VII

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Dos golpes en la puerta lo hicieron reaccionar, aunque sin detener sus dedos le ordenó a quien fuera que estuviera del otro lado que se marchara y no lo molestara. Al escuchar los pasos de la persona alejándose, bajo la vista divertido.

- ¿Por qué te detienes?

Los oscuros ojos verdes de Izuku lo miraron avergonzados por unos segundos para volver a la flamante lujuria que estaban viviendo.

Shouto animó a que volviera a su labor que con delicadeza retomó colocando nuevamente el miembro en su pequeña y caliente boca. Su lengua había tomado expertiz luego de unas cuantas sesiones de control de celo, sesiones que con el tiempo habían aumentado considerablemente. Izuku lamió primero la punta mientras que con sus manos masajeaban la base de su miembro erecto. Shouto por su parte observó con deseo el cuerpo que estaba a su lado recostado sobre la cama desnudo con marcas rojas y moradas que le había hecho con anterioridad. Volvió a mover sus dedos para que él gimiera tratando de contenerlo. Que tierno. Había introducido solo un dedo para calmarlo mientras le hacia una felación, pero las caderas de Izuku se movían con desesperación, lo que lo motivo a acariciar con la yema de su dedo alrededor de su orificio antes de introducirlo con tortuosa rapidez.

La serpiente apretó los labios olvidando por unos segundos de continuar con su trabajo.

- ¿Por qué te sigues deteniendo?

El rostro sonrojado de Izuku se escondió en su muslo izquierdo donde antes estaba apoyado entregándole placer mientras que él jugaba con su trasero.

- No lo meta tan de repente -susurró tembloroso.

- Pensé que te gustaba -con la mano libre acaricio aquellos suaves y revoltosos risos verdes-. Siempre me pides por más.

Con una sonrisa en su boca dejo caer la cabeza hacia atrás cuando él volvió a chupar su pene. Sabia exactamente dónde y cómo mover su lengua, tal cual le había enseñado.

Volvió a mover los dedos en su interior, jugueteando en abrir y cerrar, hacia arriba y abajo, en retorcer los dedos y así poder darle el primer orgasmo del día.

- Estás haciendo un trabajo increíble, Izuku -le dijo mientras veía como se seguia estremeciendo por el reciente orgasmo-. Pero sigo erecto.

Sin poder controlar los temblores, Izuku hizo lo posible por arrodillarse sobre la cama para arrastrarse y quedar en medio de sus piernas.

- No puedo hacerlo bien si usted me distrae -atacó colocándose el cabello detrás de sus orejas.

- Lo siento. Mi culpa.

Shouto levantó las manos en forma de rendición para indicarle que desde ahora él tendría el control de la situación. Y al parecer la pequeña víbora se lo había tomado en serio, inclinándose con una mirada sugerente descendió hasta volver a poner su pulsante miembro dentro de su boca para tragarlo hasta la base y hacerlo gemir dichoso. La vista era otro punto a su libido, las caderas elevadas mostrando el trasero era bastante erótico, deseaba tocarlo y volver a jugar con su jugosa entrada, pero Izuku ahora estaba ensimismado con su boca y necesitaba concentrarse.

- Continua ahí... solo aprieta un poco más y... ¡ah!

Adoraba como acataba sus ordenes.

No tardo mucho más en correrse dentro de su boca, la primera vez que él había tragado su semen lo sorprendió, es más, le indicó que lo escupiera, su respuesta había sido una sonrisa y un comentario que lo avergonzó durante semanas.

- Sabe muy bien -había dicho limpiando su mentón por una fuga de semen de sus labios-. Podría acostumbrarme a él.

Desde aquel día cada vez que él le había una felación, ingería todo lo que salía de su cuerpo.

VENIDERO - BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora