" Tu corazón se acelera y agita al recordar tu primer amor, ya sea inolvidable o no, siempre volverá a ti"
Una frase que era difícil de creer para Xiao zhan que después de casarse con la bella actriz yang zi luego de haberse " enamorado " en la ser...
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Dos días habían pasado exactamente, solo dos días desde que Wang yibo cortó lazo con xiao zhan y el castaño no podía sentirse más perdido de lo que ya estaba, quizás él podía hacerle honor a la frase de.
"quizás siempre supiste lo que tenias pero no pensabas que lo ibas a perder."
Y ahora se encontraba perdido, como si su cuerpo estuviera hundiéndose en el frío y profundo mar, ahogándose en llanto por haber perdido aquella persona que lo mantenía con vida. Y aun así se sentía tan culpable y egoísta, tenía todo, unos padres que lo querían y apoyaban, su carrera que lo satisfacía, un techo, un lugar donde dormir y una mesa donde comer,¿entonces por qué estaba tan solo? Hay tantos que le tendrán envidia, entonces ¿Por qué?
¿Por qué siempre soy tan estúpido…? Deseo ser protegido entre tus brazos, maldición… Quiero mi hogar de vuelta. Pensó xiao recostado en su sofá, la lluvia aún persistía, el sonido de las gotas chocando contra todo lo que haya a su paso haciendo eco en los oídos de zhan, mientras el vaso en su mano que contenía alcohol se iba vaciando con cada minuto que pasaba, así como se volvia a llenar quedaba vacío en menos de un segundo, cayendo por completo una vez más al fondo del mar de sus pensamientos, terminando por dejarse llevar.
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Para Wang yibo un panorama perfecto después de un viaje agotador o jornada de trabajo era llegar al hogar, darse una relajadora ducha qué se llevara todo rastro de estrés y suciedad de su cuerpo, para luego poder dormir con todo su alrededor en silencio. Lamentablemente en su ya tan triste realidad no era posible porque por lo visto su gran amigo solía traer a cada persona que quisiera y es que ese no era el problema, si tan solo liu hai-kuan invitara a su familia estaba bien pero no, se traía un amante diferente cada semana, hombres, mujeres.
Ahora mismo que yibo entro a su departamento interrumpió a su amigo en pleno acto carnal con un hombre en SU sofá.
– ¡Dios santo, mis ojos! – exclamó Wang cubriendo su vista con sus propias manos totalmente espantado.
Su amigo al ser descubierto saltó en su lugar ante el susto vistiéndose con rapidez y cubriendo a su amante con una manta, enviándolo a su habitación.
