Calidez

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Ambos se quedaron un rato abrazados y viendo como el sol se ocultaba, para que minutos después está fuese su señal para irse de ahí, ya que era un viaje largo de regreso.

Volvieron al coche y arrancaron de una buena vez.

Solo pasaron algunos minutos para que el peli cenizo cayera completamente dormido. Viéndose tan tierno a los ojos del oji esmeralda.

Con una mano manejaba y con la otra atendía a su Omega dormido, escuchándolo ronronear con su leve toque e aspirando sus feromonas.

No tardaron tanto en llegar al departamento del cenizo, sacando las llaves de la pequeña mochila, qué a sus ojos, era pequeña.

Cargo al cenizo cómo princesa muy delicadamente sin querer despertarlo, abriendo el departamento sin dificultad alguna. Debido a que el oji escarlata era liviano.

Se dirigió a la habitación de este, abriéndola al instante y aspirando cada feromona que le gustaba del cenizo.

Recostandolo en el centro de la cama y acobijandolo bien para que esté no sufra de frío por la noche, ya que es muy friolento y el pecoso lo sabía muy bien.

Después de asegurarse de ello volvió a su auto y cargo las cosas que le había comprado durante el día, volviendo nuevamente y acomodando las cosas como pudo.
Dejo una pequeña nota en la mesita de noche del cenizo, para proporcionar un pequeño beso en la frente del menor.
Se aseguró de cerrar bien la puerta y salió contento de el lugar, subiendo a su carro en destino a su casa.

Teniendo algo en mente y sonriendo por esto, sabía que al cenizo le iba a gustar la idea que tenía antes de ser novios. Solo necesitaba pedírselo para no incomodarlo.

Tenía en claro que tenía un asegurado, pero no faltaba la más mínima posibilidad de un No, los nervios por la reacción de este y su actuar. Calculando cada movimiento que hacía y pensando cada palabra al decir.

Pero ahora dejaba todo eso de lado, ya podía estar contento de estar a lado de la persona que más ama en este mundo.

Manejaba con tranquilidad sin angustia alguna, iría planeando de una vez lo que haría al día siguiente.

(....)

Abrió lentamente sus ojos, visualizando dónde estaba, dándose cuenta qué estaba en su propia habitación.

Preguntándose en como había llegado ahí, pero al poner los ojos sobre la mesa visualizo aquella nota.
La cuál decía :

«Lo siento por cargarte sin tu consentimiento y entrar a tu casa sin permiso :(
Esque te veías tan tierno y agusto que no quería despertarte..
Linda mañana, Kacchan! o⁠(⁠(⁠*⁠^⁠▽⁠^⁠*⁠)⁠)⁠o»

Se Sonrojó por el halago del pecoso, y ver qué se disculpaba por algo tonto. La letra era bonita pero un poco descuidada.

Sonrió por ello y se alistó por alguna ocasión que sucediera durante el día. Y valla que lo predijo muy bien.

Se encontraba terminando su desayuno, colocando todo en el comedor y limpiando cada cosa que ensuciaba.

Para tiempo después de sentarse escuchará la puerta tocar, levantándose y caminando a la puerta.
Encontrándose de cara a cara con un peli verde.

- Hola Kacchan! _ Saludo, abrazando al menor

- Tsk, ¿Qué haces aquí? _ Respondió, correspondiendo al abrazo del mayor. No era lo que quería decir pero era lo que su boca había dicho con vergüenza

- Vine a verte! _ Cargo un poco al cenizo para poder entrar al lugar, viendo que este estaba más que listo
- Parece que ya lo sabías _ Río, molestando al cenizo quién estaba más que rojo, retorciéndose para poder zafarse del agarre del Alfa Peliverde

- Suéltame!!, En cuan- _ Fue acallado por los labios del mayor, ruborizandolo aún más (si es que se podía)

Tardo un poco en seguirle el ritmo ya que era inexperto en esto, al igual que el peliverde.

Estaba dexsesperado por besar los belfos del menor, eran suaves y sabían a un toque de caramelo.

Rompieron el beso por falta de oxígeno, quedando un hilo de comisura entre ellos, dejando sus labios húmedos.

Kacchan no tuvo tiempo para reaccionar, cuando el pecoso ya estaba explorando su cavidad bucal.

Jadeaba en busca de aire. (No lo malinterpreten, a Katsuki también le gusta, pero jamás lo aceptaría).

Deku coloco ambas manos sobre la esbelta cintura del rubio cenizo, jalando lo hacía el.

Sonó un tonito, era el teléfono del pecoso.
Alguien lo estaba llamando y gracias a ello no hubo más acción entre Alfa y Omega.

Deku contesto la llamada de su amigo el peli rojo, era una urgencia de trabajo.

El cenizo solo jadeaba en busca de recuperar el oxígeno, para cuando lo hizo no se tranquilizó, debido a que cierto Peliverde lo sostenía aún.

- Suéltame, estúpido Deku! _ Intento forcejear una vez más, pero fue en vano

Así que solo se resignó a ello y recargo su barbilla contra el hombro del mayor. Que le fue fácil ya que esté lo había cargado un poco.

- ¿Cómo que otra vez? _ Exigió molesto, apretando más al cenizo pero sin lastimarlo

Al estar tan acurrucado en el Alfa, soltó un audible ronroneó y después otro tras otro.

Que esto lo escucho claramente el peliverde, sonrojándose y dejando un leve rosado sobre sus mejillas.

Calmandolo al instante hablando con paciencia y autoridad a su compañero (amigo) de trabajo.

Llegaron a un acuerdo, ya que ninguno de los dos quería trabajar nuevamente con aquel señor.

Cada uno se dividiría cada parte para poner en su lugar a aquel señor que los había insultado meses antes.

Que?, Era lo justo no?. Había dañado un poco su ego como Alfa y eso para un Alfa es imperdonable.

Al terminar la llamada volteó nuevamente con el cenizo en brazos, que estaba con sus ojitos adormilados en su pecho.

Esto devolvió un poco del ego perdido meses antes, besando la frente del menor que comenzó a ronronear nuevamente.

Lo cargo completamente, haciendo que este lo rode por el cuello y coloque ambas piernas alrededor de su abdomen.

Se dirigió al sillón y agarro el plato con comida del cenizo, que no había alcanzado ni siquiera a tocar.

Lo recostó a modo de bebé, agarrando un trozo de cerdo proveniente del plato hondo.

Katsuki no quería comer, de un momento a otro se le quitó el apetito. Puesto que Deku no tuvo de otra más que darle de comer en la boca.

Sonrojando al cenizo pero aún así haciendo caso a este, dejaría solo un rato su orgullo de lado.

Por mientras disfrutaría un buen momento a lado de su amado.

Ambos llenándose de todo el amor que antes no podían mostrar, embriagandose de sus propios olores y cubriéndose del otro.

Así concluía la primera hora del día de uno largo y agotador, les esperaba mucho por hacer.

Pero por ahora, solo estarían recostados el uno con el otro, para empezar a hacer lo otro.

Cambiar Por Alguien / DkBk | Omegaverse |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora