Había pasado un año desde aquél acontecimiento.
Once se había vuelto la cabeza del mundo que lo rodeaba.
Cada rincón del mundo conocía aquél invento que había comenzado con algo pequeño y simple.Dominick había empezado a estudiar derecho en la misma ciudad en donde Once dió a conocer su producto por primera vez.
Mientras tanto, Nick era algo así como un asociado en la empresa; es decir, Once no tomaba ninguna decisión sin consultar a Dominick y viceversa.Sinceramente, ni Nick ni Once se habían puesto a pensar en el impacto horrible que haría esto al planeta.
Para ser sinceros, la mayoría de las propuestas crudas o egoístas tomadas por Once eran inducidas por su familia, principalmente Dominick, quien, aunque no tenía la intención de dañar a nadie, era el más sacado de quicio, siendo el más manipulador.
Sin darse cuenta, esto había afectado brutalmente a Once quien, si bien aún pensaba en el bienestar de los demás, habían decisiones que tomaba algo cuestionables. Su "yo" de hacía apenas un año lo hubiera etiquetado como un monstruo insensible. Estas repercusiones se mostraron cuando Once hizo pública una relación con "Gina Winter". Una chica de sociedad de al menos unos 18 años; rubia, piel clara y ojos verdes esmeralda. Solía vestir con ropas extravagantes y, si se le permitía opinar, era exageradamente molesta.
Esta noticia sacudió a la prensa y rápidamente se esparció por el mundo.
Al enterarse de esto, Dominick entró envuelto en furia a la oficina de Once-Ler. Le rompía el corazón saber que Once tenía pareja, pero también le dolía que Once fuera algo que no era (o que al menos lo aparentara).
-¿Nick? ¿Qué pasa? -preguntó Once confundido.
Once se encontraba sentado en una gran silla roja, justo enfrente de un enorme escritorio del mismo color, revisando algunos papeles.
Ciertamente, la vestimenta de Once era diferente, ahora portaba un traje verde junto con un sombrero de copa del mismo color. Aunque, claro, Nick había cambiado su vestimenta a un sencillo traje negro.
Dominick se detuvo enfrente del escritorio.
-¿Una novia? ¿En serio? -cuestionó Nick.
-Mira, Nicky, sé lo que vas a decir. Pero necesito hacer esto por la compañía, ¿Sabes lo mucho que afectaría mi reputación si se enteran de que soy gay?
-¿Y eso qué? No puedes ir por la vida así. ¿Sabes lo mucho que le dolería a esa pobre chica?
-¿Quién? ¿Gina? -se mofó. -Mientras le de dinero le importa una mierda.
-Ella también tiene sentimientos, Once-Ler. -Once se encogió de hombros, indiferente ante la situación.
-Creo que el dolido eres tú, Dominick.
-¿Disculpa? -Once se levantó de su asiento y se dirigió a Dominick hasta quedar cerca de él.
-Sabes que no puede haber nada entre nosotros, Nicky. -dijo colocando su mano derecha en la mejilla izquierda de Nick, quien la quitó con molestia.
-Esto no tiene nada que ver. ¡No puedes ir por la vida haciendo esto!
-¿Por qué no? Es por la compañía.
-Sólo te quieres engañar a tí mismo. A nadie le importa si eres gay o no.
-Tú y yo sabemos que eso puede manchar mi nombre. -Once se acercó a Dominick, más de lo que ya estaba. -Pero no te preocupes... Aún te amo. -tomó el rostro de Nick y lo bajó hacia el suyo para proporcionarle un beso en los labios.
Dominick no lo pensó dos veces y alejó a Once.
-¿Qué demonios te pasa? -preguntó exaltado.
-Era para calmarte. Estás muy tenso.
-Necesitas terapia. -Once rió sarcásticamente y se dirigió a su asiento.
Sacó de uno de los cajones del escritorio un cigarrillo.
-Esto es mi terapia. -comentó para luego tomar un encendedor y prender aquél cigarrillo.
Lo introdujo a su boca.
-¿Un cigarro? -Once sacó el cigarrillo de su boca y sacó una bocanada de humo.
-Sí. ¿Gustas?
-¿Desde cuándo fumas? -Once volvió a poner el cigarrillo en su boca.
-No sé... -soltó otra bocanada de humo. -¿Dos? ¿Tres meses, quizá?
-¿Y yo no lo sabía?
-Estás en la escuela y eso... Además, no es como si fuera a llegar y decir "¡Oye, ya fumo!". -comentó con sarcasmo.
-Buen punto. -estiró su mano en forma de petición. Once entendió y le dió el cigarrillo.
Ahora era Nick el que tenía el cigarrillo en su boca.
Soltó una bocanada de humo. -Gracias. -le devolvió el cigarrillo a Once. -Fumar mata. -le dijo con una sonrisa sarcástica.
Once solamente rió con ironía.
Al final, Dominick salió de ahí.Toda la familia tenía una habitación en aquella enorme y monumental fabrica, y Nick no era la excepción.
Dominick se dirigió a su habitación, cerró la puerta y se sentó en la esquina de la cama.
Estaba roto, destrozado. ¿Por qué su hermano tenía que hacer eso?
Le dolía el corazón.
Unas lágrimas llenas de tristeza y de amargura rodaron por sus mejillas y fue cuando cayó en la cuenta: ¿Qué estaba haciendo?
