•PARTE 10•

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Al día siguiente, Dominick no se reportó a trabajar.
Comenzó a hacer maletas, no estaba dispuesto a pasar un día más en ese lugar.

Cuando estaba apunto de abandonar el lugar (alrededor de la 1:00 pm), todo se volvió un caos.
Había un montón de reporteros afuera de la fábrica, todos los empleados estaban de allá para acá y la oficina de Once-Ler estallaba en gritos de discusiones.

Nick pensó en salir a hurtadillas, sin embargo, fue rodeado por un montón de reporteros en cuanto puso un pie afuera. Los reporteros hacían preguntas como "¿Qué pasará con la compañía?", "¿A qué se debió su desaparición en la empresa?", "¿Plantarán más árboles?", "¿El señor Once-Ler podría concedernos una entrevista?", algunos, más astutos, preguntaban cosas como "¿A qué se debe esa maleta?", "¿Qué sucedió con Melissa Park?", "¿El señor Once-Ler está satisfecho con toda la destrucción?".
Dominick sólo respondía con "Sin comentarios" o simplemente no respondía.
Nick no entendía qué era lo que sucedía, ¿Por qué la prensa estaba ahí? ¿A qué se referían con "plantar más árboles"?

Dominick no tuvo más remedio que volver adentro.
Dominick se quedó encerrado en su cuarto esperando que todo se calmara.
Quería ayudar a tranquilizar todo, pero no iba a hacerlo. Que Once se hiciera cargo de todo por primera vez en su vida.

Pasó casi todo el día, Nick revisó las noticias.
Al parecer, el último árbol de Trúfula había caído, al mismo tiempo que las ventas.
Todo estaba en una conmoción.

Ahora Dominick entendía las palabras del Lorax, literalmente ese día fue muy tarde.

Aproximadamente a las 7:00 pm se calmó todo el asunto, por lo que, cuando pensó que habría paz y podría irse, todo se puso peor.
Su madre corrió hacia él en cuanto lo vio salir.
-¡Nicky! ¿Dónde estabas? ¡Todo es un desastre! -exclamó la señora.
-Lo sé. Cayó en último árbol de Trúfula. -comentó Dominick con amargura.
-¡Todo es un caos! Las demandas están por los cielos y con más fuerza, ¡Tenemos que irnos!
-Un momento... ¿Irnos?
-Sí, irnos. ¿Sabes lo mal que nos va a ir con todas esas demandas y ese desastre?
-Soy abogado, veré qué puedo hacer...
-¡Ya no es eso, Nick! Ya es imposible ganar los juicios y quieren embargar la fábrica, o demolerla, o yo qué diablos sé. Tienes que venir con nosotros. -Dominick sabía que su madre tenía razón, pero cayó en la cuenta de que gran parte de todo el caos era su culpa y que irse sólo sería cobarde.
Tenía que enmendar sus errores y enfrentar las consecuencias.
-Lo siento, ma. Pero no iré.
-¿Escuchas lo que dices? ¡Tú y tu hermano pueden acabar en la cárcel!
-Puedo llegar a un acuerdo, ma. Tal vez nos quiten esta fábrica, pero ninguno acabará en la cárcel.
-Por favor, Nick. Tal vez también puedas convencer a tu hermano, él tampoco se quiere ir.
-La primera buena decisión que ha tomado en los últimos años.
-¡Nick!
-Lo siento, mamá. No voy a ir. -la señora suspiró.
-¿Seguro, hijo?
-Seguro. Pero voy a despedirme. -Dominick abrazó a su madre. -Gracias por todo.

