19/05 ~ "Déjame en paz"

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La vena le comenzó a palpitar cuando paso por el cuarto de Ted y verlo en el mismo estado que hacia cuatro horas atrás, cuando le había pedido, muy amablemente, que lo ordenara. Ya ni le exiguia que lo limpiara, pero por lo menos el chico debía poder mantener su ropa colgada, la basura en el sesto y su traje de quidditch lleno de barro en la lavadora, y no sobre el ordenador.

Entro sin golpear la puerta, porque el cuarto no la tenia. Draco se la había sacado como castigo por hechizar el cabello de sus primos más pequeños. Los Weasley fueron por dos semanas completas, pequeños bribones de mejillas pecosas y melenas turquesas.

No estaba seguro de las técnicas de Draco para castigar a Ted, pero sospechaba que la había sacado de alguna serie o película estadunidense muggle, de las cuales era muy fan.

-Ted.

-Em. 

Desde que el chico había entrado en plena adolescencia, se mantenía contentado cualquier pregunta con monosílabos o quejidos de molestia. 

-Te pedí que ordenas tu cuarto ¿lo recuerdas?

-Ya lo hago. 

La oración mas larga que Harry le había sacado desde que Draco le impuso su castigo.

-Ted, ahora.

-¡Ya voy!

Harry ni siquiera se inmuto de que le levantara la voz, era molesto lidiar con un adolescente malhumorado, pero sabia que todo esto era una etapa y tampoco quería seguir discutiendo con él. A diferencia de su marido, creía que las cosas se podían resolver hablando. Lo que si no permitió, fue que este ni siquiera se volteara a verlo, muy ocupado en su teléfono móvil. 

Se lo quito con un Accio no verbal, ganándose otro grito por parte de Ted, que ahora si lo miraba y muy molesto.

-Ya no se cuantas veces tengo que pedirte que ordenes tu cuarto, no es una tarea difícil y en un hogar, todos deben colaborar. Ya eres lo suficientemente mayor para llevar a cabo tus responsabilidades sin la supervisión de un mayor. 

Harry supo que su charla no estaba funcionando, porque el cabello de Ted paso de un azul turquesa a un fucsia y de este, a un rojo super brillante. 

Un mal augurio.

-Teddy, ¿por que todo tiene que ser una lucha contigo? No estoy aquí para descurtir y... 

-¡Déjame en paz! ¡Tu no eres mi padre, Harry! ¡Así que ya deja de actuar como uno! 

Su ahijado grito tan fuerte, que seguramente se debió escuchar por toda la Mansión. Noto como alguien daba un portazo y corría por el pasillo, llegando al cuarto donde estaba.

-¡Edward Lupin! ¡Discúlpate ahora mismo!

-¡No! ¡¿Por que siempre tengo que disculparme?! ¡Nunca les pedí que fueran mis padres! ¡Así que déjenme tranquilo!

Harry nunca había sentido tanto dolor por unas palabras. Realmente intento recordar que todo esto era una etapa, que su dulce y cariñoso Teddy aun seguía ahí, que él también paso por lo mismo y que Draco había sido aun peor en muchos aspecto que su ahijado. Pero aun cuando intentaba ser razonable, el nudo en la garganta no bajaba.

En su defensa, tuvo una semana difícil, la investigación sobre un grupo de trata infantil lo tenia muy afectado, el reciente estado de salud de Molly no dejaba de angustiarlo y un acumulo de otras cosas de adulto con las que ya no tenia ganas de lidiar. Escuchar a Teddy decir que no era su padre fue el detonante para explotar.

El cuarto de quedo en silencio cuando el primer sollozo salió de su boca. 

Draco rápidamente le abrazo, preguntándole que le pasaba. Eso solo le hizo llorar aun más. 

Entonces otro sollozo se escucho a su lado y unas manos mas pequeñas intentaban abrazarle.

-Lo siento, lo siento mucho, no quise decir eso, lo siento tanto Harry, lo siento. -Ted había dejado atrás el rojo para teñir sus ojos de un verde muy oscuro, casi negro. Se sentía culpable y Harry sabia que lo había asustado echándose a llorar delante de el. -Perdóname, lo siento mucho, te quiero, te quiero muchísimo, no fue verdad, yo realmente...

Ted ya solo balbuceaba disculpas entre mocos y lagrimones. A su lado, Draco los abrazo a ambos, dándoles tiempo que se descargaran entre sus brazos. 

-Ambos son un par de bobos. -Dijo, acariciando sus cabellos. Harry ya se había calmado, solo fue una lloradita rápida para poder seguir con su día, pero Teddy no quería soltarlo, aunque su cabello ya tenia un tono verdoso mas cálido. 

-Ya esta Ted, acepto tus disculpas. -Dijo, por quinta vez. 

-Lo siento tanto Harry, te amo mucho, mucho, mucho. -Dijo Ted, Harry solo podía sonreír, hacia tiempo no escuchaba sus te amo. Su ahijado había reducido las muestras de cariño al mínimo desde que cumplió los quince. -Te amo mucho mas que a Draco. 

-Vayas disculpas de mierda. -Dijo su esposo, con los brazos cruzados.

-¡Draco!

-Yo no le perdono tan fácil. -Siguió este, y aunque Harry pensó que un nuevo castigo haría explorar otra vez a Ted, este se mantuvo entre sus brazos, solo asintiendo hacia su otro padre. -Vas a reflexionar sobre lo que dijiste y deberás decirle a Harry que lo amas cinco veces al día, como mínimo. 

-Si, señor. 

-Ornaras tu cuarto y lo dejaras impecable.

-Si, señor.

-Cuando termines, avísame, preparare la merienda para los tres. 

-Si, señ... ¡Yo quiero comer pastel de fresa!

-Comerás lo que te de.

-Si, señor...  -Teddy ya no sonaba tan animado.

Harry escuchaba enternecido la conversación, dejando un beso sobre la frente de Ted y acompañando a Draco a su oficina. Sabia que su marido aun seguía preocupado por su reacción, así que le siguió en silencio, sosteniendo con cariño su mano.

-¿Algo que me quieras decir? -Dijo Draco, una vez estuviera a solas.

-Que te amo muchísimo. 

No quería hablar sobre ello, lo haría mas tarde porque aun sentía que tenia unas cuantas lagrimas mas por llorar, en cambio, le exigió muchos mimos y besos que le sanaron el alma. 

Drabbles de Mayo | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora