Capitulo 12 (+18)

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Máximo aún tiritaba, estaba nervioso. Había tenido sexo toda su vida; tantas mujeres habían pasado por sus brazos que había perdido la cuenta. Ni siquiera recordaba sus rostros. Ellas eran solo un pasatiempo, una forma de pasar el rato. Al echarlas de su alcoba, ya se olvidaba de sus nombres. Toda esa experiencia debió ser una preparación para ese momento. Sabía qué hacer a la perfección, cómo hacer que se perdiera en el dulce placer, llevarla fuera de este mundo y de vuelta. Sin embargo, ahí estaba, tiritando.

- Quiero esto. - Dijo Laura en un susurro

Laura tomó una de sus manos y la llevó a su pecho. Su piel era suave como la seda, y a pesar de que su cuerpo estaba cubierto de pequeñas cicatrices, era lo más hermoso del mundo. Podía recorrerlas todas y besarlas, lamentarse por no estar ahí, pero regocijarse en la fuerza implacable de su mujer. Sus palabras... Su mujer, su luna lo quería, todos esos años esperando este momento y por fin... Soltó el aire que tenía contenido... Por fin estaba en sus brazos.

- Los quiero a ambos.

Tragó con fuerza.- Tomaré todo lo que quieras entregarme. Yo te a...-

Laura lo cortó con un beso. No quería escuchar el resto; ya había suficientes sentimientos involucrados. Cada vez se le hacía más difícil imaginar su vida lejos de él. Guió su mano que reposaba en la cadera hasta su entrepierna.

- Tócame.- susurró en sus labios.

El freno que había puesto hasta el momento se cortó.

Sus dedos rozaron la intimidad de Laura y ella soltó un gemido en su boca. Él lo devoró por completo, metió su lengua y saboreó cada excitante parte de ella. Mientras, con su mano tomó por completo la entrepierna de Laura acunando su vagina, era suave y cálida, parecía palpitar en su mano.

Gruñó en sus labios. Daemon no solo estaba con él, eran uno solo. Por primera vez en su vida, se unieron completamente; cada movimiento era hecho por ambos, cada respiración parecía provenir de un solo ser. En los brazos de Laura, estaba completo.

Separó la tierna piel de su entrepierna con los dedos y lo recorrió de arriba a abajo, una vez, dos veces. Laura gemía con cada toque. Tomó su manojo de nervios entre los dedos y le acarició. Ella se estremeció. Apretó su pecho con la otra mano y dejó su boca para besar su cuello, su hombro, su clavícula. La quería devorar completa, besar cada parte de ella, no era suficiente, nunca tendría suficiente de su piel. Acomodo el seno de Laura y bajo para moldear su boca en el. Su luna grito de placer cuando el succionó su pezón con fuerza. Pasó la lengua alrededor de este y lo atrapó otra vez, con su mano aún rozando la delicada zona entre sus piernas.

Necesitaba más, quería sentir ese sabor en su boca. Tomó a su mujer por las caderas y la levantó; Laura enroscó sus piernas en la cintura de Máximo. Y así la sacó del agua en dirección a la cama.

Había tantas cosas que quería hacer con su cuerpo, tantos ángulos para ver ese rostro excitado y suplicante, pero ya tendría tiempo para todo eso. La dejó reposar en la cama y miró. Por primera vez la vio completa. Era exquisita, sus curvas, sus caderas anchas y piernas trabajadas; sus pechos, un poco más grandes de lo adecuado para su cuerpo. Y su monte ligeramente abultado. Todo su cuerpo estaba cubierto por cicatrices pequeñas y lisas, todas excepto una que venía de su espalda, solo se veía la punta en su costado.

Laura intentó tapar su cuerpo, la forma en que la miraba.. quizás, pensó, las cicatrices lo desanimaron y ya se había arrepentido. Su mano fue al chal que estaba a un costado. Pero antes de tomarlo la mano de Máximo agarró su muñeca con fuerza.

- No. - su voz sonó extraña. Una mezcla perfecta entre la de su lobo y el.- No cubras tu cuerpo. - demandó y

Laura se sintió atrapada bajo su cuerpo, indefensa.

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