 paquetes de galletas, un refresco chico y varias golosinas, le pagué a la señora encargada, me fui de vuelta esperando que no haya llegado mi madre por que se pondría histérica si no me ve en el departamento. Retomé el mando ya con lo que compré anteriormente, me acomode en el sillón, comiendo galletas y dando sorbos al refresco de vez en cuando jugaba igual o más entretenida que antes. El cielo era un tono más oscuro, mi mamá ya estaba en la casa, recién había apagado la consola, pero todavía no me terminaba las galletas y había un pequeño charco de bebida en mi botella, las golosinas aún estaban en su respectiva bolsa, ni siquiera las probé, salí a saludarla pero su mirada me detuvo.
-Dime donde estabas- dijo con preocupación.
-En mi cuarto.
-¡No me mientas! Llegué hace como 2 horas y no estabas en casa así que salí a buscarte.
-Solo fui a comprar algo de comida, eso es todo- Hablaba con tanta naturalidad que no era normal
-Pero si sí hay comida- señaló en dirección al refrigerador.
-¿Eso s a lo que tu llamas comida?, ¿Crees que con puro huevo voy a sobrevivir?- me empezaba a enojar, y mucho.
-¡NO TENGO DINERO, NO TENGO TRABAJO! ¿QUÉ QUIERES?
- ¡QUE DEJES DE ANDAR POR LAS CALLES LAMENTÁNDOTE, BUSCA TRABAJO DE UNA VEZ!
no tuve tiempo de reaccionar, mi madre me soltó una cachetada que me mandó al suelo, mi mejilla ardía, se sentía caliente, con mi mano me sobaba para disminuir en dolor, seguido voltee a verla con lágrimas en los ojos.
-Piensas que eres buena madre, por esa razón te abandonó mi padre.
No le bastó con la fuerte cachetada y a mi no me bastó con esas palabras, sabía perfectamente que la lastimaría, Uno, dos golpes y al suelo de nuevo, en este caso no me podía defender por obvias razones, ella es mi madre, no le puedo pegar, y ella se aprovechaba de eso. Opté por irme de aquel lugar para evitar más problemas de los que ya se había hecho, cerré la puerta de mi habitación con seguro para que no me molestara y que yo no saliera en un buen rato, no estaba triste, tenía coraje, coraje e impotencia de no poder hacer nada. Mi madre fue despedida de su empleo por que faltaba demasiado y en ocasiones llegaba ebria, ahora nos mantenemos con lo que mi padre nos envía de E.U.A. Encontró una mujer de Los Ángeles y se quedó a vivir allá, muy hermosa, de rasgos finos, tez blanca y cabello lacio con ese tono amarillento en las puntas y castaño claro en las raíces, largo hasta la cadera, una mujer esbelta, de buena estatura. A los 11 años mis padres se separaron, decidí vivir con mi madre, gran error y ahora lo veo, tome esa decisión por que me daba miedo que mi padre me despreciara, yo con cabello negro a mitad de la espalda, un poco quebrado y un tanto maltratado, ojos cafés aparentando ser negros, estatura media, con lentes gruezos, con unos kilitos de más, pues claro que me sentiría menos a lado de esa mujer, pero ella siempre me quiso y su hijo también, él tenía 15 años en ese tiempo y fue producto al romance anterior al de mi papá.
Las lágrimas desaparecieron dejando mis ojos rojos, prendí mi laptop y abrí mis redes sociales, pasaba las noticias sin detenerme a mirarlas, todo era aburrido, pero no tenía nada que hacer, ya casi eran las 11 de la noche y era hora de irme a dormir para que mañana haga la misma rutina de todos los días, anduve divagando en mis pensamientos y a veces escribía cualquier tontería, llegaban favoritos, comentarios negativos y positivos acerca de lo que publicaba. Apagué la Laptop y me fui a dormir, espero que mañana sea mejor.
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Sueños.
Mystery / ThrillerUna mujer tiene que afrontar varios problemas que se acontecen en su vida; decide ya no sufrir más, pero no puede sola, tiene miedo al rechazo. "Esto me atormenta, me están matando, no puedo más. Son solo sueños, son solo sueños..." Una historia de...