Comenzar el día con mi hija es lo mejor que me puede pasar, no cambiaría esto, jamás, por nada del mundo.
La voz de Amelia llamándome del otro lado del pasillo me sobresalto haciendo que me levantara de golpe. Tome a Dulce en brazos y la lleve conmigo hasta donde estaba.
-¿Que pasa? -Sonrió -Buenos Días
-Buenos Días. -Se separó del estante del baño y bajo las escaleras, supongo que quería que la siguiera.
Una vez en la cocina el diario puesto sobre la mesa, el café negro y las tostadas francesas pudo hablar.
-Supongo que ahora si se acabo. -Dijo con un eje de alivio.
-Supongo... -Le di de comer a Dulce y seguía mirándome de esa manera.
No es que no la quiera, a Amelia siempre la voy a querer, adorar, es la madre de mi hija, solo que no puedo con todo esto; es una corriente más fuerte que yo, quise pelear contra ella pero uno no se puede interponer con los sentimientos, no se puede simplemente mandar en ellos. Las cosas pasa, el tiempo pasa, los sentimientos cambian y a veces llegan personas que te hacen sentir cosas nuevas, distintas... Cosas que te hacen cambiar y querer vivir.
-Pensé que pelearías, como siempre. -Amelia se sentó enfrente de mi algo confundida. -¿Hay alguien mas?
La mire detenidamente, negué con la cabeza y busque las palabras correctas.
-La verdad es que no se puede luchar contra lo que ya se acabo. -suspire. -Esta bien, -Tome su mano. -Sabes que siempre te voy a querer, eres la madre de lo mas hermoso que me dio la vida y siempre te voy agradecer por eso. -Sonrió aliviada como si mis palabras hubieran calmado sus inseguridades.
-Sabes que vas a poder venir a ver a Dul, cuando quieras. -Apretó aun mas mi mano.
-No esperaba que fuera de otra manera.
Ambos sonreímos, no esperábamos que las cosas fueran de otra manera. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, no me arrepiento de amarla de mi hija y mucho menos de amar como amo ahora a Dakota.
Nos levantamos de la mesa, lleve a Dul a la sala de televisión donde tenía todos sus juguetes y me quede un rato con ella ahí mientras Amelia iba hacer unas compras.
Tome el celular y enseguida mande un mensaje para Dakota; me preocupa que aun no me haya mandado ningún mensaje.
*Si, te extraño. En unos días más estoy por allá, quizás te de una sorpresa*
Presione el boton de enviar y regrese con mi hija. La veía jugar tranquila con sus juguetes de cocina, le encantaba y casi como el recuerdo de una película rodando me acorde de estos días con Dakota.
-¿Que haces Jamie? -Sonrió.
-El desayuno. -Arqueo su ceja y le sonrei.
-¿Sabes cocinar? -asentí. -Eso si que es una novedad.
-No soy un chef, pero quiero hacerlo. -Acerque mi boca a la suya para darle un beso. -Buenos Días.
Sonrió instantáneamente y saludo de la misma manera.
-Creo que llamare a mi mama, no quiero que llame a la policia por desaparecer.
-Me parece bien. -sonreí.
-Te sienta bien la cocina. -Su tono era burlón.
Reí.
-A ti te sienta bien despertar conmigo. -sonrió y se sonrojo, me encanta que se sonroje.
-Ya vuelvo. -rió y salió de la cocina.
El teléfono me anunció una llamada de la agencia de Flores que había contratado para que hoy me llevaran un ramo con chocolates a Dakota, se que es mas de cosas sencillas por lo que la conozco, pero este tipo de detalles siempre hacen falta.
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Adicto a ti. || Dakota Johnson y Jamie Dornan.
FanfictionEs prohibido. Es una Locura. Es adictivo Es tenerlo y no tenerlo. Es lo que nos paso.