7

5 1 0
                                    

Me desperté en mitad de la noche. No podía dormir. Mi cabeza no paraba de sobrepensar.
Me levanté con cuidado para no despertar a Zac.
Me vestí con una camiseta negra simple y unos pantalones grises de chándal largos.
Salí de la habitación. El pasillo estaba muy oscuro y daba un poco de miedo. Bajé las escaleras y cruce el vestíbulo hasta la salida.
Estaba lloviendo. Pensé en volver a la habitación ya que no tenía la vestimenta adecuada para dar un paseo, pero vi un restaurante a lo lejos con las luces encendidas y decidí acercarme.
Entré y me fijé en la decoración. Las paredes estaban pintadas de rojo, el suelo era de madera, había varios cuadros colgados en las paredes...

-...are you looking for something? -una voz desconocida interrumpió mis pensamientos.
Me giré para ver de quien se trataba. Era un chico alto, pelirrojo y con unos unos ojos azules muy llamativos.

-Pues... -logré decir al darme cuenta de que el chico me miraba extrañado.

-¿Española? -se extrañó.

Por un momento se me había olvidado que estaba en Irlanda.

-¡Si!, ¿y tú?

-Bilingüe.

Solté una risita.

-¿De qué te ries? -añadió-. Es verdad.

-Si... pero me refería a de dónde eres.

-Ah... soy español. -aclaró avergonzado.

Un silencio incómodo invadió el ambiente mientras nos mirábamos, pero decidí romperlo.

-¿Qué haces aquí tan tarde? -pregunté.

-A los empresarios les gusta acabar tarde sus cenas.

-¿Y tú tienes que limpiarlo todo? ¿Solo?

-Si.

Y ese fue el momento justo en el que decidí tomar una decisión que pondría mi mundo patas arriba, (más de lo que ya lo estaba).

-Te ayudo. -contesté.

Lo último que perdí fue la confianza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora