El reencuentro con sus ex-compañeros fue realmente inesperado. Sobre todo verlo a él, le trajo muchos sentimientos que creía tener superados.
La última pista que tenía de él, fue de su viaje a Francia y su pronto exilio a Estados Unidos. Desde ahí, Harry no supo nada de los Malfoy por los siguientes diez años.
Así que encontrarlo en el único bar decente en el Callejón Diagon, paliándose a puño limpio con un grupo de magos, fue bastante sorprendente.
Escucho a Ron decir que no se entrometiera, que esperara a los aurores, pero Harry no dudó en saltar en medio del desastre cuando noto como una persona tomaba una botella y estaba por estampársela en la cabeza a Malfoy.
De un momento a otro, Neville, Ron y Seamus se unieron a él, así que cuando por fin aparecieron los aurores, también los detuvieron a ellos.
-¡No puedo llevárselos! Ellos no hicieron nada, solo quisieron ayudar. -Trataba de explicar Harry a una de las mujeres que, con un par de hechizos, tenía a todos reducidos en el suelo. Él solo se salvó por su cicatriz, como siempre.
-Señor Potter, por favor, déjenos hacer nuestro trabajo.
-Yo respondo por ellos, puede llamar al Jefe de Aurores de ser necesario.
La mujer se quedó en silencio, intercambiando un par de miradas con sus compañeros y, al fin, optaron por liberar a sus amigos. Seamus no paraba de reírse, alegando que las noches saliendo con él nunca eran aburridas, Neville y Ron no tenían tan buena cara.
-¡¿Por que se lo llevan?! ¡Ya les dije que mis amigos me estaban defendiendo! -Grito una chica, de largo cabello negro y que no dudaba de interponerse entre un auror que le sacaba cinco cabezas y Malfoy que gruñía en el suelo. -¡Ese tipo de ahí me manoseo!
Uno de los hombres, al que Harry había derribado sin mucho esfuerzo, saltó a la defensiva.
-¡Como si quiera tocar ese culo gordo, maldita mortifaga asquerosa!
Harry sintió su sangre hervir, la forma en que esos hombre se reían de la chica, que rápidamente identificó como Pansy Parkinson, era repulsivo. Los amigos del tipo no tardaron en seguir el juego y seguir agrediendo a la bruja, bajo la cansada mirada de los aurores que parecían hartos de lidiar con un grupo de borrachos.
-¡Ni bien me suelten voy a buscarte mal nacido! ¡Me las pagaras! -Grito Malfoy, recibiendo una patada del auror que lo tenía retenido.
¡Eso era exceso de fuerza! ¿En qué diablos estaban pensando?
Quizás Ron había dicho algo con respecto a irse, y tal vez Neville intentó convencerlo de que debía dejar a los aurores realizar su labor, una labor de mierda según Harry. Nuevamente, y para el pesar de sus amigos, Harry volvió a favor del grupo de Slytherin.
-¡También respondo por ellos! -Grito, dejando a todos en silencio.
En situaciones como esa, ser "el héroe" le daba poder, el suficiente para que los aurores soltaran a Malfoy, Nott y un muy hastiado Zabini. También ayudó que el dueño del bar se pusiera del lado de Harry, declarando que ese grupo de hombres siempre terminaban teniendo problemas en los bares de la zona.
Pansy lloraba con su maquillaje corrido, mientras era consolada por Nott. En lo que Zabini dejaba su declaración a una de las auroras, Malfoy se acercó a él.
-Siempre en el lugar correcto, Potter. -Dijo, muy lejos de sonar pedante y maleducado. Harry solo levantó a los hombros como respuesta.
-Soy un imán para los problemas, quizás debas hacerte ver en San Mungo, ese tipo te golpeo muy fuerte. -Dijo Harry, mirando fijamente el auror que golpeó a Malfoy, quien solo esquivo su mirada.
-Déjalo, no vale la pena. -Y a pesar de sus palabras, el rubio se agarraba la zona herida con bastante cuidado. -Gracias.
Vaya, nunca creyó estar vivo para escuchar a Draco Malfoy agradecerle, ni siquiera lo había hecho cuando lo defendió a él y a su familia durante los juicios.
-De nada.
Harry extendió su mano, siendo tomada por el rubio, quien tenía una extraña sonrisa, casi nostálgica.
-¡Harry, ya deja de coquetear y vayamos a casa! Hermione me va a matar cuando me vea con estos golpes.
-¡Ron!
-Supongo que aquí se termina el reencuentro. -Dijo el rubio. Harry sintió su cara arder, subiéndole más la sangre cuando Malfoy le gruñó un ojo, despidiéndose de él y reuniéndose con sus amigos.
La noche había terminado con Hermione sermoneándolos, ambos se mantuvieron en silencio porque no estaban tan dementes como para enfrentar a su amiga, con un embarazo que había sacado su lado más agresivo.
Pensó que todo aquello solo se volvería una anécdota divertida, para contar en su grupo de amigos en su próxima salida. Nunca espero que una carta de Malfoy llegará a los pocos días, invitándolo a un café como agradecimiento.
Solo su lechuza fue testigo de su emoción por recibir aquella carta.
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Drabbles de Mayo | Drarry
FanfictionDraco Malfoy es de Harry Potter y viceversa, quien lo niegue, se le tallara "no debo decir mentiras" en la piel y créanme, no será lindo.