Impulsaba planes horribles, trataba terrible a la servidumbre, estudiaba una carrera que claramente no quería y, por si fuera poco, le gustaba su hermano.
¿Podía ser peor?
Todos esos pensamientos se disiparon por un momento al escuchar una voz familiar llamándolo por su nombre.
Nick levantó la mirada y, justo frente a él y sentado en una pequeña silla de madera que estaba justo enfrente de la cama, estaba El Lorax. -¿Lorax?
-Ese soy yo.
-¿Qué haces aquí? -no habían tenido molestias por parte del Lorax en 3 meses, por lo que le sorprendía un poco su aparición.
-Te has dado cuenta de lo mal que está tu hermano.
-Él solamente no sabe cómo salir del closet, exagerado.
-Y se oculta a costa del daño que puede causar. Por ejemplo a tí.
-A mí no me causa ningún daño.
-¿Entonces por qué llorabas?
-Por algo... Déjame en paz.
-Ven... Te quiero mostrar algo... -El Lorax bajó de la silla y comenzó a caminar hacia la puerta, a Dominick no le quedó más remedio que ir tras el porque, una, tenía que abrirle la puerta para salir y dos, tenía curiosidad por saber qué le quería mostrar.El Lorax lo guío a las afueras de la fábrica, donde se veían los inicios de un paisaje deteriorado.
Si bien, aún no estaba completamente destrozado, la producción de todo un año había arrasado con dos mil hectáreas. Lo suficiente para ver un paisaje menos colorido que el que había conocido Dominick.
-¿Qué querías mostrarme?
-¿Acaso no ves la destrucción que hay frente a tus ojos?
-Sí, la veo. Pero no entiendo por qué me trajiste aquí.
-¿No lo entiendes? ¡Están acabando con la vida de cientos de animales! Y no sólo animales, están afectando a las personas de la ciudad. -dio un suspiro. -Sé que detrás de este hombre ambicioso que veo, hay uno que sabe que esto es incorrecto y que no quiere dañar a nada ni a nadie. -en cierta parte, tenía razón.
Tal vez Nick tenía ambiciones y cada vez deseaba más; tal vez quería sentirse el Rey del mundo. Pero no a costa de dañar a algo o a alguien.
Aún así, no dependía de Nick. Su hermano definitivamente no lo escucharía, esto era algo de lo que él tendría que darse cuenta solo.
-Intentaré convencerlo, Lorax. Pero no te prometo nada, porque sé que tal vez no lo cumpliría. Pero intentaré hablar con él.
-Gracias. -Dominick volvió adentro de la fábrica.Se dispuso a volver con su hermano, quien estaba en una situación comprometedora con su "novia".
-Por Dios, Dominick, ¿No sabes tocar? -reprochó Once.
Esta escena destrozó por completo el corazón de Nick, pero ya no podía reclamarle nada.
La chica, quien estaba arriba del escritorio con el vestido rosado algo levantado de la pierna, sólo se dispuso a bajar el vestido y revirar los ojos con molestia.
Once acomodó su camisa, la cual estaba desabotonada de arriba, ni siquiera se molestó en la corbata que estaba tirada en el suelo. -Bueno, a lo que viniste.
-Olvídalo. Vendré en otro momento. -dijo Dominick con la intención de huir de ahí.
-Ya interrumpiste, ya dilo.
-¿Puede ser en privado?
-Ugh... Gina, hablamos en otro momento. -la chica bajó del escritorio desordenado y salió del lugar. -¿Qué quieres?
-¿Ibas a acostarte con esa tipa?
-Vino y lo primero que hizo fue besarme, ¿Qué esperabas? Soy un hombre.
-Pero no ese tipo de hombre.
-¿Y eso qué? Si la mantengo feliz no sospecha nada.
-Tú y yo tenemos conceptos de eso algo diferentes.
-Como sea, ¿Qué querías?
-El Lorax habló conmigo... Necesito que dejes de talar. -Once, al escuchar esto, soltó una carcajada.
-Muy chistoso, hermanito.
-Once-Ler, es enserio.
-Uy, perdón. Ay, ¿Cómo te convenció? Dominick-Ler definitivamente no hubiera dicho semejante cosa.
-Once, los animales están muriendo y las personas están enfermando, ¿No lo entiendes?
-Aquí nadie está muriendo, no seas exagerado.
-¿Has visto allá afuera? ¡Todo es un caos!
-¿Y a mí me afecta en...?
-Tú también puedes morir, infeliz.
-Yo me siento muy bien.
-¡Once-Ler! -el mencionado lo jaló del cuello de la camisa.
-Mira, yo no voy a dejar de hacer lo que hago así que, hasta que no me esté muriendo o pierda un juicio, voy a seguir talando cuantos árboles se me antojen. -Nick tragó saliva.
-Muérete, entonces. -dijo para luego empujar a Once con fuerza.
-Ven, hay que terminar lo que Gina y yo ya no pudimos.
-Me das asco, Once-Ler. Asco. -dicho esto, salió furioso del lugar.
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~Are you satisfied?~ (Onceler/Una vez)
FanfictionOnce-ler y Dominick-ler, dos hermanos (adoptivos) viajan a un bosque en busca de nuevas oportunidades para ambos. Cuando Once logra llevar su invento a las nubes, la fama se le sube a la cabeza y Dominick intenta hacerlo entrar en razón antes de que...