Capítulo 04: Seamos auténticamente cercanas

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Desde que papá se fue y escogí quedarme con mamá he estado sola, ninguno de mis amigos era lo suficientemente bueno, no hay fotos en los parques, en los acuarios, en los centros comerciales, restaurantes o cafés, solamente en posters y revistas, siempre luciendo hermosa, maquillada y elegante. Mamá estaba sola y en un principio deseaba irme con papá, pero, ella era mi madre, ¿cierto? tenía que estar a su lado, porque sabía que papá estaría bien, como ésta chica, que resplandece atrayéndolos a todos a su alrededor, mientras que yo, quién sólo confió una vez en alguien, fui traicionada. ¿Qué tal si ella me traiciona también? ¿Y si tengo que alejarla como a los demás tras haberme encariñado demasiado? Sabía que sería así, porque ella brilla, tanto que mis ojos me duelen al verla. Fingir afecto y tenerlo realmente son cosas diferentes. "¡Deja de mentir!" Escuché que gritaba tras mi espalda, no debí girarme, pero lo hice, para ver algunas lágrimas asomándose por sus ojos. No podía exponerme a ella, necesitaba escapar, por lo que, cuando iba a darme vuelta para irme, Becky sujetó mi mano, sus lágrimas ahora corriendo por sus pálidas mejillas.

-No quiero ser una amiga falsa. -Dijo con voz trémula. -No quiero sentir que soy odiada por otra persona... No sé qué hice para que me tratarás así, pero... perdóname si hice algo malo.

No podía creerlo, sus lágrimas, su voz rota y esas palabras, palabras que yo llegue a decir una vez. Becky no había hecho nada malo salvo sonreír, una sonrisa tan resplandeciente como las estrellas. La parte de mí que no deseaba estar sola me pedía darle una oportunidad, la otra, tenía demasiado miedo. Por trabajo, por el éxito de la serie, tendríamos que ser cercanas, tal vez, si digo eso, mi madre ignorará todo. Por lo que tiré de ella y la abracé, acariciando su largo cabello castaño.

-No hiciste nada malo... así que... deja de llorar. -Susurré para que sólo ella pudiera escucharme. ¿Cuántas personas me habían sonreído sinceramente? era algo que no podía recordar, pero esa sonrisa me estaba llamando. La sonrisa de una pequeña estrella que podía convertirse en un sol. -Perdóname, fui yo la que hizo algo malo ignorándote. -Dije alejándome para verle el rostro, limpiando sus lágrimas con los pulgares. -Seamos amigas, N'Becky.

Tras aquello, nuestra relación había cambiado, su sonrisa había regresado. Me desperté muy temprano en la mañana, en mi único día libre, pues no me tocaba filmar, pero si a Becky. Gruñí al escuchar el sonido del móvil, lo desbloqueé para ver era un mensaje de ella. "¿Quieres ir a ver una película en mi casa después de que termine? ¡Podemos hacer una pijamada!" Preguntaba dejando la pegatina de una flor en caricatura, por lo que contesté con otra de un pollo levantando el pulgar, Becky escribió la hora y la dirección. No tenía muchos contactos en el móvil, más que todo de trabajo y mis padres. No pude evitar sonreír por su entusiasmo, aunque, la verdad, nunca había ido a dormir a la casa de nadie. Me levanté, busqué algo que ponerme, pero no estaba muy segura de cómo debería ir. Volví a tomar el móvil y le dejé otro mensaje de: "¿Qué ropa? ¿Debo llevar algo?" Su respuesta fue un: "Comeremos pizza, así que algo que se pueda ensuciar y una muda de ropa, y tu bella presencia, claro." Me ruboricé y asentí, a pesar de que nadie me estuviera mirando. ¿Tener una amiga es algo que pueda ponerte así de nerviosa? No estaba segura.

-Dormiré fuera. -Anuncié a mi madre que estaba recogiendo para ir al café.

- ¿Dormir fuera? ¿Dónde? ¿Irás vestida así? -Lanzó su típico ataque de preguntas, por lo que pensé cuidadosamente. Era agotador. Ella evaluaba negativamente la sudadera negra, pantalones vaqueros y tenis, además de la mochila con el logotipo de Sailor Moon.

-Soy un adulto, puedo dormir donde quiera. Con mi compañera de reparto. No te preocupes, tengo ropa más vergonzosa en la mochila. Nos vemos.

Ignoré su voz que me llamaba, pensando seriamente en alquilar un departamento propio para tener más libertad. Era mi propia testarudez seguir viviendo bajo su techo. Un tapaboca cubría mi rostro, pues tomé un bus, ya que el coche estaba en revisión. Cuando la encontré, estaba esperándome frente a un centro comercial. Apenas traía una camiseta blanca y unos pantaloncillos, más los tenis y un tapaboca oscuro. Me alegraba de mi elección de atuendo.

¡El Ship no puede hacerse realidad! - FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora