8. Película

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Escuchaba a una niña gritar pero no sabría quién era o de dónde provenía aquella voz, de repente oí un grito ahogado, algo desgarrador, muy tétrico, mi desesperación aumentó dramáticamente al no poder moverme y no poder ver nada. Esa voz se escuchaba más y más cerca, arrastraba las palabras haciendo el ambiente más aterrador. 

De un momento a otro ya no sentía la presencia de una persona, sino tres, mis piernas y brazos comenzaron a temblar, me costaba respirar, el aire se volvía más pesado, extendía mis brazos y automáticamente me encogí al sentir el frío calando mis huesos. Literalmente me estaba volviendo loca, al no poder moverme y ver nada me sentía inútil, muy indefenso, vulnerable. De tanta impotencia me dieron ganas de llorar, pero las lágrimas no salían. Quería salir de allí... Ahora.



--¡Shaden!-- Gritó Alejandra

Un impulso de energía llegó a mi cuerpo y abrí muy rápido mis ojos, la luz del foco me lastimaba así que apreté muy fuertes mis párpados, después de unos segundo volví a la realidad viendo a mi alrededor, inspeccionando todo el lugar, no tenía respiración agitada, no estaba sudando, me hallaba muy relajada, como si nada hubiera pasado, ni siquiera pregunté que me había pasado, puesto que era obvia la respuesta, un desmayo. Michelle se acercó con un vaso de vidrio lleno de agua, con desesperación me lo entregó y bebí el contenido de inmediato, me preguntaron que si me encontraba bien y que si no me llevaban a un hospital, no necesito eso les dije, sentí que no las convencí por completo, simplemente llamaron a mi madre, genial, pensé.

--Viene en camino-- Alejandra me avisó.

--Les dije que no era necesario-- con fatiga me levanté del suelo. Sin querer estire mi cara pero algo no se sentía normal, corrí hacia el baño y me miré al espejo, de mi nariz hacia abajo estaba repleto de sangre ya seca, abrí el grifo y empecé a limpiar mi rostro, el agua fluía rápido, con un tono rojo claro en ella, cuando estaba completamente transparente dejé de limpiar, salí quitando los restos de agua con mi manga, ese par se encontraba cada una con un paquete de frituras mirando hacia la nada masticando el bocado sin ganas se podría decir que obligado, cuando me miraron se levantaron al mismo tiempo y dejaron las papitas en la mesa.

--Y... ¿Las películas?--Pregunté muy normal.

--¿segura que te sientes bien?-- Cuestionó Michelle.

--¡Que sí hombre! Dejen de darle tantas vueltas al asunto, sólo fue un desmayo-- me acerqué a las bolsas en el suelo y tomé las películas pasando una a una leyendo los títulos y un resumen para darme una idea de qué se trataba.

--Bueno--Ale se levantó dirigiéndose hacia mí-- cual veremos-- me arrebató dos de ellas, quedándome con la última película de la lista, se notaba interesante, de portada traía a los típicos personajes estadounidenses pero con un lema diferente.

--¿Esta?-- dije alzando la caja.

--Vale, deja ponerla-- Michelle me la arrebató de mis manos y se acercó a la televisión.

Un hombre llamado Johan se dedicaba a matar a empresarios exitosos, cuatro años repitiendo sus hazañas sin ningún fallo, todas las escenas en las que se encontraba su víctima se hallaban limpias, sin dejar rastro, tanta era la perfección que una persona promedio no se daría cuenta si estaba muerta o simplemente durmiendo, un par de días pasaban para que el cuerpo sin vida desprendiera esos olores desagradables. La policía Megan recién había entrado a trabajar en la estación, como Médico Forense, le encantaba su trabajo, se graduó con honores de su universidad y en ese momento analizaba un caso muy fácil a los ojos de ella y como esperaba tuvo éxito, así pasó el tiempo, demostrando sus grandes capacidades para diagnosticar rápidamente las muertes de las víctimas ayudando a sus compañeros a resolver los crímenes.

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