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Llegamos a un descampado alejado de la ciudad. Había toda clase de moteros y un circuito grande. No me sentía segura.

Varias personas empezaron a saludar a Dan. De mientras, yo solo observaba.

-¿Ella va a competir? -escuché decir a uno.

-No. -aclaró mi acompañante-. Solo va a mirar.

-¿Solo a mirar? Qué aburrido. Mejor que me mire a mí. -se subió la manga y presumió de unos bíceps marcados.

Lo mire con mala cara.
Puso una mueca de disgusto ante mi reacción y se fue.
Lo observé alejarse mientras sentía el peso de la mirada de Dan. Lo miré de reojo y pude ver su sonrisa pícara.

-Llámame cuando me necesites. -añadió, y se alejó.

Me quedé algo desconcertada. ¿Me había dejado sola? ¿Rodeada de moteros? No tenía gracia.
Divisé un banco muy solitario a unos pocos metros y me dirigí hacia él. Me senté y relajé el cuerpo para que la ansiedad desapareciera.
De repente, Roxi se tiró a mi lado. Tenía el pinta labios corrido y respiraba agitadamente.

-Ha sido movidito al parecer. -comenté con una sonrisa. Con Roxi me sentía más segura.

-No lo sabes tú bien. -todavía seguía recuperando el aire. Entrecerró los ojos y miró al cielo con una sonrisa-. Los moteros se pasan.

-Ni lo sé, ni quiero saberlo.

-Eso dices ahora, guapa.

Antes de que pudiera contestar, sonó una alarma.

-Venga, vamos. En esta carrera corre Rox, y en la siguiente, Dan. -se levantó y me tendió la mano-. ¿Quieres perdértelo?

Dudé un segundo. Pero, ¿Porqué dudaba? ¿Acaso tenía elección?
Acepté su mano, me levanté y la seguí entre la multitud hasta llegar al circuito.
Nos pusimos en primera fila para el espectáculo.
De repente me sentí bien, y quise darle un toque gracioso a la situación.

-Si Rox gana esta, y Dan la siguiente, ¿competirán juntos? -pregunté.

-Así es.

-¿Qué apostamos a que gana Dan?

-¿Subestimas a mi hermano? No sabes como conduce. -me advirtió divertida.

-No me importa. ¿Qué apostamos? -continué con mi jueguecito a pesar de que una parte de mí pensaba que no era muy buena idea.

-No te gusta este mundo, ¿verdad?

-No. -respondí.

Roxi soltó una risa por lo bajo.

-Si Rox gana, vendrás otro día al club. Si gana Dan, tú decides. No necesito saber lo que decidas.

-Está bien. -acepté.

Ay, Violeta, en qué momento pensaste que era buena idea.

Lo último que perdí fue la confianza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora