Jeongin

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Yo era considerado un demonio gentil que en el infierno fue acosado y molestado por la actitud que mostraba, era mejor amigo de Felix porque nos parecíamos en algunos aspectos yo me fui al infierno por matar a mi padre en los tiempos que los crímenes eran condenados con la muerte, en mi defensa lo hice para defender a mi hermana pequeña de un terrible abuso. En mi forma de demonio la visité muchas veces, lamentablemente ella enfermó muy joven y falleció, era tan buena que su alma se fue al paraíso y nunca más pude verla. Cuando crecí en mi forma humana me agradó mucho hacerlo en aquella familia de demonios que los Lee aceptaron como sus hijos y viví tranquilo. Camila era mi vecina y siempre fue amable conmigo hasta cierto punto, después de todos los sucesos en su casa y verla tantas veces al borde de la muerte por culpa de su padre pensé que había creado una conexión con ella, aquel beso que me dio ese día de la casi tragedia en su casa me dejó pensando si realmente yo sentía cosas por ella, pero no, nada pasaba más allá de un respeto mutuo y cariño. Jamás pensé que solo viendo a una chica sentiría cosas tan fuertes en el plano sentimental, cuando Camila me invitó a almorzar con ella y sus amigas mi vida cambió, esa chica de contextura totalmente fuera del estereotipo, latina, con cabello oscuro ojos marrones y cara redonda me flechó, su forma de expresarse, de moverse y de hablar me tenían hipnotizado y almorzar con ellas se convirtió en mi momento favorito del día, más aún si ella me coqueteaba, porque lo hacía sin vergüenza y eso me encantaba. Al pasar los días los deseos de verla eran mucho más grandes y me arreglaba lo mejor posible para agradarle, ella usaba un perfume que se quedaba impregnado en mi ropa, Camila también usaba un perfume delicioso y su otra amiga igual, pero el de Fran era el que se quedaba en mi abrigo hasta la noche, gracias a esto muchas noches me toqué pensando en ella, pensando en ser dominado y observado por ella. Decirle a Camila que no me gustaba generó un gran problema para mí, cuando Fran se alejó yo me mantuve al margen porque pensé que le incomodaba mi presencia, pero al descubrir que Camila me quería y que luego hiciera esa escena me bastó para buscarla, sin embargo, Fran no aparecía y me tenía muy preocupado.

¿cómo puedo buscar a alguien? - pregunté en la mesa cuando Camila se fue a dormir.

Fácil te conviertes en perro y la olfateas – Seungmin bromeó.

Te encanta convertirte en perro ¿lo haces para que te folle Tomás también? - Hyunjin no tenía filtros.

Que asco, estamos comiendo hijos – mi madre se levantó molesta y se fue.

La zoofilia no es lo mío, además, yo le doy a él - guiñó un ojo

Hablo en serio - interrumpí.

El sabueso también - Minho habló - aunque puedes preguntar en secretaría por la dirección de la chica.

Al fin te animarás a perder la virginidad – Hyunjin carcajeó y colapsé.

No me vine desde el infierno para seguir soportando demonios como tú - apreté su cuello – no me molestaste en años así que no pienses que ahora puedes hacerlo o te rompo tu hermosa cara – lo solté con rabia. Pasé a rectoría buscando a la secretaria de asuntos estudiantiles, era de esperar que no me entregaran información de una alumna, pero usando mis encantos lo logré. Falté a clases y me dirigí a la dirección que me dieron, me asombré lo lejos que era, el barrio se veía humilde con casas pequeñas nada parecido al lugar donde vivíamos nosotros llegué a una casa deteriorada, miré bien que fuera la correcta porque parecía abandonada, toqué un timbre sin esperanzas y ella salió quedando paralizada al verme.

¿qué haces aquí? - dijo mirando a su alrededor.

Desapareciste y estaba preocupado - respondí con honestidad.

Pero no debiste venir aquí - se acercó a la reja – nos traerá problemas y tú ya viste lo que pasó.

Ya hablé con ella, nosotros nunca tuvimos algo con Camila – me desesperaba que pensara eso.

Es que por su reacción no parecía - se sobresaltó cuando escuchó una tos que provenía desde su casa – Estoy ocupada Jeongin, de verdad necesito que te vayas.

¿Qué pasa hija? - un señor bajo muy parecido a Fran apareció en el umbral de la puerta de la casa

Nada papá, solo un compañero que venía a avisarme algo de la universidad, ya voy – se giró para irse.

Pero hágalo pasar no sea descortés - el señor estaba abrigado con una manta, se veía enfermo.

Papá no estamos para recibir gente – ella protestó

No se preocupen yo ya me retiro – hice una reverencia.

Nada de eso, la universidad queda lejos, al menos sírvase un té - salió caminando despacio y abrió la reja – ya pues hija vaya a poner el agua para que hierva – ella obedeció y entramos a su casa, todo era muy antiguo y acogedor, podía ver a Fran rellenando la tetera y ponerla en la cocina, me senté en su comedor, sus viejas sillas estaban gastadas y rotas, podía sentir lo incomoda que ella se sentía, limpió la mesa y puso tazas, su padre se sentó frente a mí y me ofreció. - y ¿cómo se llama usted?

Jeongin - dije en voz baja.

Muy bien yo soy Miguel ¿estudia la misma carrera que mi hija? - asentí, su padre era muy agradable, le gustaba mucho hablar. Miraba a Fran quien se paraba a cada rato a hacer una que otra cosa, durante la charla le dio algunos medicamentos a su padre y después de unas cuantas horas nos dimos cuenta de que había oscurecido.

Papá Jeongin debe irse es muy tarde – la miró con tristeza.

Bueno joven, vaya con cuidado, mi hija lo va a dejar en la parada de buses y avise cuando llegue a casa – me despedí y nos fuimos a la calle.

Tu padre es muy agradable - rompí el hielo.

Le caíste bien - sonrió - le hace falta alguien para hablar aparte de mí.

¿tu madre no le habla? - me miró triste y supe que no debí preguntar eso.

Mi madre se quedó en nuestro país natal Chile con su pareja y mis hermanos – se sentó en una banca – mi padre se vino conmigo por un trabajo que consiguió y terminé de crecer aquí, ahora todo se ha complicado porque mi padre enfermó, tuvo un infarto que lo ha dejado muy débil y no puede trabajar y yo hago ambas cosas estudio y trabajo para poder comer – mi corazón se encogió al oírla – mi padre no puede pasar emociones fuertes porque no va a resistir otro infarto y cuando me vio llegar a casa llorando se descompuso, por eso no fui a clases.

Todo esto es mi culpa – me sentía el peor del mundo

No, no es culpa de nadie, ni siquiera de Camila al final ella no puede elegir lo que sus sentimientos dicen - tomó mi mano y me estremecí - vamos, de verdad no quiero dejar a mi padre solo - soltó mi mano y caminé tras de ella

Me gustas – la jalé del brazo para que quedara frente a mí - me tienes jodidamente flechado – se sonrojó.

Ya vamos, el autobús va a pasar y después deberás esperar demasia... - interrumpí sus palabras con un beso el cual me correspondió de inmediato, besarla era todo lo que necesitaba para saber que sus sentimientos eran similares a los míos, profundicé el beso tomándola de la cintura, amaba su estatura que encajaba perfectamente con la mía, sentí su calor en mis manos y me estaba volviendo loco por más - Jeongin por favor – se separó de mis labios – no quiero dañar a mi amiga, la parada está allí, adiós - se fue dejándome confundido.

Alguien viene con un semblante de tristeza – Seungmin dijo al verme pasar por la sala

Déjenme solo - respondí y subí a mi cuarto, no entendía que pasó.

¿puedo entrar? - Camila se asomó

Largo – me acurruqué en la cama y lloré.


My beautiful DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora