Sueños.

1. El Comienzo

"Estaba en un lugar oscuro y una luz tenue entraba a través de la ventana, todo era silencioso, me encontraba recargada en una esquina, donde se unían las paredes, me froté un par de veces los ojos y poco a poco me fui levantando, se oían los escombros crujir debajo de mis pies, di unos pasos con temor a caerme, con mis manos me iba guiando en aquel lugar ya que casi no podía ver, de pronto una voz hizo que me detuviera de golpe, volteé a todos lados tratando de encontrar a esa persona pero nada."

Abrí mis ojos, mi respiración era agitada pero traté de relajarme, había sido solo un sueño, solo eso, nada más, estaba enredada en las sábanas seguramente por los movimientos que hacía mientras dormía, me levanté con pesadez y me fijé en la hora, abrí mis ojos como platos, ya era tarde para ir al colegio, me vestí los más rápido posible, tomé mis cosas, salí del departamento, al bajar del elevador sacaba un poco de dinero para el camión, me subí y le pagué al chofer, estaba casi lleno, pasaba por el pequeño pasillo buscando un asiento, casi al llegar al final vi un muchacho con los ojos fijos en el celular con los audífonos puestos, tenía el cabello negro hasta los hombros, sin pensarlo me senté enfrente de él. Saqué una libro para leer durante el trayecto, de vez en cuando miraba a mi alrededor, mi vista se cansaba, así que pausaba la lectura, después de tiempo llegué a mi destino, era tarde y por consecuencia no había nadie afuera o en los pasillos platicando con sus amigos, no me apresuré al llegar puesto que de todas maneras un reporte de retardo ya estaba asegurado, avancé a mi aula correspondiente, en cuanto abrí la puerta todos posaron su vista en mi cosa que odio, el profesor hizo un seña indicando que tomara un lugar, entré y busqué a Michelle para sentarme al lado de ella, la localicé, su mochila apartando la silla detrás, la quité y se la di, saqué un cuaderno cualquiera , apuntaba lo que el maestro escribía en la pizarra.

-Hola- Michelle susurró para que no nos oyeran.

-No me hables, me abandonaste- Susurré de igual manera, pero no la miré, no dejé lo que estaba haciendo.

-Oh vamos, ya sabías que toda la semana estuve enferma.

En ese momento escuchamos a un muchacho hablar, lo cual nos llamó la atención, volteamos a verlo, era el mismo del camión, el de cabello negro.

-¿Puedo pasar?- se notaba cansancio y nerviosismo en su voz.

-Primer día y llegando tarde- Un tono de enfado se hizo presente en el que estaba a cargo del grupo.

-Bueno, es que no encontraba el aula y desconocía la clase que me tocaba- Se rascaba la nuca.

-Pasa, pero antes de sentarte, preséntate ante al grupo- Dijo el profe serio.

-Me llamo Eduardo, tengo 17 años  y recién me mudé porque ahora vivo con mi padre, no soy bueno hablando... me gusta la música y creo que ya- Cuando terminó pasó a su asiento al otro extremo del salón.

El maestro prosiguió con su clase, Química no me gusta, es muy aburrido, la próxima semana era la entrega de proyectos y aún no pensaba en lo que iba a presentar, ¡Soy un desastre!

Michelle me mandaba papelitos, no soportábamos estar aquí, así que platicábamos, nuestras conversaciones eran tontas, sin importancia, pero sin embargo siempre me hacían reír y supongo que a ella también, teníamos una suerte que no era normal, el profe nunca se daba cuenta y que bueno, si viera nuestras conversaciones nos mandaría a detención de por vida, sonó el timbre por fin, indicando la próxima clase, todos se levantaban de sus asientos, se estiraban, se relajaban o simplemente a completaban las tareas, hoy era diferente, la mayoría de las mujeres se fueron a darle la "bienvenida" al chico nuevo.

-Oye, mira esas fáciles- Michelle voltea hacia el grupito que se formó alrededor de él.

-De esas hay en todos lados- Me agaché para recoger mi morral y ponerla en mis piernas, saqué mi libro para no aburrirme.