CAP 11

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— Minho, despierta. —sacudió un par de veces al mayor.

Empezaba a preocuparse al ver que el movimiento que ejercía Jisung a su cuerpo no contestaba.

Apestaba a alcohol lo cual hacía suponer al menor que estaba muy ebrio.

Pero también pensaba qué tal vez podía estar muerto.

Tomó la llave del departamento de las bolsas de la chamarra de Minho y abrió la puerta para después arrastrar a Minho hasta la alfombra que se encontraba en la sala.

Tomó un cojín del sofá más grande y la reposó debajo de la cabeza de Minho.

Después de dejarlo en el piso hasta que despertara, caminó hacia el refrigerador y tomó una de las cervezas que se encontraban ahí.

Nunca le gustaba tomar las cervezas solas, pero en ese momento fue tan necesario.

Dejó a Minho descansar, llegó la noche y fue a recostarse en la cama.
Al día siguiente un ligero dolor de cabeza lo había acompañado al despertar.
Al restaurar sus sentidos, sintió un calor en su espalda. Volteó y se trataba de un pelinegro sin camisa, completamente dormido y con el cabello alborotado.

Abrió los ojos de golpe y regresó su vista rápidamente. Cerró fuerte sus ojos tratando de volver a su sueño o despertar de ese momento que deseaba que fuera un sueño.

Fracasó y de repente sintió una mano del mayor deslizándose por su cintura.
Juraba que estaba sudando frío al sentir el tacto de ese hombre.

Después fue subiendo la mano al torso y estaba a punto de llegar al pecho pero Jisung golpeó su mano haciendo que se despertara.

— ¿¡que te pasa!? —dijo en un tono arrogante.

— ¿que? —apenas pudo pronunciar esa palabras, pues aún seguía dormido.

Jisung no dijo nada y solo se dirigió al baño y se recargó en el lavamanos aún sin camisa. Se miró al espejo y estaba muy sonrojado.

Trató de ahogar el sentimiento tomando agua en su manos y cubriendo su cara de esa misma.

Pero al momento de destapar sus ojos, ahora Minho se encontraba atrás de él justo para agarrar su cepillo dental.

Abrió los ojos de sorpresa, inclinó su cabeza para esconderlo y tomó un cepillo dental.

— ¿que me pasó?

— ni si quiera yo lo sé. —dijo indiferente.

— ¿estás enojado?

— no. —volvió a contestar con el mismo tono.

— si lo estás. —volteó la mirada a él.

— di lo que quieras. —se volteó a la salida de ese cuarto con su cepillo en la mano, pero chocó con el hombro de Minho.
El pelinegro se movió ligeramente para atrás lo cual le permitió también levantar su brazo junto con su mano para detener a Jisung poniendo su palma en el pecho del contrario.

— espera—Jisung solo volteó su vista a él dándole una mirada de "enojo" por detenerlo. — tu ¿donde estabas?

— que te interesa. —volteó los ojos y terminó de lavar sus dientes.

— mucho, de hecho—alzó ambas cejas al decir las últimas palabras. Se giró al lavamanos para limpiarse los restos de pasta que quedaban y volvió a mirar a Jisung.

Jisung estaba un poco enojado, tal vez era por la cerveza de la noche anterior, pues éstas no le caían bien. Descuidaba su enojo al encontrarse con el cuerpo tan atractivo del pelinegro, junto con sus ojos y su labios.
Y enojado, de alguna manera, se veía mejor el mayor.

Minho se percató de que el castaño estaba mirando sus labios combinando su mirada a sus ojos también.

Sentía una atracción extraña, su cuerpo empezó a dar vueltas sin moverse de su posición junto con un hormigueo y unos latidos fuertes, como si el corazón demandaba por el tacto de un abrazo, un beso, lo que sea.

Minho sentía sus latidos acelerados y cómo todas las hormonas se disparaban a todo su cuerpo, como una bomba.

Observaba cada centímetro de su rostro y eso lo alocaba.

No podía soportar esas peticiones que le hacía su corazón, estaba siendo muy traicionero.
Con su valentía agarró al corazón y lo detuvo acercándose más al menor.

Se acercó muy poco, vió los labios del castaño y solo pudo reaccionar de una forma.
Se lanzó a él, agachándose muy poco y tocando sus mejillas con sus palmas.
Y juntó sus labios a los del más joven.

Fue tan rápido que no supo Jisung cómo accedió a ese beso tan fácilmente.
Pero le estaba gustando demasiado, sentir los suaves labios de un pelinegro no era para nada disgustante, al contrario, lo estaba disfrutando.

Era intenso, pero suave, dejando que ambos tengan una respiración adecuada.
Aunque estas dos chocaban y hacían dar respiraciones fuertes de momento.

Minho bajó las manos y se separó de Jisung dándose cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba besando a un chico.

Se volteó rápido al lavabo y recargó sus manos en este.

Suspiró y relamió sus labios, cerró sus párpados con fuerza deseando que fuera un sueño, pero no lo era, pues escuchó como Jisung salía rápidamente y con pasos duros del baño.

— Jisung. —alzó ligeramente la voz al escuchar cómo el menor estaba poniéndose una camiseta y una chamarra, junto con pantalones y tenis.

Al escuchar que Jisung no paraba de hacer lo que estaba haciendo Minho volvió a mencionar su nombre, pero esta vez se le escuchó más fuerte.

— ¡Jisung! —se giró y salió del baño con pasos fuertes también.

Se acercó a él con una mirada dura y se detuvo un metro frente a él.

— no me hagas esto. —suplicó ladeando su cabeza.

Jisung no contestó, solo seguía abrochando los listones de sus tenis.

Minho esperó su respuesta, no tenía pensado que no le iba a contestar, entonces se acercó más a él y se inclinó a su nivel, pues estaba sentado en la cama.

— me estás volviendo loco, Jisung. —se enderezó y empezó a caminar de un lado a otro con las manos en la cadera.

INTRUSO ( ♡︎𝔪𝔦𝔫𝔤𝔰𝔲𝔫𝔤♡︎ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora