My beautiful Demon

Tomás

Sentía mucha curiosidad por el estilo de vida de los Lee, eran tan diferentes a todos los de la calle, libres, sus hijos podían vestir como quisieran y escuchar diferentes estilos musicales, lo sabía por qué las habitaciones de Seungmin y Felix quedaba frente a mi ventana, siempre tenían sus cortinas abiertas y podía ver lo diferentes que eran, Felix era un chico de un estilo más oscuro, le gustaba el cuero, los jeans, la música más ruidosa, sus paredes repletas de fotografías, por otro lado, tenía a Seungmin, su cuarto era un poco más conservador, colores marrones, cuadros, él siempre vestía con jeans anchos, abrigos, cosas holgadas, me parecía un chico lindo, tenía el cabello castaño claro con unas mechas decoloradas, su cuerpo era delgado y era alto, sus manos grandes y su cara fina con una nariz fina con su puente levemente levantado lo hacía ver diferente, yo nunca me había fijado en un hombre de esa manera, en la iglesia y el colegio siempre nos dijeron que eso era del demonio, que solo debíamos ver belleza en el sexo ajeno, pero, yo no podía evitar ver que él era hermoso, los Lee eran hermosos en general. Hyunjin era "el mayor", pero, yo sabía por andar espiando que todos ellos eran casi de la misma edad y eso solo sería posible si no eran hijos de ellos, aparte no se parecían entre ellos, con mi amigo Yeonjun investigamos y nos sorprendimos al saber que la gente podía adoptar niños que no son de ellos, niños que fueron abandonados, eso no era bien visto por la comunidad, por eso no nos hablaban de esas cosas. Hyunjin era un chico de cabello negro, siempre lo veíamos cambiar de color, ahora lo traía como rosa deslavado, era muy alto y delgado, con unos labios carnosos y cara de ángel, el lunar bajo uno de sus ojos era su característica más llamativa junto con sus labios, luego venía Felix, era un chico demasiado delgado, pero fuerte, lo vi mover cosas muy pesadas algunas veces, tenía un cabello rubio, siempre se lo mantenía así, su cara era fina y con pecas, sus labios parecían un corazón, eran carnosos y rosas, luego venia Seungmin y después Jeongin un chico de manos enormes, usaba anillos al igual que Hyunjin, su cabello era negro a veces lo tenía rizado y a veces liso, una vez lo vi rubio y Dios, era muy atractivo, sus labios eran finos, su nariz era un poco más ancha, una mandíbula marcada con unos ojos más rasgados que sus hermanos parecía un zorro cada vez que sonreía.

Tenía mucho miedo de contar que sentía una leve atracción por mirar a Seungmin, nadie de mi familia lo entendería, mis amigos del colegio tampoco, era mi secreto, mirarlo por la ventana cada vez que podía, recuerdo una vez que me quedé mirando mientras tocaba guitarra, y me miró con una sonrisa en su rostro, sentí algo extraño en mi abdomen y me escapé de la habitación, para mi lamento eran las únicas interacciones que teníamos debido a mis padres. Cuando mi hermana me concedió el permiso de ir a hablar con él mi corazón se aceleró, era mi gran oportunidad, salí corriendo de casa y nervioso toqué la puerta de los Lee, esperé un momento y la puerta se abrió, la señora Lee me miró confundida.

Tomás, ¿pasa algo? - la señora Lee era muy cariñosa siempre.

Oh, solo venía a buscar a Seungmin Hyung – hice una reverencia.

Que se vaya, no quiero problemas con su familia – el señor Lee gritó desde alguna parte.

Pasa, Seungmin está en su cuarto, puedes subir, su puerta tiene la fotografía de un perro – me sonrió. Subí nervioso, sentía mi corazón en los oídos, toqué su puerta y nadie respondió, entré lentamente, ya que, estaba abierta, el agua de la ducha estaba corriendo, no debía mirar, pero algo me impulsaba a ir, entré despacio y allí estaba jadeando debajo del agua mientras tocaba su cuerpo y su miembro duro, no podía parar de mirarlo, hasta que lo hizo más rápido, tanto que echó su cabeza para atrás soltando un gemido fuerte y grave que erizó mi piel, su semen corría por su pierna, el agua se lo llevaba, salí de la habitación sonrojado, nunca había visto eso, yo jamás me había tocado en mi vida, mi madre siempre me decía que eso era malo y me revisaba las sábanas a diario. Cuando sentí que salió del baño toqué nuevamente y me dijo que pasara, entré y su cara de asombro fue para una fotografía, estaba envuelto en una toalla, mostrando su delgado torso, sus hombros anchos.