Mujer divina, tienes cuerpo de guitarra;
Mis ojos de forma atrevida aprecian tus curvas,
Mientras tu cuerpo, reclama mis manos deseosas
Que anhelan el poder tocarte
Tu voz, es melodía para mis odios;
Tu risa, tu llanto y gemidos lo son todo para mí,
Dos de ellos, quiero provocar constantemente
El otro, quiero calmarlo siempre
Oh amada mía, estaré contigo cuando me necesites.
Y como pintor quiero plasmarte, justo como tú lo haces
Al ver por tu ventana, el atardecer asomarse;
Pero te plasmaré, solo en mi mente
Porque allí, incluso después de la muerte perdurarás en mí,
Pues el brillo en tu mirar es algo que jamás podré olvidar,
Y mientras tú, escuchas mis versos
Siendo maestra en el pincel, yo soy maestro en la tinta y el papel
Narrando está obsesión que contigo he de tener.
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El árbol de Roble Blanco (Poemario)
PoetryEste es un poemario en donde se muestra la debilidad y vulnerabilidad del ser humano, en este caso de mí misma... Muestro a través de mi poemas lo que me ha hecho sentir el amor, la ruptura de una relación, la depresión, el anhelo, mis sueños y dese...