Harry miró la encimera de la cocina con varias tazas sucias, y una pila de platos en el fregadero.
Estaba harto ¿acaso su novio no podía limpiar las cosas que usaba? ¡Esa misma mañana Harry había dejado la cocina decente antes de irse al trabajo!
Subió las escaleras, rumbo a la habitación que Draco usaba como oficina. Se encontraba dentro, enterrado en pilas y pilas de pergaminos y aún con más tazas sobre su escritorio ¿Cuánto café podía beber ese hombre?
-Draco.
-Estoy ocupado.
Su novio ni siquiera le miró, la pluma seguía moviéndose casi como si estuviera poseída.
-Tenemos que hablar. -Draco esta vez si le miro, con ojeras muy marcadas y una marcha de café en su camisa.
-¿Es algo serio?
-Si.
-¿Vas a terminar conmigo?
-¿Qué? ¡Claro que no!
-Entonces no es serio, ven más tarde, estoy en una parte importante de la historia. -Dijo, volviendo de nuevo al pergamino. Harry siempre era comprensivo cuando se trataba del trabajo de Draco, entendía que ser escritor significaba tener un lugar silencioso y sin distracciones, pero le molestaba muchísimo que Draco se desligara de conversaciones incómodas con la excusa de terminar su trabajo.
Salió de la oficina realmente molesto, no sin antes levitar las tazas sobre el escritorio y llevarlas a la cocina.
Cuando Harry le dijo a Draco que se sintiera como en su casa en lo que terminaba la remodelación de su mansión, no pensaba que el muy imbécil terminará convirtiéndose un todo un niño mimado ¡Ahora era como su sirvienta! Luego se lo cobraría por la noche.
-La confianza da asco. -murmuró, comenzado a lavar la vajilla.
. . .
El estruendo vino acompañado con un hedor que parecía salido del inframundo.
Draco se volteo, mirando a Harry quien se estaba haciendo el tonto mientras le seguia metiendo mano bajo el pijama.
-¿Acabas de pedorrearte?
-Emm, ¿no? -Dijo, intentando besarle el cuello, frotando su evidente erección contra su culo.
Lo apartó de un codazo, sentándose en la cama. Con el movimiento de las sábanas el olor se hizo más fuerte, Draco tapó su nariz con su mano sintiendo como le comenzaba a palpitar la vena.
-Harry James Potter ¿te tiraste un gas en frente de mí?
-¡Solo fue un pedito!
-¡Ese "pedito" puede levantar hasta un muerto! -Dijo, golpeando la mano que intentaba meterse en sus pantalones. Si Harry pensaba continuar luego de eso, estaba muy equivocado. -No puedo creerlo, eres asqueroso Potter.
-Draco, no exageres. -Harry estaba molesto ¡el único con derecho a enojarse era Draco! Por más guapo que fuera su novio, no se la iba a dejar pasar. -Tu también te pedorreas.
-¡No es cierto!
-¡Claro que sí!
-¡Dime un solo día cuando me allá comportando de forma tan inapropiada frente a sí!
-...
-¡Lo ves!
-Un pedito no es inapropiado, dentro de nuestro organismo hay bacterias que...
-¡No quiero toda la explicación biológica!
-¿A dónde vas?
-¡A la habitación de invitados y ni se te ocurra seguirme!
-Bah, haz lo que quieras princesa.
Draco apretó con fuerza la mandíbula para no volver y comenzar una discusión por Harry. Agradecía que su novio lo dejara quedarse en su casa temporalmente, el sexo matutino era genial y tener comida casera todos los días era agradable, pero Harry también hacia cosas que le desagradaban, como dejar la pasta de dientes pegada en el fregadero, las continuas bolas de pelo en la bañera y, lo peor de todo, sus gases.
Creyó que con la convivencia ambos entrarían más en confianza, pero comenzaba a arrepentirse de ello.
-La confianza da asco. -Dijo, mientras se acomodaba en la cama de invitados.
ESTÁS LEYENDO
Drabbles de Mayo | Drarry
FanfictionDraco Malfoy es de Harry Potter y viceversa, quien lo niegue, se le tallara "no debo decir mentiras" en la piel y créanme, no será lindo.