33. Hermoso sufrimiento.

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Mi piel se incendia,

El fuego me quema con todas sus fuerzas.

Me arde y se desvanece,

Con gritos de gemidos ahogo mi dolor

Y lágrimas de sangre lloro el día de hoy.

Luego me ahogo en un océano profundo,

Dónde lo único que se escucha es mi desesperación

Y pidiendo a chillidos el perdón de Dios

O que me ayude la mano del otro Señor.

Ahora enfrento al feroz viento,

Me arrastra revolcándome por todos los suelos,

Dónde sin estar muerto soy solo polvo,

Dónde los gusanos ya me están consumiendo,

Y el zumbar de las moscas me están advirtiendo.

Sin embargo, no es el final, ya que ahora

Están sueltos los Lobos,

Y huyendo sin descanso me encuentro yo,

Y en mi cuello siento su respiración,

Tienen mucha sed de lo que es mi carne,

Esa en el estado de la putrefacción.

Un ángel me ha salvado,

Una hermosa mujer

Que en sus brazos me está adorando,

Me he enamorado y su piel de porcelana yo he acariciado.

Oh, no, me ha abandonado, me ha destruido

Y todo se lo ha llevado.

Se fue con mi alma entre sus manos,

Me desamparó e inconsolable

He quedado yo.

¿Qué más puede sufrir un hombre?

Si estando vivo y en tierra,

Con todo mi sufrimiento,

La muerte suena como lo más excelso.

Pues no hay mayor infierno

Que el que yo estoy viviendo.

El árbol de Roble Blanco (Poemario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora