Cambio de aires (y de mecánicas)

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Los médicos se encargaron de los avatares después de trasladar a los humanos. Los inmortales teníamos apenas unas cuantas quemaduras superficiales y uno que otro escombro clavado en el cuerpo gracias a la protección de nuestros bio-trajes.

Sylvia me invitó a ir a ver a Mei y a su padre al hospital a la mañana siguiente. No esperé ver a tantos policías protegiendo a un mafioso y a sus socios y familiares. Tuvimos que convencer a algunos que éramos amigos de la hija de Renlei, aunque no nos dejaron entrar hasta que fueron a buscar a Mei para que corroborara nuestras afirmaciones.

Mei estaba un poco más tranquila, aunque seguía visiblemente agotada por todo el asunto. No parecía haber dormido en toda la noche.

—(¿Cómo estás?).

—<<Estoy un poco mejor que ayer>>.

—¿Y cómo está tu padre? —preguntó Sylvia.

Meichu nos indicó con la mano que entráramos a verlo. Sylvia y yo así lo hicimos. Mei decidió quedarse en el pasillo. Renlei dormía profundamente, tal vez por algún sedante. Se notaba que habían usado el poder de curación en él, aunque su cuerpo recordaba un poco a una vela parcialmente derretida (eso se notaba más en lo que quedó de sus orejas y su nariz) y ya no tenía cuero cabelludo. Por lo menos su piel quemada había sido reemplazada por piel nueva y pálida y sus manos y pies habían sido parcialmente reconstruidas (tenían entre dos y tres dedos en cada extremidad, aunque solo una mano y un pie tenían el pulgar). Lo miramos un rato y salimos al pasillo.

—¿Ha despertado desde que está aquí? —preguntó Sylvia.

—<<Todavía no>>.

—(¿Y podrá... caminar?) —pregunté con cuidado.

—<<No están seguros. Sus pies quedaron algo chuecos durante la reconstrucción porque le faltaron unos pedazos de hueso, músculo, tendón y ligamento. Me dijeron que, si vuelve a caminar, cojeará durante el resto de su vida>>.

—(Lo lamento).

—<<Descuida. Esperaba que terminara así (o peor) en un futuro no muy lejano. Gracias por rescatarlo>>.

—(No hay de qué) —transmití—. (¿Y... qué harás ahora?) —pregunté, esperando no ser muy agresivo o <<repentino>>.

—<<Mandaré a mi padre a nuestra casa de verano cuando le den el alta. Yo me quedaré en Axis para atrapar a Dominic>>.

—Puedes quedarte en nuestro asilo —dijo Sylvia—. Hay habitaciones disponibles.

—<<No creo que sea buena idea. Los Overlords compraron la lealtad de varias agencias de paladines, así que no es conveniente vivir en un lugar con avatares cuyo lugar de trabajo desconozco. Usaré parte de mis ahorros para irme a un departamento hasta que termine la guerra. Ustedes harían bien haciendo lo mismo>>.

—(Antes, deberíamos hablar con Joshua y la policía. Puede que ellos consigan que nos asignen viviendas temporales sin la necesidad de pagar nada).

—<<No sé si la policía nos dará más protección de la que ya tenemos por estar afiliados a mi padre>>.

—Nos ayudarán si nosotros los ayudamos a ellos con los Overlords. Con el ataque a la agencia y a tu mansión, ahora saben que tenemos motivos para eliminarlos del juego.

Dimitri de Simargel: Una Historia de ÍnsulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora