Dominick y Once, hermanos adoptivos.
La madre de Once había adoptado a Dominick desde que era un bebé, pues lo habían dejado afuera de su casa en una pequeña canastita, cubierto en mantas y con una nota que explicaba que la madre no podía cuidarlo y le pedía a la señora Ler lo cuidara. La señora Ler (que en ese momento era una persona muy encantadora) aunque confundida por el suceso ya que, realmente nadie hacia eso desde medio siglo atrás, tomó al niño en brazos y lo cuidó como suyo.
Un año después, nació Once, el primer hijo de sangre de la señora Ler. Un chico peculiar, a diferencia de los demás, él no estaba conforme, siempre intentaba innovar. Desde muy pequeño mostró gran interés por hacer sus propias invenciones (realmente ninguna funcionaba), por lo cual era víctima de bullying y algunos maltratos psicológicos por parte de su madre.
Aún así, Once y Dominick se llevaban de maravilla. Dominick siempre apoyaba a Once en sus inventos y Once a Dominick cada que tenía problemas. Eran básicamente los mejores amigos.
A la edad de tres y cuatro años, nacieron Brett y Chet, gemelos. Al ser los menores, eran algo consentidos (y bastante malcriados). Tenían de intelecto lo que de serios y educados. Eran algo así como un par de idiotas que se las hacían de saberlas todas.
Aún así, aunque no fuera la mejor relación del mundo, los cuatro hermanos se llevaban relativamente bien; es decir, eran hermanos.
Aunque, claro, era mejor la relación de Dominick con Once y la de Brett con Chet, por separado.
Los años pasaban, Once era constantemente burlado, no sólo por sus compañeros de clase, también por su madre; Dominick se mantenía al margen, era soñador, claro está, pero se centraba un poco más en encajar que en sobresalir.
Once y Dominick, planearon independizarse juntos en cuanto Once tuviera la mayoría de edad. Y así fue. Al Once cumplir los dieciocho años, estaba listo para partir de casa junto con su hermano y mejor amigo, con la excusa de que iría en busca de el material perfecto para otro de sus inventos (uno muy ridículo, por cierto): El Thneed.
Ya ambos se encontraban en una carreta, jalada por la mula de Once, apunto de partir. ¿Por qué una carreta? La familia Ler era una familia de pueblo y, el único automóvil que tenían (que era básicamente una especie de casa rodante), estaba destinado a viajes familiares.
—Bueno, ¡Allá voy, ma! —exclamó Once subiéndose a la carreta. —¡A cambiar el mundo con mi Thneed! —tomó las riendas de la mula. —De verdad lo haré. —exclamó sonriente.
—Recuerda siempre, Oncie: —dijo la madre de Once. —Si tu invento resulta un fracaso en lugar de un éxito... ¡Eso no me sorprendería nada! —tanto la madre como el resto de los que estaban afuera (que eran básicamente Brett y Chet, su tía Grizelda, su tío Ubb y, obviamente, su madre) comenzaron a reír.
Brett se acercó a la carreta.
—Lindo auto. —dijo Brett para luego dar un golpe a Once. —¡Bruto! —comenzó a reír, sin embargo, fue pateado por la mula de Once.
—Sí, "bruto". —se mofó Once. —¡Pero ya verán! —se cayó su pequeño sombrero mientras hablaba, por lo que se lo acomodó. —¡Les voy a mostrar que se equivocan!
—Tranquilo, tu invento va a resultar. —le susurró Dominick, quien estaba sentado al lado de Once, con una sonrisa.
—Nick, sabes que no tienes por qué apoyar las ideas raras de tu hermano. —comentó la señora Ler.
—Ma, yo confío en Once.
—Bueno, como quieras.
—¡Camina, Melvin! —exclamó Once finalmente, algo molesto, mientras jalaba las riendas para irse de una vez.Durante el camino, Once iba tocando su guitarra electrica y trarareando una canción. Dominick lo acompañaba en el tarareo.
Once suspiró con alegría. —¡Al fin! Tú y yo: ¡Dos hermanos en busca de aventura! —Dominick rió.
—¿No has pensado en ser músico? —preguntó Dominick a Once. —Es decir, eres bueno con la guitarra.
—No es mala idea... Pero el mundo necesita gente de ideas, ¡Y yo soy una!
—Tú siempre tan innovador.
—Y tú tan conformista. —ambos rieron. —Además, me vería muy bien en un traje de empresario.
—Quisieras. —Once le dió un codazo, a lo que Dominick rió. —No puedo creer que en lugar de decirte que termines la carrera te estoy apoyando en esto.
—Tú tampoco lo hiciste.
—Si yo me tiro de un puente, ¿Tú también te tiras?
—Suenas a abuelita. —rieron.
—Eres un idiota.
—Así me quieres. —Dominick reviró los ojos.
—A todo esto, ¿Adónde vamos?
—Ehh...
—¿Once-Ler? Por favor dime que sí sabes adónde vamos.
—Vamos a buscar el material perfecto para mi Thneed.
—¿No sabes adónde vamos? —exclamó Dominick.
—Piénsalo así: estamos en busca de una aventura.
—Ay, por Dios. —se quejó Dominick, golpeando con la palma de su mano su frente.
—Relájate, lo encontraremos antes de lo que imaginas. —Dominick movió la cabeza, no como si negara, como cuando un animal se sacude después de mojarse; esto para reflejar disgusto y al mismo tiempo risa. Le molestaba que Once no supiera adónde iba, pero le daba risa su optimismo (y, de cierto modo, también lo admiraba), era una de las cosas que le gustaban de Once. Nunca se rendía.
Once se quedó dormido en un punto del camino (tenía sentido ya que habían partido desde muy temprano y habían estado viajando todo el día), por lo que Nick tuvo que tomar las riendas.Llegaron a un bosque lleno de árboles coloridos y bastante peculiares.
Ya habían escuchado de ellos, era el bosque de la Trúfula, si no se equivocaban.
—¡Once! ¡Once! —intentó despertarlo Dominick, sin éxito.
Melvin, la mula de Once, terminó por patearlo para que se despertara.
—¡Ya vamos a llegar! ¡De verdad! Ya casi... —dijo somnoliento, sin embargo, no pudo terminar la oración al percatarse del paraíso que había justo enfrente.
Once de bajó de la carreta. —Este es el paisaje más hermoso... —hizo una pausa. —Tranquilo... —dijo para sí mismo, como si llorara. —Que he visto nunca. —Nick rió.
—No seas dramático. —Once avanzó un poco más y fue saludado por unos peces algo extraños, pues estos podían respirar aún fuera del agua. —Si quieres déjame aquí. —Dominick bajó de la carreta, tomó las riendas de Melvin y lo fue jalando poco a poco hacia donde avanzaba Once.
Once cantaba con alegría mientras avanzaba y era seguido por unos animales del bosque (prácticamente osos, peces y algunos patos). Nick sólo iba detrás, riendo.
Al final se detuvieron.
Once comenzó a lanzar cosas de su carreta, mientras aún cantaba. —Eh... Once... —le habló Nick al ver que varias de las cosas que estaba lanzando le estaban cayendo a algunos animales. Por supuesto, fue ignorado. —Once... —volvió a ser ignorado.
Once se dió la vuelta solo para ver a los animales molestos.
—¿Y mis coristas de apoyo? —preguntó Once sólo para que los animales, enojados, se lanzaran encima de él.
En un intento de protección, Once tomó dos grandes bolsas de malvaviscos.
Uno de los ositos comenzó a mordisquear las bolsas frenéticamente.
Dominick, en un intento de proteger a su hermano, se lanzó hacia él; en el mismo momento en el que las bolsas de rompieron y todos (o la mayoría) de malvaviscos salieron disparados, haciendo que ambos cayeran al suelo.
Los animales, al ver esto, comenzaron a comer todos los malvaviscos a su paso.
Dominick y Once, que aún se encontraban en el suelo (uno encima del otro, aunque realmente no se habían dado cuenta), comenzaron a reír al ver esto. —Animales comiendo malvaviscos, ¿Quién lo diría? —cruzaron miradas.
Nick no sabía si era el mareo por todo o si había sido el golpe, pero esos ojos azules lo hicieron sentir que el corazón de le salía del pecho.
Y, no, no era algo del momento, no era por aquél acercamiento del cual aún no se habían percatado, se sentía así desde antes, desde mucho antes. Pero claro, estaba mal, era asqueroso, repulsivo e inclusive ilegal, eran hermanos, se conocían de toda la vida, no. Eso no podía ser. No con alguien de su misma sangre.
Aclaró la garganta.
—¿Y no les hará daño?
—Hmm... No lo sé. Esperemos que no.
—¿Y si sí?
—Tranquilo, no les va a pasar nada. —dijo Once con una sonrisa.
Intercambiar sonrisas era algo que solían hacer a menudo, proyectaba alegría. Era su "no te preocupes, todo está bien", en pocas palabras.
Hasta que, por fin, se dieron cuenta de la cercanía y posición comprometedora. —Eh...
—¡Ay! Yo... ¡Perdón! —exclamó avergonzado para luego levantarse. Ya estando de pie, tendió una mano a su hermano para ayudarlo a levantarse.
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~Are you satisfied?~ (Onceler/Una vez)
FanfictionOnce-ler y Dominick-ler, dos hermanos (adoptivos) viajan a un bosque en busca de nuevas oportunidades para ambos. Cuando Once logra llevar su invento a las nubes, la fama se le sube a la cabeza y Dominick intenta hacerlo entrar en razón antes de que...