Capítulo 15.

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Sus miradas chocaron. Y es que ya no podían ocultar más el amor mutuo. Ambos sonrieron ruborizados, tenían ese momento nada más. O eso depende de ellos...

-Lo lamento... -susurró ____________- me quise hacer la fuerte.

-¿Estás bien? -le dijo al oído-. Supongo que te lastimaste algo.

-, el dedo. -respondió- Pero no es tan grave. -frunció el ceño.

-Claro que lo es. -la tomó más fuerte entre sus brazos- Vamos al hospital.

-¿Qué? -preguntó sorprendida-. No es tan grave.

-Te he dicho que lo es. -regañó- Ahora vamos, que te pudiste haber quebrado el dedo.

_____________ se quedó viendo fijamente esos ojos avellana que estaban a solo centímetros de su rostro. Después desvío la mirada y soltó un poco de aire.

-James... -musitó.

-¿Si? -preguntó él embobado con el rostro de ____________.

-Podrías bajarme...

-Oh ... -se sonrojó- yo... -la puso en pie.

Tiró una risita, se puso algo "más formal" y salieron en el auto de Maslow al hospital más prestigioso de la ciudad. Digo, al fin y al cabo, es dueño de 90% de dos empresas.

-¿Pido alguna silla de ruedas? -preguntó mientras le ayudaba a bajar.

-Solo es el dedo, Maslow -puso los ojos en blanco.

Vientre alquilado. | James Maslow |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora