El árbol de Roble Blanco (Poemario)

14. La muerte.

Oculta suelo estar, me encanta bailar, en la sombra de los demás,

Porque a la luz del día, no me debo hacer notar.

Yo, a cada momento desde que nací,

Me llevo almas innecesarias de su puro o putrefacto cuerpo.

He visto lo hermoso y lo trágico de la humanidad,

He visto a Dios y al Diablo, por igual.

Yo no soy, como me suelen nombrar, puedo ser más común que un simple mortal.

Soy el que, a tu lado siempre va a estar,

Por lo menos hasta que llegue la hora de irte a buscar,

Ya que, de mí nadie se puede salvar

No necesito el miedo, de esta humanidad

Yo simplemente trabajo, con mucha humildad

Yo, sin que ustedes lo sepan los he admirado, por un largo tiempo

Igual que mi hermana, me gusta leer todo tipo de pensamientos.

Pero a ella, la quieren e idolatran; Así es como descubrí, qué

Hay gente malvada, llena de bondad y hay gente buena con mucha perversidad.

Un corazón puro, difícilmente se puede encontrar.

Mi único secreto, es que me encuentro enamorado del amor,

Pero juntos, no somos una buena combinación

Incluso, el Sol y la Luna tienen más fortuna, que el amor y yo.

No temas de mí, suficiente te he contado ya,

Él día que te busque recíbeme como a un amigo más.