Capitulo 7 " Luchar"

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Dafne.

La luz de la luna y quizás de algunos faros que están en la calle, entran a través de las ventanas alumbrando cierta parte de la habitación.

Miro todo mi alrededor para identificar mi habitación pero me siento de golpe cuando me doy cuenta que no es precisamente dónde estoy. Quito las sábanas que me cubren para salir afuera, necesito saber dónde estoy ¿Y si?... No puede ser, miro hacia abajo y respiro cuando veo que tengo mi ropa puesta.

¿Dónde estoy? Abro la puerta y veo unas escaleras por las cuales comienzo a bajar. No sé cómo llegué a este lugar lo último que recuerdo es... Mi hermano, Corrí y me perdí, luego... Misael. Cubro mi boca para no hacer ningún tipo de ruido al descubrir a Misael recostado boca arriba en un sillón, en lo que al parecer es una sala de estar.

Camino despacio hacia el, con cuidado de no tropezar con nada pero fracaso en el intento ya que no me había fijado que justo en el centro había un gato blanco gordo, estando, seguro en el sueño más profundo. Tropiezo con el y caigo fuertemente causando un fuerte sonido.

–¿Dafne? Que paso.- me ayudó a levantar,y yo no sé si reirme o llorar de la vergüenza, Dios mío.

–Discúlpame, yo no sabía dónde estaba hasta que te Vi, que vergüenza ¿Como fue que termine aquí? ¿Es tu casa?.- Si señoras y señores estoy nerviosa, no me había dado cuenta lo cerca que estaba de mi, aún sostenía mi mano y eran pocos los centímetros que nos separaban. No soy así y menos con los chicos pero con el no se porque parezco ser la chica más tonta del mundo.

–Eh, bueno no sé si lo recuerdas pero te quedaste dormida, no quise despertarte y no tuve otra opción si no traerte hasta acá. Y si está es mi casa, pero descuida vivo con mi hermano.

Suelto su mano y me aparto de el.– Gracias, y discúlpame no es mi intención molestarte. Puedes dormir en tu cuarto, soy yo la que debo dormir aquí.- Le sonrió avergonzada, no soy capaz  de mirarle a la cara.

–No me estás molestando.- Dijo casi en un susurro, toma mi mentón y sube mi rostro ocasionando que nuestras miradas conecten y quede perdida en el iris intimidante, misterioso y a la vez compasivo en sus ojos.- No te sientas avergonzada conmigo, puedes confiar en mi.

Mi corazón se aceleró fuertemente al escuchar esas palabras, y sentí una fuerte punzada en el pecho que provocó mis ojos cristalizar. Alejo su mano y sentí frío dónde la tenía, al alejar su tacto tan suave y calentito.

–Ve a dormir Dafne.- Continuo- Mañana será otro día.

–No puedo dormir.- Sone como una niña pequeña, y me fue inevitable no sentir nostalgia en ese momento al recordar las veces que no podía dormir y me quedaba en la habitación de mamá junto a ella.- ¿Puedes acompañarme hasta quedarme dormida?.- Pregunté dudosa, quizás no debería confiar en el como para pedirle eso. Me arrepiento inmediato y niego.- No, descuida.

Me volteo y comienzo nuevamente el camino por el cual había bajado y al llegar me doy cuenta de que Misael está detrás de mi.– Tranquilo ya has hecho mucho por mi, voy a estar bien. Déjame sola por favor.- Dije con tono firme, y algo de molestia. Realmente lo menos que quiero es estar sola, pero siempre lo he estado. Y siempre será así.

Me detuve a algunos pasos de la cama y el aún estaba allí.– Es enserio, déjame sola.- Mi voz se quebró, pero aclare mi garganta.

– No te dejare sola Dafne, porque me estás diciendo que quieres estar sola pero realmente no es lo que quieres. Estoy aquí.

Está vez si me volteé para encararlo.– Estás equivocado, si quiero estar sola, no se porque dices eso. No conoces mi vida, ni siquiera debieras confiar en mi, no me conoces. Déjame sola por favor.

Al decir esas palabras, me senti avergonzada y a la misma vez enojada, no con el, conmigo, Ya que aunque no lo conocía ni el a mi, el se ha mostrado como un amigo, pero su cercanía me asusta. El hizo caso omiso a mis palabras y se acercó un poco más a mi.

–Alejate, no quiero tu ayuda. Me voy.- comienzo a caminar hacia la salida pero el me toma del brazo y me abraza, yo no le correspondo el abrazo y por reflejo forcejeo con el y me alejo.

– Estás tan acostumbrada a recibir rechazo y que todo aquel que se acerque a ti sea por su conveniencia que no permites que las personas que realmente quieren estar contigo y apoyarte, lo hagan.- Volvió acercarse.- pero no te voy a presionar, Dios fue quien te puso en mi camino sabes, y yo quiero luchar, por tu amistad.- Concluyó para salir de la habitación, cerré la puerta y me deje caer en el piso.

Llore, llore porque el tenía razón,siempre hay algo más en el acercamiento de las personas, no soy especial en la vida de nadie. Cada día me siento más sola.

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Holaaaaa bueno hoy les dijo por aquí un descripción de nuestra querida Dafne.

Que tal Misael, ya declaró que quiere luchar 😍😁


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