Nick y su madre se dirigieron afuera de la fábrica.
Toda la familia estaba arriba de la casa rodante en la que habían llegado años atrás al lugar.
-Aún puedes venir con nosotros, Nicky.
-No, váyanse tranquilos. -se asomó para ver a Brett y a Chet. -Chicos, estudien lo que quieran estudiar, ¿Sí? No se dejen llevar por lo que les digan. -miró a sus tíos. -Tía Grizelda, tío Ubb, no sean tal duros con mis hermanos, sé que ustedes pudieron haber pasado por varias cosas, pero no es culpa de ellos. -volvió su mirada a su madre. -Mamá... Nunca dejes a un lado a ninguno de ellos.
-No lo haré. -pudieron ver a Once llegar y pararse al lado de Dominick, quien no le dirigió la mirada. -Hijo, cuánto me has fallado. -dijo la señora Ler a Once. -¡Brett! Ahora eres mi favorito. -seguido de esto, el automóvil partió.
Dominick rió ante lo último que dijo su madre, ella solía bromear de ese modo cuando Once y él eran chiquitos para que ambos se pelearan e hicieran las labores de la casa por ella.
Once miró a Dominick, quien sólo le dirigió una mirada triste y luego le desvió la mirada.

El Lorax, junto con los animales que lograron sobrevivir, se acercaron.
-Oigan, no quiero tener problemas. -dijo Once, algo asustado al verlos.
-Y no los tendrás. -respondió El Lorax. -Con ellos no. -dijo refiriéndose a los animales.
Nick se acercó al Lorax.
-Lamento que todo esto pasara... Debí esforzarme más... -dijo Dominick, afligido.
-Tú mismo lo dijiste, no puedes cambiar a una persona que no quiere hacerlo, pero sí puedes corregir tus errores. -Nick solamente dió una débil sonrisa.
El Lorax volvió a dirigir su mirada a Once. -Gracias a tí y tu talado, esmogueo y blopeo, ya no pueden vivir aquí. -los animales comenzaron a irse lentamente, devastados por la destrucción del lugar al que alguna vez llamaron hogar.

Once miró triste este suceso. ¿Realmente había sido tan malo? -Así que deben irse. Espero que encuentren un lugar mejor en alguna parte...
-¿Melvin? -cuestionó Once, sorprendido.
Inclusive su mula se estaba yendo. Era un milagro que hubiera sobrevivido, a decir verdad. -¡Melvin! -intentó detenerlo. No pudo.
Luego divisó a cierto osito del cual se había encariñado. -Oye, Pipsqueak... -dijo llamando la atención del osito, quien lo volteó a ver con tristeza.
Once sacó un malvavisco de uno de sus bolsillos. -¿Quieres? -Pipsqueak lo ignoró y siguió su camino, afligido.
Fue entonces que Once-Ler cayó en la cuenta de todo el mal que había hecho. Todo por un absurdo y tonto deseo de un poder que nunca iba a tener.

Once miró al Lorax y se quitó el sombrero de copa que tenía, estaba apenado. Tanto él como su hermano le habían advertido, pero él estaba tan envuelto en su avaricia que no hizo caso.
El Lorax, quien estaba parado encima de una roca, miró a Once con decepción. Once había hecho promesas, era un chico con grandes oportunidades. Nunca iba a cumplir ninguna, ahora.
Lorax comenzó a volar por el cielo hasta desaparecer en las oscuras y negras nubes.

Dominick se acercó a la piedra en la que, segundos antes, había estado parado El Lorax.
-"A menos que..." -dijo Nick en voz media.
Once lo miró, con melancolía.
-N, Nunca quise que esto pasara... -dijo con una voz temblorosa de la tristeza, el miedo y la vergüenza que sentía.
-Espero estés satisfecho con todo lo que hiciste, Once-Ler.
-Yo...
-Pero esto también es mi culpa. Te permití muchas cosas.
-No... Nick... Esto no es...
-Soy Dominick-Ler.
-Nick... Hermano...
-No, Once-Ler. No soy tu hermano. -dicho esto, Nick comenzó a caminar hacia la fábrica, dejándo a Once completamente sólo afuera.

~Are you satisfied?~ (Onceler/Una vez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora