3

7 1 0
                                    

-Aparte de la piel morena adictiva, los ojos verdes y el pelo negro ondulado... ¿Algo más que deba saber sobre tu mejor amigo?

Estaba en la fiesta de disfraces. Aburrida, como siempre. Y para mi suerte una chica se había fijado en John. Y para mi mayor suerte, se me
había acercado para preguntarme sobre él.
Me voy a ir de aquí lo antes posible.

-Quizás podrías conocer sus sentimientos -le contesté, no muy amigable.

-Ah, sisi... -me miró con una cara extraña, como si yo fuera un alíen.

-También es guitarrista -puso una cara de emoción que me dio esperanzas de que corriera a los brazos de John y me dejara en paz. Así que añadí algo más-. Tiene una banda, le va bastante bien.

Y así de fácil, le conseguí nueva acosadora a mi mejor amigo. Seguro que después me lo agradecerá.
De repente, alguien tiro de mi brazo hasta la salida, no me resistí, fuera quien fuera, no me importaba mucho.

-Violet -añadió mi primo una vez que estuvimos alejados de la gente-. Tenemos que hablar.

Genial. Una mala notica está al caer. No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

-Dispara, antes de que me mate la impaciencia. -ironicé, sin muchas ganas de seguir ninguna conversación.

-Tenemos que irnos de aquí.

Me quedé pálida. La cabeza me dio vueltas. Me entraron ganas de vomitar. Tuve que respirar profundamente para poder contestar.

-¿Q-Qué? No podemos... llevamos aquí nueve meses... tengo amigos... -añadí, la voz me temblaba y me costaba respirar.

-Lo siento, Violet, la búsqueda se ha extendido, tenemos que irnos.

-¿Es que nunca van a dejar de buscar? -espeté, enfadada-. Joder, Zac, ¡Vaya mierda!

-Prefieres decirles... -intentó decir.

-¡No! -le interrumpí, no quería revivir los recuerdos-. Está bien, ¿Cuándo nos vamos?

-Mañana por la mañana, a las ocho.

-Estaré lista.

Después de relajarme, fui en busca de John, necesitaba despedirme.
Lo encontré hablando con la chica que me preguntó antes, les iba a fastidiar el momento y me daba igual.
Me acerqué a ellos y me puse delante de John, la otra tuvo que dar unos pasos hacia atrás para no comerse mi pelo.

-John, ven. -le pedí.

-¡Violeta! ¿Dónde estabas? Te he estado buscando. -el entusiasmo en su voz me indicaba que algo había tomado, pero alcoholizado o no, tenía que despedirme.

Lo arrastré a un rincón sin gente donde la música no se escuchaba tanto. Le miré a los ojos, he intenté transmitirle algo, lo que sea con tal de no tener que decirlo.

-¿Qué pasa, Violeta? -preguntó, algo preocupado, sabía que algo no iba bien.

-No me llames Violeta, sabes que no me gusta
-quiso responder, pero le callé. Tome aire profundamente y solté la bomba-. Me voy John, mañana por la mañana, no podemos impedirlo, no hay nada que hacer. Solo... vamos a despedirnos bien, ¿sí?, por todos nuestros momentos juntos.

Se quedó callado durante unos segundos que me parecieron horas. Me miraba con una expresión triste. Supuse que no sabía muy bien que hacer. Pero para mi sorpresa, me abrazó.
No solíamos abrazarnos mucho. Pero fue un abrazo seguro, cariñoso y reconfortante. Quiso transmitir una parte a través de ese abrazo, y se lo agradecí, no soy fan de las palabras.
Estuvimos unos segundos más abrazados, hasta que se separó.

-¿Podremos estar en contacto? -preguntó, con la mirada vacía.

-No lo sé... -realmente, no lo sabía, no tenia ni idea de que iba a pasar-. En todo caso, yo te hablaré, ¿vale?, tú... no me escribas.

-Está bien...-sentí mucha pena por él, me dolía verlo así por mi-. Cuídate mucho, Violet, siempre estaré aquí para cuando me necesites.

-Gracias, John, tú cuídate mucho también-
me empezaban a escocer los ojos, y tenía un nudo en la garganta-. Volveremos a vernos, te lo aseguro.

Los dos asentimos, nos miramos unos segundos, y di media vuelta hasta la salida.

-Violet -me llamó, desde la distancia.

Me giré para mirarlo.

-¿Sí?

-Te quiero, mejor amiga. -una lágrima le bajaba por la mejilla, estaba muy triste, y yo no podía soportarlo-. No lo olvides nunca.

-Yo también te quiero, mejor amigo -respondí-. No lo olvides nunca.

Y sin nada más que decir, di media vuelta y desaparecí por la puerta.

Lo último que perdí fue la confianza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora