Vientre alquilado. | James Maslow |

Capítulo 14.

-¿Que sucede, James? -preguntó molesta-, ¿por qué me mientes de esa forma?.

-No estoy mintiendo... -dijo serio, aun que aún con los ojos rojos-. ¿Qué me hiciste? ¿acaso eres bruja o algo?

-Que estupideces dices, Maslow -rodeó los ojos-. ¿Tu esposa sabe que estas aquí?

-Oh si, ya decía yo que me faltaba algo. -levantó una ceja con dificultad-. Ahora que sabes que te amo, ¿que harás?

-Mañana, cuando estés sobrio, no vas a recordad que me lo dijiste. Así que no habrá problema.

-¡Entiende que estoy borracho, no idiota! -frunció el ceño-. Parece que siento amor por ti.

-¿Si te lo pregunto mañana me dirás lo mismo? .

-No lo sé -levantó los hombros-. Por eso vine borracho, para atreverme a decírtelo.

-Mejor duerme, James.

James se acostó en el sillón y cerró los ojos, disfrutando de ese sueño que le había traído el alcohol.

¿Será cierto todo esto? Y si lo fuese, ¿qué?, no arruinaría un matrimonio "feliz".

Miranda lo ama, y se nota.

Por algo se casaron, ¿no?.

Fue a su recámara, tomó una sábana limpia y se la echó a James encima.

Dio dos pasos para atrás, y observó aquel hombre borracho. Simplemente pensó que aquellas palabras no pudieron haber sido de verdad.