La alarma me despertó como casi todas las mañanas pero no me levanté si no diez minutos después, no quería ir al colegio; una punzada en mi cabeza se hacía notar y unas ojeras inmensas se formaron debajo de mis ojos. Salí del cuarto para saludar a mi madre que ya tenía comida en la mesa, me senté y tomé un tenedor para devorar lo que había en el plato.
-Hija, ¿cómo te sentiste ayer?- cruzó sus brazos sobre la mesa.
Masticaba lento. No respondí.
-Bien- Se levantó y se fue mientras mi mirada estaba fija en la comida.
Me colgué mi mochila y jalé un suéter cualquiera para después irme del departamento. Caminé hasta la parada del autobús y esperé.
El colegio se sentía diferente, he faltado mucho, espero que no haya problemas; Mich y Ale no sé donde se encontraban, tal vez aún no llegaban. Saqué un cuaderno al azar, abriéndolo en una parte limpia para empezar a dibujar. Habían pasado cinco minutos ya y el aula se empezó a llenar de personas y junto a ellas el ruido escandaloso; por mi parte seguía haciendo patrones en mi cuaderno.
Alejandra tocó mi hombro cuando llegó dándome una cálida sonrisa; la saludé de igual manera.
-¿Dónde has estado?- Se sentó atrás de mí.
-Pues... digamos que mi vida dio un giro total.
-Me tienes que contar todo entonces- abría los ojos muy grandes y su sonrisa se ensanchaba.
-No, es un secreto- negaba con la cabeza junto con una sonrisa en mi rostro.
Enseguida se nos unió Michelle.
-¡Oye! ¿Has estado enferma o algo? Un día estás y al otro no- Mich se sentó a mi lado y nos saludó.
-Ay chicas, es culpa de mi madre; eso es todo- cerraba mi cuaderno pero no lo guardé.
No dije nada de lo que había estado pasando en los últimos días, tampoco volví a tocar el tema, más bien intentaba estar al tanto de todo lo que me había perdido. Eduardo hablaba con nosotras a ratos, era buen tipo, me cayó bien al final de cuentas.
...
-¿Porqué no llegaste a la primera hora?- preguntó Alejandra manteniendo la mirada al pizarrón para que no sospecharan que estamos hablando.
-Me quedé dormida, ya te conté- pasaba las hojas de mi cuaderno, lentas, hasta encontrar una en limpio.
-¿enserio te dijeron eso?- preguntó extrañada.
-Sí, ayer fue un día rarísimo. Pero... ¿te conté de Alexis?
-¿Tu amigo? ¿El que se mudó? ¡Claro que me acuerdo!
-Pues, es el hijo del doctor que ayer fui a ver.
Su cara giró lentamente a verme, con los ojos grandes y la boca abierta; me dio miedo por un segundo.
-¿Qué?- exclamó a lo alto.
-señoritas, silencio por favor- regañó la profesora. Me reí.
-¿Qué?- dijo casi inaudible.
-Como lo oíste- contesté de igual forma.
Al mismo tiempo Ale y yo giramos nuestras cabezas hacia el frente, dada por terminada la conversación (por ahora).
A punto de terminar la clase sentí mí celular vibrar en el bolsillo del pantalón, lo saqué de inmediato notando que era un mensaje de rosa, lo abrí y proseguí a leerlo:
"Te veo a las 4, lleva tu cámara"
¿Mi cámara? Uh, hace mucho que no la saco porque pensaba comprar una digital, pero salieron unos problemas, en fin, me parecía buena idea; además, me da buen tiempo para ir a mi casa.
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Sueños.
Mystery / ThrillerUna mujer tiene que afrontar varios problemas que se acontecen en su vida; decide ya no sufrir más, pero no puede sola, tiene miedo al rechazo. "Esto me atormenta, me están matando, no puedo más. Son solo sueños, son solo sueños..." Una historia de...