De un momento a otro habíamos llegado los tres a un pequeño edificio, mientras que Aqua mantenía una mirada segura, Kana se encontraba bastante confusa e insegura ante toda esta situación.
Aqua se acercó al portal y abrió una puerta de madera con algunos cristales, a ambas nos dio algo de tirria el escuchar como aquella puerta con el leve movimiento que hacía Aqua para abrirla rechinaba con mucha fuerza
- Los dueños de este edificio deberían por lo menos echarle algo de aceite a esa puerta - Aqua ladeó la cabeza con extrañeza al no entender por qué lo decía, quizás él simplemente en ningún momento le dio importancia que aquella puerta hiciera tanto ruido - Me refiero a que cualquier día esa puerta se te caerá encima... Da igual
Escuché como Kana soltó una ligera risa ante esta absurda situación y ambas cruzamos esa puerta y lo primero que pudimos visualizar era aquella entrada con paredes de color ocre, aunque más nos llamó la atención el ver que no había un ascensor ¿Tantos años tenia aquel edificio? Solo habían unas escaleras y por lo que se pudo ver por el exterior era un edificio con mínimo unos siete pisos, no me quejaría si existiera un ascensor... pero como no existe... Tengo derecho a quejarme en cualquier caso.
- Aqua... ¿En qué piso vive el director? - Entendía la pregunta de Kana, pues ante esta situación y que ese director vivía bastante lejos a ninguna de las dos nos hacía mucha gracia tener que subir no sé cuántos escalones -
- En el sexto - El soltó aquello con simpleza mientras caminaba hacia las escaleras y empezó a subirlas -
Todo esto me generó una pregunta ¿Cada cuanto viene Aqua a verle, cada cuanto sube los seis pisos? Si fuera él ya hubiera renunciado a verle casi todos los días y simplemente vendría una vez al mes... Quizás...
- No te preocupes Kana, no puede ser tan malo - intentaba animarla, no solo a ella, que con tan solo escuchar las palabras de Aqua se desanimó, sino a mi misma también -
Ella asintió y ambas empezamos a subirlas a paso lento, con bastante calma, no queríamos cansarnos demasiado rápido, cuando llegamos al primer piso vimos a un Aqua apoyado en la pared mirando su teléfono como si nada, él quizás, realmente estará disfrutando de nuestro sufrimiento.
- Pensé que no llegaríais nunca - se burló de ambas con una sonrisa burlona... era él realmente un descarado - A poder ser seguid mi paso, no quiero tener que esperaros en cada piso que subimos ¿si?
Ambas asentimos y continuamos subiendo las escaleras, los primeros pisos fueron sencillos y no nos cansamos, en el momento en el que estábamos en el quinto Kana poco más y subiría las escaleras arrastrándose por el suelo, no iba a mentir después de tantos escalones incluso a mi me dolían las piernas.
- Deberías recomendar que instalaran un ascensor o algo así - mi respiración algo acelerada por el esfuerzo físico ya lo decía todo esto no era para mi, pero no era mi culpa, simplemente me cansaba muy rápido -
En cuanto subimos al último piso Kana y yo nos sentamos en el suelo a descansar un poco, en este momento fue cuando nos dimos cuenta de que no volveríamos a visitar a aquel director que siempre venía a ver Aqua.
Entonces escuchamos como él sin esperarnos tocó la puerta, y nosotras para no quedar mal enfrente de nadie nos levantamos rápidamente sin pensarlo mucho y vimos cómo una señora mayor nos abría la puerta con una dulce sonrisa, mi cara de confusión la debió ver Kana para que me tuviera que susurrar que era la madre del director, cosa que me sacó una ligera risa, no sé cuántos años tendrá, pero me sorprendía que siguiera viviendo con su madre.
Los tres nos quitamos los zapatos y caminamos sobre aquel suelo de madera que parecía recién limpiado, quizás ella sabía que vendríamos a visitarla, o quizás simplemente ya estaba acostumbrada a que Aqua viniera la mayoría del tiempo, cosa que no me extrañaría.
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Segunda oportunidad (Aquamarine Y Tu) *Cancelada*
RomanceAquello que tanto perdí lo buscaría sin parar, puedes llamarlo como quieras... Justicia? Odio? Yo solo quiero cumplir mi cometido, sola o acompañada. Es igual de difícil de comprender que al igual que el simple hecho de mi reencarnación.