- ¿Podrías meterte en tus propios asuntos? - Exclamé ya molesta con su ultima reacción frente a mi pareja. - Me vas a a dar más problemas de los que ya tengo, Tom.
- Mantener la calma frente a cosas como esas no es mi fuerte ¿sabes?
- No es problem...
Habían pasado varios años ya desde que no visitaba mi país natal, Alemania. Estaba demasiado emocionada no solo por visitar mi país sino porque mi banda había sido nominada a una de las premiaciones más grandes del mundo.
Me encontraba en el asiento del avión junto con mi libreta intentando escribir algunas letras para nuestro próximo álbum, aunque los nervios me comían la cabeza y no me dejaban concentrarme.
- ¿Podrías parar de mover el lápiz de esa forma? Intento dormir.- Exclamó nuestro baterista Dominic sentado en el asiento de mi izquierda.
- Lo siento, Dom. Los nervios me están comiendo la cabeza.
- ¿Lo dices por los premios de mañana?
- Si, me hace mucha ilusión saber que podríamos ganar un Grammy. Solo imagina, ganar uno de los premios mundialmente conocidos.- Sentía un revoltijón en mi estómago de tan solo imaginarlo.
- Sería un gran avance para nuestra banda.- Noté como su cara de cansado comenzaba a lucir un poco más felíz.
- Lo sé, por eso necesito que ganemos esto.
- Aixa...- Noté como tomó mi mano que sostenía el lápiz. - Si no llegamos a ganar ese premio no quiero que pienses que nada valió la pena. Somos una buena banda y hemos llegado muy lejos. No necesitamos un premio para saber que lo estamos haciendo bien.
- Tiene razón.- Di un pequeño salto en mi asiento al escuchar la voz de Alice en el asiento de atrás.- Somos unos putos genios desde hace años, llenamos estadios en los famosos Estadios Unidos, Aixa. No necesitamos ese maldito pedazo de metal.
Debo de admitir que, en cierta forma, tenían razón. Pero aún así, no podía sacarme la idea de la cabeza.
- Está bien.- Suspiré.- Prometo intentar no desanimarme si es que no ganamos ese pedazo de metal.
- Así me gusta.- Exclamó nuestra pianista para luego pasar su mano por mi cabeza y despeinar mi cabello.
- Bien ¿Podrías dejarme dormir ahora?
- Si, puedes dormir tranquilo.
- Tú deberías de hacer lo mismo. Llegaremos temprano a Alemania y necesitas descansar, mañana será un dia largo.
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Las turbinas del avión hicieron que me despertase agitada, todavía no me acostumbraba a estas malditas chatarras voladoras.
Refregué mis ojos para darme cuenta de que el sol ya había salido y que el avión estaba a minutos de aterrizar. Miré mi celular el cual marcaba que eran las 6:15 a.m. No me gustaba estar despierta tan temprano.
Pulette, nuestra manager, se acercó a nuestros asientos para informarnos de que nos preparemos ya que en el aeropuerto habian alrededor de 200 personas esperando por nosotros.
