Yo Le Gusto. -[Tordtom]

~•{Capítulo 10}•~

Narrador:

Un británico escribe en su laptop un escrito, este mismo estaba de vez en cuanto aburrido, melancólico o incómodo.
¿Por qué a la maldita profesora se le ocurrió apenas en ese momento un maldito escrito de su vida? No lo sabía, pero era incómodo y aveces aburrido escribir, poco a poco se puso un poco inspirado cuando escribe, pero su padre llegaba a tocarle la puerta para preguntarle algo o decirle algo. Cómo decirle a donde iría o que si quería algo de una tienda.

No comprendía nada, el sentimiento melancólico nunca faltaba, hace mucho que no tenía esas pequeñas conversaciones con su padre, no comprendía porque de un día para otro comenzó a hablarle o decirle unas cuantas palabras antes de irse.

Ya no tenía esas ganas de llorar cuando le hablaba o le diríjia la palabra, pero solo se oprimía su corazón por la falta de empatía de parte de su padre, ya no tenía ojos acuosos, pero si un gran sentimiento de tristeza que llegaba solo de felicidad porque su padre por fin decía algo.

Hace meses que no hablaban.
Solo le decía que haría de cenar o a donde iría–Su trabajo o ir a la preparatoria–.

Dudaba que ese fuera su padre, ese que se preocupa por ti, te pregunta cómo te fue ese día, que aprendiste, que hiciste o a quien conociste.

No sabía si se acostumbraria ese trato, pero se alegraba que por lo menos su padre ahora sí le dirija la palabra.

Tom también noto que nunca mencionaba el tema de que fumaba.
Justo la anterior y esa semana, comenzaron charlas sobre el daño provocado por las drogas, alcohol o el tabaco.
Le parecía hipócrita de su parte que hablara de lo malo que eran esas cosas.

El en algún momento llegó a consumir esas cosas. Solo eran muy pocas veces, pero solo cuando estaba nervioso, estresado, enojado o melancólico.

De hecho, fumar era lo que más hacia en esos casos.
Se libraba su estrés a través de ello, la tranquilidad llegaba.
No solo lo hacía en esas ocasiones, también cuando su padre estaba en la sala gritándole a la pantalla de la televisión cuando su equipo de fútbol estaba perdiendo.

El se ponía recargado en su ventana, con las luces apagadas, fumando mientras veía el cielo nocturno.

No entendía en ese momento porque su padre tenía cigarros en su habitación, no hasta que supo que su padre sabía que le robaba y le comenzaba a dejar las cajetillas en su mesa.

Por un tiempo las ignoro,pero después comenzó a aceptarlos por el estrés.

No fue que comenzó a despejarse dibujando, escuchando música, limpiando, viendo los programas de televisión, etc.

Fue interrumpido sus pensamientos cuando escucho un sonido, era un mensaje, al parecer, edd quería ir en esa tarde a la cafetería, con todos, incluyendo a Darla.

A Tom no le molestó, decidió preguntar a qué hora, edd dijo que a las cinco.
Tom fue a darse un baño, no sabía porque, pero tenía ganas de uno.

[•••]

Al salir del baño, Tom fue a su cuarto para cambiarse, no le gustaba estar solo con una toalla en la cintura.

Noto que en su teléfono tenía varios mensajes, la mayoría eran de tord, al principio pregunto en el chat, luego le mandó mensaje en privado.

Quería pasar por el a su casa a las cuatro.
Faltaba una hora para ello.

Tuvo que buscar un buen atuendo, ¿Por qué? No lo sabía, solo había algo que le decía que debería estar perfecto para cuándo llegará el noruego.

Se veía a cada rato al espejo, probándose cada cosa que le combinará. Espera un segundo...¿Por qué trataba de verse bien?

Al final, se decidió por uno simple, cuando por fin acabo, guardo toda la ropa que saco y la metió al armario sin ordenar. Luego lo haría.

Se escucho como tocaban la puerta, agarro su mochila y guardo lo más rápido que pudo sus cosas más importantes, salió corriendo a la puerta y la abrió, encontrando a tord.

-Hola, veo que ya estás listo. Vamos, tenemos tiempo para caminar lento. -Dijo tord, haciendo un gesto con la mano invitándolo.

Tom se quedaba viendo la ropa de tord, este traía un pantalon blanco, unos zapatos negros y  una blusa café claro. Se sintió simple su vestimenta.

Lo suyo era una simple camiseta gris, pantalón de mezclilla (roto de algunas partes), unos converse, su mochila y unas cuantas pulseras en sus muñecas.

-Tu ropa combina mucho. -Menciono el castaño mientras señalaba con su dedo índice.

-¿Esto? Oh, es que normalmente mi madre tiene un club de lectura, se supone que debí quedarme hasta las seis, pero mi mama hizo la excepción de dejarme ir por hoy, cuando recibí los mensajes del chat, no tuve tiempo de colocarme otra vestimenta.

-¿Por eso los mensajes eran de hace una hora con treinta? -Pregunto recordando que los mensajes decían que habían sido enviados a las 3:37p.m.

-Bueno, en realidad, un amigo quiso hablar conmigo y me entretuvo mucho tiempo, en cuanto daron las cuatro tuve que decirle que debía irme.

-No deberías irte de algo que tu madre hace... -Dijo un poco incomodo. Imaginando que a él le encantaría tener a su madre en ese momento.

-Es aburrido... -Comento recordando la charla de las diferentes madres.

-Eso no lo justifica, yo amaría estar en cualquier actividad con mi madre. -No le importo que el otro se sintiera mal, el daría lo que fuera por tener a su madre en ese instante.

Tord se quedó callado, ahora se sentía mal, el contrario no tenía una figura materna desde sus siete años, el solo se quejaba de algo aburrido y el otro decía que debía aprovechar esos momentos.
Quizás tenía razón, y mucha, pero está vez decidió también decir lo que le incomodaba.

Ninguno de los dos estaban ganando, era un empate.

-Quizas tienes razón, pero no sabes lo que se siente que te presionen a estar con una chica que no es de tu edad y que encima, aproveche cualquier soledad entre ellos dos para provocar al contrario. -Soltó un largo suspiro, le costó decir eso, por fin había soltado lo que guardaba.

-Oh, yo... Lo siento... -Se estaba disculpando, no pensó que el noruego guardara eso.

-Trato de solucionarlo. Pero no te disculpes, no nada de malo... -Ahora el avellano hablaba, quería dejar esa leve tristeza que se hizo presente.

-Bueno...¿Qué hora es? -Pregunto, quizás así el ambiente mejore.

-Las...cuatro con veinte tres.

-Pues es mejor acelerar el paso.

Los dos chicos comenzaron a caminar más rápido, aunque no lo mencionarán, el camino era largo.

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Hola, aquí capítulos sad porque faltan dos días para el día de la madre.
La mujer que te dio la vida.

Perdón si alguien pasa algo difícil con sus mamás, no tengo la intención de incomodar o hacer sentir mal a alguien.

La canción es “Rises the moon” de “Liana Flores”.

Bueno, eso es todo, chao chao 👋