Capítulo 5.

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El fin de semana había llegado. __________ dejó todo en orden en el trabajo. Había terminado los pendientes de la semana, y no tenía de que preocuparse en sus días de descanso.

Se puso una blusa a cuadros, fajada con sus jeans pesqueros y puso sus Vans a juego con la blusa. Dejó su larga y rica melena suelta y se maquilló como usualmente.

Era sábado, y había decidido ir a visitar a su mejor amigo de toda la vida.

Tomó un taxi hasta casa de él.

Había decidido llegarle de sorpresa. No quería avisarle que estaría en su casa todo el día.

Tocó el timbre de aquella enorme casa.

-¡__________, querida, que bueno que vienes! -la abrazó en una enorme sonrisa.

-Gracias por el recibimiento, señora Hall -dijo-. ¿Se encuentra Carlos?

-¡Pero por supuesto! -la jaló un poco del brazo. Aun que ella sabía que era de cariño-. Ya le aviso que estás aquí -subió las escaleras.

__________ esperó sentada en el sillón, mientras tarareaba una canción.

-¿Enserio? -se pudo escuchar hasta abajo.

En menos de un segundo, las enormes pisadas de su mejor amigo se acercaban más a ella.

-¡__________, estás aquí! -la levantó y la abrazó con mucha fuerza.

-Estoy aquí -aun pegada a él.

-¿Por que no me has avisado que venías? ¡me hubiera puesto mis mejores galas! -sonrió.

-Exagerado -rodeó los ojos.

-¡Te lo digo enserio, amor! -la volvió abrazar-. De haber sabido que venía la reina, éste humilde plebeyo estaría en las mejores garras que hubiese encontrado -sonrió.

-Gracias por el cumplido, señor plebeyo -estiró su mano para que la besara, y así lo hizo.

Tiraron una carcajada.

-¿Qué ha pasado contigo? ¿por que no me habías venido a visitar? -atrajo a __________ al sillón, y los dos cayeron en el.

-Mi trabajo me lo impide -respondió-. Desde que entre no me sueltan, y he querido venir en mis tiempos libres, pero por una cosa u otra no he podido. ¿Y tú por que no vas a mi casa?.

-He ido, pero no he encontrado a nadie -hizo un puchero-. Pero al fin te veo -sonrió.

Los dos amigos conversaban sobre lo que había pasado éste tiempo que no se habían visto. Que habían sido como dos meses en total.

Ella comenzó a contarle sobre su trabajo, y entonces salió a la plática aquel chico de ojos marrones que la habían enamorado.

-Pero... él es casado.

Torció la boca y luego la hizo en forma de O.

-No jueges, __________.

-No lo hago -dijo totalmente segura-. Nunca había sentido esa sensación con nadie. Jamás había visto así a nadie. Nunca me había dolido tanto el corazón como cuando me confesó que tenía una esposa.

-¿Ni siquiera cuando te dejé sola en el campo del pre-escolar por Carmen Roberts?

-No -dijo con los ojos abiertos-. Y no me lo recuerdes que te golpeare como aquella vez -se cruzó de brazos.

Vientre alquilado. | James Maslow |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora